Tenía 82 años. La confirmación provino de unos párrafos que se habían escrito en su página de Facebook: "Hemos perdido a uno de los visionarios más venerados y prolíficos de la música". Todavía se ignoraba tanto el lugar y las causas de su fallecimiento y sólo nos enterábamos que se vendría un homenaje en Los Ángeles, la ciudad en la que residía hace años.
Sin embargo, a lo largo del jueves varios medios estadounidenses, como el Washington Post, afirmaban que la fecha de su deceso fue el pasado lunes 7 de noviembre.
Aunque todavía esta versión no esté confirmada a la hora del cierre de esta edición, sin embargo, no cabe duda que la noticia de por sí había impactado. Había repercutido en la comunidad literaria y musical. Seguidores de su obra quedaron de una pieza pensando en su muerte y al mismo tiempo del lanzamiento de su nuevo y exquisito álbum "You want it darker" que había sido lanzado el 21 de octubre.
Con un repertorio más oscuro y melancólico, reclamando detrás de los instrumentos y su voz, "You want it darker" , no ha hecho otra cosa que actualizar la despedida de Bowie aquel inolvidable 10 de enero, que también venía de publicar un álbum dark que anticipó por días a su muerte.
El silencio, el vacío, es incontenible. Tenemos un año que viene sumando tragedias en el mundo de la música. Y la despedida de Cohen nos ha dado un baldazo de agua fría.
El 5 de noviembre, su sitio oficial justamente, extendía el repertorio de "You want it darker". Se amplia la explicación de su canción "Hineni, hineni; I'm ready, my lord", que fue la respuesta de Abraham cuando Dios le pidió que sacrificara a su hijo Isaac.
En el evento de prensa del 13 de octubre pasado en Los Ángeles, Leonard había hablado de usar "hineni" en esta canción para hacer referencia a una "disposición a servir" que es - en las circunstancias correctas - universal a la humanidad.
Y Leonard era un servidor de fábulas. Y nosotros, su audiencia más hechizada.
El origen
Retrocedamos. Leonard Norman Cohen nació el 21 de setiembre de 1934, en Westmount, Quebec. Aprendió la guitarra como un adolescente de nacionalidad española que justamente fue evocado en su conmovedor discurso de agradecimiento cuando recibió el premio Príncipe de Austias en 2012, al igual que la poesía de Federico García Lorca.
Aquel joven maestro de guitarra, que luego se enteró que se había suicidado, le enseñó los arpegios del flamenco y lo convenció para intercambiar cuerdas de acero por nylon.
Se graduó en la Universidad McGill y se fue a vivir a la isla griega de Hydra. Allí compró una casa por tan solo 1.500 dólares y se lanzó como escritor, publicando una colección de poesía "Flowers for Hitler" (1964) y las novelas "The Favorite Game "(1963) y "Beautiful Losers" (1966).
Pero en esos años no vendió casi ningún libro y se fue a New York en 1966, para sumergirse en la prolífica escena folk-rock que emanaba en ese momento en la ciudad. En ese ámbito conoció a Judy Collins, Andy Warhol, la banda Velvet Underground y Nico, inspiración para su álbum de 1967, "Songs of Leonard Cohen".
Este fue el puntapié como compositor de canciones e intérpretes. Y lo hizo muy bien, por un lado en repertorios de estudio de Judy Collins, James Taylor, Willie Nelson y por otro, en las placas "Songs From a Room" (1969) y "Songs of Love and Hate" (1971).
En ese época Leonard comenzó a realizar sus acostumbradas y extensas giras internacionales y en esta experiencia de escenarios publicó la que se considera una obra maestra: "New Skin for the Old Ceremony" de 1974.
Sin embargo, recayó en malas reseñas su placa siguiente, "Death of a Ladies Man", del 77. Lo que siguió dos años después, "Recent Songs" tenía un sonido prolijo bien pensado para sonar en todo el mundo, mientras se afianzaba como autor de vocalistas en ascenso como Laura Branigan, Sharon Robinson, Anjani Thomas y sobre todo de Jennifer Warnes, con la que Cohen concedió el crédito co-vocal completo de ella en varias canciones.
Entre 1984 y este año, los ocho álbumes que saltearon este período profundizaron la carrera de Cohen como un genio indiscutido. "Various Positions" le dio dos de las canciones más conocidas; "Hallelujah" y "Dance Me to the End of Love", hoy realmente canciones de indiscutido culto y el siguiente, el de 1988, "I'm Your Man" descató "Everybody Knows", conformando de esta forma una triada histórica. En "The future", de 1992, tres de sus canciones fueron banda de sonido de "Natural Born Killers" de Oliver Stone; "Waiting for the Miracle", "Anthem" y "The Future".
En 1995, Leonard, a los 64 años, se detuvo. Entró en introspección religiosa y en el centro Baldy Zen a las afueras de Los Ángeles, se convirtió en un monje budista y tomó el nombre de Dharma Jikan ( "silencio"). Recién en 2001 volvió a los escenarios con el cd "Ten New Songs" y le siguieron "Dear Heather" en 2004, "Old Ideas" en 2012 y "Popular Problems" en 2014.
Último tiempo
Luego de una gira enorme, Leonard quedó bastante desprotegido de salud y así y todo, se recuperó para lanzar un nuevo álbum. "Mi padre murió pacíficamente en su casa de Los Ángeles con el conocimiento de que había completado lo que él sentía era uno de sus mejores discos", escribió el hijo de Cohen, Adam, en una declaración publicada ayer en el sitio web de la revista Rolling Stone. "Estaba escribiendo hasta sus últimos momentos con su única marca de humor".
Cohen, aunque de manera más discreta pero no excenta de genialidad y talento, perteneció al panteón de cantautores que conquistaron el repertorio idealista y poético de la década del 60, un clan de alto impacto compartido con Bob Dylan, Paul Simon y Joni Mitchell.
La voz de Cohen recogió la palabra en distintos temas como la guerra y la paz, el amor y el odio, el sexo y la espiritualidad, la esperanza y la deseperación en una representación generacional que se expandió al menos tres décadas.
La relación de Cohen con Suzanne Elrod durante la mayor parte de los años setenta resultó en dos hijos: la fotógrafa Lorca Cohen y Adam Cohen, quien dirige el grupo Low Millions.
"Cómo conseguí mi canción"
Cuando Leonard Cohen recibió el emblemático premio Príncipe de Asturias en 2012, admitió que le resultaba algo vergonzoso presentarse en el auditorio parado solo "sin una orquesta detrás mío", había dicho. "Los premios de poesía siempre me han resultado algo equívocos".
Sobre el origen de las canciones afirmó: "Vienen de un lugar que nadie gobierna, que nadie conquista" y le daba algo de impresión aceptar el premio "por una actividad que no domino".
"Si yo supiera de donde vienen las buenas canciones, iría a ese lugar más seguido".
En su emotivo discurso, recordó una guitarra de cedro de la marca Conde que había conseguido justamente en España y que portaba hace cuarenta años. Admitió que nunca se había olvidado de su maestro veinteañero de guitarra flamenca que lo ayudó a conseguir su canción.