Los trastornos de la conducta alimentario (TAC) son un verdadero problema para la población de la Argentina se ubica segundo entre los países con más incidencia de este problema y la mortalidad de los que la sufren es más que significativa.
Puede pasar mucho tiempo para que una persona se dé cuenta de que un hijo, un hermano o una amiga, padece un trastorno alimentario. Es que la vida actual nos lleva por el camino vertiginoso de la inmediatez y el modo en el que nos “alimentamos” y los problemas que acarrea, demuestran que a esta vorágine mundana no nos estamos adaptando.
La bulimia, la anorexia o cualquier otro trastorno de la alimentación son la punta del iceberg de una problemática mucho más compleja, que acarrea la persona prácticamente desde su nacimiento, por lo que abordar la patología requiere no sólo de un trabajo interdisciplinario sino también de reeducación.
Así, el objetivo debe ser el de adoptar una conducta que esté basada en la denominada "inteligencia alimentaria", un concepto que abordaron cuatro especialistas en el tema durante la charla sobre "Alimentación y educación: el rol docente en la prevención de los trastornos de la conducta alimentaria", que se realizó el jueves en el auditorio Adolfo Calle, y estuvo destinado a educadores y público en general.
Educarse y alimentarse
La reconocida médica y psiquiatra infanto-juvenil María Estela Caccavo de Estefan aseguró que "es imposible separar la alimentación de la educación, porque el alimento educa y la educación alimenta". En este contexto, Caccavo explicó que cuando aparecen enfermedades -como los trastornos de la conducta alimentaria (TCA)- estas tienen un origen desde muy temprana edad y están estrechamente ligadas a la vivencia de lo compartido y lo interpersonal. A las relaciones sociales, en defintiva.
La especialista subrayó que los trastornos alimentarios no son un tema menor, menos en nuestro país, donde la cantidad de personas que padecen TCA ocupan el segundo lugar en el mundo detrás de Japón. Y más porque entre el 8% y el 10% de los afectados por esta patología, muere como consecuencia de ella.
Por eso, destacó que lo fundamental es prevenir estas afecciones. Para esa prevención resultan claves los roles que permitan una reeducación de la alimentación, tanto en el hogar como en la escuela.
“Sabemos del enorme esfuerzo que diariamente realizan los docentes a diario, pero son ellos los que tienen la oportunidad de influir sobre los chicos y adolescentes y hasta advertir algún problema relacionado con la alimentación”, explicó.
Una habilidad que debe ser aprendida
La nutricionista Noelia Giorlando se refirió a la "inteligencia alimentaria" y explicó que es una habilidad que "debe ser enseñada y aprendida porque tenemos que adoptar el comportamiento adecuado a la hora de alimentarnos. La comida es el alimento transformado. Debemos aprender a ser flexibles, regular las emociones y lograr un equilibrio físico y psíquico".
Giorlando señaló que "desde la Fundación Cetai, trabajamos en la prevención de trastornos de la conducta alimentaria y dificultades emocionales asociadas".
Sobre las dietas que se ponen de moda y la compulsión de muchas personas a realizarlas sin advertir los riesgos, la especialista consideró que "hoy la sociedad nos plantea un solo tipo de belleza valido, el modelo fitness: delgados pero con músculos marcados. Y vale preguntarnos sobre estos modelos de belleza", dijo. Y agregó: "La escuela juega un papel muy importante en el desarrollo de los niños y adolescentes, y comenzar a conocer y pensar en estos temas abre la posibilidad al cambio, a la empatía y a la ayuda".
El rol del adulto
El psicólogo Renzo Venturín recordó que en este tipo de problemáticas y desde un lugar preventivo "es fundamental el rol del adulto.
Y es justamente en este caso en el que el docente debe tomar un rol activo por ser un referente del adolescente”.
Es en la adolescencia donde la persona experimenta mayor vulnerabilidad a padecer trastornos, pero a su vez, es la crisis necesaria para el desarrollo de su propia identidad.
"Por eso la importancia del desarrollo de la inteligencia emocional en la adolescencia y en el trabajo del aula", aseguró.
Palabra oficial
Finalmente, la nutricionista María Fátima Ghazoul, habló de la "educación alimentaria nutricional", que tiene que ver con la alimentación saludable.
Como responsable del área de nutrición del Ministerio de Salud provincial, brindó información a los participantes sobre los proyectos y la implementación de políticas de nutrición.
En este sentido, destacó el material que está disponible en la página web de Salud, y que se denomina "Maletín Educativo de Salud".
Otra manera de pensar la comida saludable
María Fátima Ghazoul, representante del Ministerio de Salud de Mendoza, mostró en la charla un gráfico (que ilustra esta página) y que reemplaza a la pirámide alimentaria.
Ahora la alimentación saludable está representada por un plato, que en la mitad contiene verduras y frutas. En el centro está el agua. Y en las porciones menores se encuentran las harinas, legumbres, lácteos, carnes y frutos secos y, como opcionales grasas y azúcares. Esto se complementa con la realización del ejercicio físico en forma regular y reducción del consumo de sal.