Sofía Quesada (36) cuenta que estuvo con contractura cervical "zarpada" y mal del hígado durante una semana. Ella tuvo que mudarse y, como consecuencia de ello, su salud física y mental le pasó factura.
"No sé qué fue lo que más me estresó porque el cambio fue para mejor, pero creo que fue el tema económico. Dejar todo como corresponde o acostumbrarme a un nuevo lugar. Estuve con una contractura cervical zarpada y mal del hígado durante una semana. Otra cosa fue, por ejemplo, cosas que no funcionaban bien y te ponés nervioso. Lo que más extraño es mi cocina anterior y no me acostumbro a esta", señaló.
Como Sofía, son muchos los que se ven afectados por el estrés que genera cambiar de domicilio. Muchas veces, porque el contrato se termina y otras por razones mucho más graves, como la separación de una pareja.
Margarita, de 24 años, también apuntó al dinero -que en su caso era escaso- como uno de los factores de estrés. La joven se mudó a un departamento de Ciudad hace unos meses.
"Se paga mes de alquiler y comisión con el mismo monto y un depósito por un monto superior. Además, complica dejar un espacio que sentiste propio para empezar en uno nuevo, desconocido, cargando tus muebles y tu historia a todos lados. Estresa adaptarse, los vecinos nuevos, ser la nueva", dijo, agregando que hasta su gata sufrió las consecuencias del cambio porque estuvo una semana sin salir desde abajo del acolchado.
Por su parte, Cecilia (43) se separó de su pareja, con un hijo de tres años de por medio.
Ella se fue de la casa que compartían y, aunque no tuvo la presión del tiempo porque fue de común acuerdo, tuvo que empezar a llevarse sus cosas de a poco.
“El tema de no ir contrarreloj es lo que ayudó. Tampoco tener las complicaciones que surgen por no encontrar lugar. Tomar la decisión de sacar a mi hijo de su casa y traerlo a una casa nueva, y transformarlo en un hogar, hacerlo su habitación; eso es lo que fue estresante”, comentó.
Además dijo que sintió un "ruido emocional importante", pero que siempre prefirió atravesar este momento buscando alegrías porque, más allá de lo delicado del momento, siempre las hay. "Es una decisión para uno mismo pero cuando hay un tercero o más de un hijo involucrado, irte y sacarlo de la casa donde nació es algo que aún no logro tramitar", resaltó.
Una micropérdida
La psicóloga Dina Federman indicó que mudarse es una especie de "micropérdida" asociable también con un duelo, que si bien no genera depresión, genera el mismo estrés. "Es un combo de situaciones lo que una mudanza provoca. Es un momento de cosas acentuadas, que se mueven", señaló la especialista.
En detalle, dijo que hay mucho de lo emocional depositado en el lugar -en los espacios y objetos- que una persona está dejando. "Es un momento de decidir qué llevar, que tirar, que cosas sí, que cosas no. Esto mueve cosas que están adentro de uno", remarcó Federman.
Esta situación se refleja, por ejemplo, en la historia que cuenta Fiorella Rímola (36) quien asegura tener, por lo menos, 20 mudanzas en su historia. "Hay que tratar de estar en una postura lo más lógica posible, ver la parte positiva del cambio y concentrarse en las mejoras. No hay que enroscarse con la despedida de los lugares porque es un bajón y no suma", resaltó Fiorella.
Agregó que se debe considerar el estrés emocional de dejar un lugar con el que uno está familiarizado y tiene un orden, una rutina. "Para tener que generar todo eso de nuevo, hay que buscar la forma en que tus cosas encajen e incluso desprenderte de pertenencias en el proceso", detalló.
Continuando con la psicóloga, la profesional indicó que también hay que poner en la balanza el hecho de mudarse solo o con compañía (pareja, hijos u otro familiar). En este sentido, explicó que hay discusiones propias e internas que también generan situaciones de estrés.
“Te enfrentás con cosas que te duelen, que no te acordabas que tenías y te traen recuerdos. También con olores que te traen a la memoria emociones que se mueven.
También te enfrenta a responsabilidades mayores”, aseguró Federman.
Por su parte, Fabián Morales, que realiza mudanzas desde hace dos años, indicó que nota los nervios de la gente cuando se muda y que muchas veces este sentimiento se traslada a los encargados de realizar los traslados de muebles.
“Nos llegan objetos que debemos tratar como si fueran nuestros. Pero tratamos de lograr que la gente se desentienda y pueda desligarse de todo. Y para evitar empezar mal, lo primero que hacemos es llegar a horario”, explicó Morales.
Recomendaciones antiestrés
Fiorella que, como se dijo, tiene varias mudanzas en sus espaldas -algunas incluso fuera de la provincia- dijo que un factor muy importante es encontrar lo que uno necesita versus lo que hay disponible versus las exigencias de los propietarios.
Otro punto a considerar es la coordinación de logística, porque a veces le sucedió que la dejaron “plantada” quien iba a ayudar con el traslado o incluso el flete porque cualquier incumplimiento genera una demanda emocional adicional.
"Para la búsqueda hay que tratar de no ver demasiados lugares, porque es contraproducente. Te entorpece la decisión. Yo suelo hacerme una lista de lo que encuentro, descarto de entrada en base a los criterios que considero más relevantes", aconsejó.
Y agregó: "Normalmente tengo una idea previa de cómo está el mercado para saber cuándo encuentro algo que vale la pena".
Según contó Fiorella, en su última mudanza sólo vio dos lugares, dejando señado el último. "Siempre es importante tener un plan B y C de ser posible, y tener disponibilidad de dinero. Las cosas se resuelven con guita, siempre, en estos casos", aseguró.
En tanto, Morales aseguró que lo mejor que se puede hacer es tener todo organizado, de manera de que el traslado de los objetos sea lo más rápido posible. Otra buena idea, para él, es separar las cosas por sectores.
“Lo mejor es llevar primero la cocina, la heladera y el lavarropas. Después apilar todo por sectores. La ropa en una caja, las cosas de la cocina en otra. Y así. También identificar lo que es frágil”, remarcó el fletero.
La psicóloga Dina Federman, por último, también aclaró que trabajar en la previa sobre la inteligencia emocional es muy importante. "Eso ayuda a mitigar el conflicto con una persona o consigo mismo", declaró.
Para terminar, recomendó escribir en un papel aquellas emociones de las que se quiere poner distancia para “enfriarlas”. “En una adicción o con un grupo de autoayuda, se escribe en un papel cada vez que se recae. Porque el registro, al plasmarlo en un papel, ayuda a que la emoción quede lejos”, indicó la profesional.
Reducir tiempos, lo más buscado
Daniel Sara, de una empresa de mudanzas, explicó que no se ha tenido que enfrentar con clientes estresados porque por lo general, cuando van a buscar el mobiliario, lo peor ya pasó. "Ya tenés el hecho consumado. Y están predispuestos a mudarse", dijo.
De todas formas, señaló que observan un cambio de tendencia respecto a las clases medias ya que antes, al mudarse, dejaban en manos de los encargados de la mudanza todo el trabajo, pero que ahora intervienen tratando de ayudar lo más posible.
“Las clases medias están más limitadas económicamente. Antes nos dejaban todo a cargo, ahora quieren demorar el menor tiempo posible. Ahora también lo que piden es mudanzas combinadas, es decir, hacer dos mudanzas en un solo viaje”, dijo Sara.
Para terminar, indicó que otra de las tendencias es que la gente traslade todo lo "chico" (todo aquello que cabe en un auto) y deje lo más pesado para los traslados con flete. "La gente está más estresada por cuidar el dinero", cerró.
Algunos tips
-Tener en claro las necesidades de cada uno para contrastarlas con los inmuebles disponibles y con los requisitos de los propietarios.
-Coordinar la logística con anticipación para evitar imprevistos. En ocasiones puede que quien se haya ofrecido a colaborar en la mudanza no asista o que el servicio de fletes demore, lo que ocasiona un estrés adicional.
-No buscar demasiados lugares porque ello entorpece y dificulta la decisión. Hacer una lista con los criterios más relevantes y revisar cómo está el mercado inmobiliario para conocer todas las opciones y poder reconocer cuando se está ante el inmueble adecuado.
-Separar objetos por sectores de la vivienda antes del traslado y rotular cada caja