Muchas voces que den consejos - Por José Luis Toso

Muchas voces que den consejos - Por José Luis Toso
Muchas voces que den consejos - Por José Luis Toso

Fue otra semana muy intensa para el gobierno provincial. La demora en la emisión del último decreto presidencial sobre la cuarentena, el domingo, obligó a Suárez y a su equipo a postergar por un día las medidas ya acordadas para poner en práctica aquí en el marco de la fase 4 de la emergencia sanitaria.

Aspectos de la flexibilización posible en Mendoza que habían sido pedidos a la Nación el 6 de este mes llegaron tarde, seguramente por efectos de la complejidad en la toma de decisiones en el difícil terreno del área metropolitana (ciudad autónoma de Buenos Aires y conurbano). Es que prácticamente el 75% de los casos de contagio y muertes se produce en ese mundo de gente. Gran contraste con la gran mayoría de las provincias, donde los efectos de la pandemia son leves. Si bien en el marco global las estadísticas argentinas son más que favorables, sigue el temor de una explosión de contagios en las próximas semanas que tire abajo el esfuerzo de la gente en estos dos meses.

En el gobierno local hay satisfacción por el trabajo hecho hasta ahora. Consideran que la respuesta positiva de la Nación a lo sugerido por Suárez (“prácticamente todo le fue concedido”, dicen en su entorno) habla de la valoración que hacen semanalmente en la Jefatura de Gabinete. Hay otras provincias conducidas por justicialistas que aún no acceden a la flexibilización que ya fue autorizada aquí. “No nos dicen sí porque sí. Se ha hecho un trabajo muy importante en Salud y en otras áreas vinculadas a la estrategia por la pandemia”; es la apreciación de uno de los funcionarios más requeridos en este momento.

Pero no todo es pandemia. Eso es lo que pretenden demostrar en el gobierno local. Ya había sorprendido Suárez en el discurso del 1 de mayo con su ambiciosa propuesta de reforma constitucional. Ahora lanzaron desde el Ejecutivo la decisión de presentar el proyecto de ley del Consejo Económico, Ambiental y Social. Otra iniciativa de la campaña electoral. Calculan que el escrito será enviado en pocos días más. Trabajan en el Gobierno en los últimos detalles, en la “letra chica” del contenido.

Quienes más lo conocen, coinciden en que paulatinamente el Gobernador va mostrando el estilo de gestión que más le gusta, basado en la búsqueda de diálogo y consenso. Por eso remarcan que el amplio consejo que quiere constituir forma parte de su esencia política.

La idea que tienen en el equipo de Suárez es el de una convocatoria amplia, en la que esté representada la mayor parte de los sectores vinculados con el futuro económico y social de Mendoza. Por eso el sorprendente número de miembros llamados a formar parte del organismo si la propuesta avanza en las bancas. Hasta los ex gobernadores están incluidos y de ellos dependerá sumarse o no. El desafío es grande. Y si bien las decisiones que llegue a tomar el cuerpo colegiado no serán vinculantes, podrían influir con fuerza en las autoridades de turno de la provincia, que estarán representadas allí. Este consejo debería perdurar en el tiempo y no ser sólo una idea aislada del actual gobierno.

Se descuenta el consenso político para la ley que impulsará Suárez. El justicialismo también incluyó en su plataforma electoral una idea similar y venía reclamándole al Gobierno lo que, de algún modo, refleja la propuesta que irá a la Legislatura. Sin embargo, después del reciente mensaje ante la Asamblea Legislativa, varios referentes locales del Frente de Todos criticaron al Ejecutivo por una aparente falta de definiciones sobre la crisis económica y laboral de la provincia, ahora potenciada por la pandemia. El problema es que hablan de una inmediatez que seguramente no podrá abordar en breve, si llega a ser creado, el nuevo consejo intersectorial. Lo coyuntural seguramente justificará debates más específicos, aunque todo estará siempre enlazado al buen vínculo que pueda mantenerse desde aquí con la Nación.

En cuanto al sector empresario, ve con expectativa la idea oficial y destaca que también va en sintonía con un planteo que no hace mucho le hicieron al Gobierno, más que nada con la intención de aportar ideas ante las consecuencias económicas de las medidas sanitarias adoptadas por el coronavirus. Esa postura sumó prácticamente al 90% del arco económico y comercial de Mendoza. Está claro que empresa o emprendimiento que quede mal parado por la actual parálisis no tendrá una recuperación rápida.

Por ello los responsables de empresas suponían que el organismo a estructurar tendría menor cantidad de participantes. Algunos imaginaron que se trataría de una representación del sector privado convocado para debatir con el Ejecutivo y los legisladores alternativas para salir de la actual coyuntura y avanzar con la siempre frustrada discusión sobre una nueva matriz productiva para la provincia. No obstante, no ven con desagrado el alcance del consejo que piensa promover el proyecto del Ejecutivo. Y reconocen que, en mayor o menor medida, todos los candidatos a gobernador que compitieron con Suárez en setiembre del año pasado coincidían en la necesidad de nuclear y escuchar en algún ámbito a los sectores que pretende amalgamar esta iniciativa oficial.

Entrando ya en el plano de las especulaciones, distintas mediciones locales reiteran que Alberto Fernández y Rodolfo Suárez son los dirigentes mejor vistos en Mendoza. No es una sorpresa. Ya se ha comentado que, ante la emergencia, la trascendencia de los jefes de cada gobierno es mayor. Es probable que en muchas otras provincias ocurra lo mismo. El Presidente tuvo el mérito, por lo menos hasta ahora, de apurar un aislamiento social que disimuló falencias de infraestructura en salud y mantuvo baja la curva de contagios. Y Suárez se movió en la misma línea, no dudó un instante en adherir a las directivas emanadas desde la Casa Rosada (y Olivos) y tomó la iniciativa en algunas propuestas antes que las definiera el gobierno nacional. Por ejemplo, el reclamo de cierre del aeropuerto de El Plumerillo generó más de una crítica inicial, pero luego las decisiones presidenciales con respecto a los vuelos de cabotaje, suspendidos hasta nuevo aviso, terminaron dándole la razón al mendocino.

Y el equilibrio político continúa fortaleciéndose en Suárez. Cada semana el devenir político y partidario lo pone a prueba en ese aspecto. La semana pasada señalábamos que el presidente Fernández lo había expuesto, junto a otros mandatarios de provincias de la oposición, con el reconocimiento a la lealtad institucional ante la emergencia por la pandemia, diferenciándolos de otros opositores que, no a cargo de gobiernos, cuestionaban con fuerza las medidas del Ejecutivo nacional, en especial por las consecuencias económicas del actual aislamiento social.

Siendo Alfredo Cornejo, titular de la UCR, una de las voces más potentes contra el kirchnerismo y su actual gestión nacional, el silencio de Suárez le apuntala la confianza y respaldo que ha logrado hasta ahora de la cúpula del poder central. Una situación muy similar a la del porteño macrista Rodríguez Larreta, inmutable a pesar de las (muchas veces) lógicas arremetidas desde su propio espacio partidario contra las más criticables decisiones del kirchnerismo a la sombra del coronavirus, en casi todos los casos relacionadas con los casos por corrupción que comprometen en la Justicia a la Vicepresidenta y a muchos de los personajes de la anterior y extensa gestión de los K.

Suárez y Cornejo no están alejados. De ninguna manera. Hay entre ellos una suerte de pacto, de “distanciamiento táctico”, según la mirada de algunos analistas, que le permita al primero gestionar en buena relación con Fernández y al segundo ser una de las más fuertes voces críticas del gobierno nacional sin opinar sobre lo que sucede en esta provincia. Varios aseguran que esa estrategia de los dos referentes no se refleja hacia abajo, donde –comentan- las diferencias entre “suaristas” y “cornejistas” se advierten con facilidad.

Aquella actitud de Suárez, con el apoyo de la senadora Fernández Sagasti, le permitió en la semana al ministro Nieri avanzar con un acuerdo por la deuda provincial con el Banco Nación. Un paso importante, entre otros aspectos, en virtud de las grandes dificultades de caja que tiene la Provincia y que se agravó por la caída de la recaudación tributaria ante la coyuntura. Fue uno de los primeros pedidos del Ejecutivo local a la Nación a poco de asumir.

Respaldado en la buena imagen que le deja su gestión ante la pandemia y el respeto a las directivas nacionales, Suárez sigue apostando a darle forma a iniciativas que generen debate y se concreten en base al consenso. Es un sello, pero no es todo lo que debe resolver una gestión.

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