La rebelión social americana del siglo XXI es esencialmente por disconformidad del sistema económico vigente.
Las masas sociales aspiran a mayores beneficios, atribuyendo la desigualdad y pobreza, al sistema liberal.
Sin embargo, el sistema liberal, es como su nombre lo indica, libre, que coincide con el trípode económico de la Revolución Francesa: libertad, igualdad y fraternidad.
En democracia, todos y cada ciudadano tiene el derecho de elegir el gobierno y con ello, el sistema económico.
El problema de fondo reside en que el sistema económico ya existe. Es una ley natural, anterior al hombre, por lo cual el ser humano no lo puede cambiar.
En consecuencia, si el fenómeno económico es una ley natural, indiscutiblemente se aplicará a pesar de acciones humanas contrarias, como sucede, son todas las leyes naturales, tales como la ley de gravedad, las leyes de Newton, de conservación y de reposo o movimiento, la termodinámica, electrostática, atómica, etcétera.
No obstante que el fenómeno económico no es físico, sino social, es también ley natural, es decir, es un proceso constante de movimientos o transformaciones que tiene lugar sin que medie intervención humana.
Se origina en la ley natural denominada necesidad que por ser tal no se puede evitar y promueve todas las acciones necesarias para satisfacerla.
Los fenómenos sucesivos se denominan: valor económico y precio que determinan oferta y demanda y su consecuencia, el bienestar social elegido por la comunidad.
La necesidad es el motor, la fuerza que impulsa todos los actos naturales económicos. Cuando interviene el hombre dejan de ser naturales y se modifica el proceso; se altera el orden de los fenómenos, a favor de alguno/s y en contra de todos, de la sociedad, del bienestar social.
Un principio básico liberal es que la economía es social, es de todos, no de alguno/s.
En economía política, la necesidad actúa en forma conjunta con la escasez de recursos y la integración humana. La ausencia de cualquiera de los factores enunciados (necesidad, escases, comunidad) anula el fenómeno económico.
Pero los problemas existen y lo demuestran la disminución de las actividades económicas, la recesión, el retroceso económico, el aumento de la pobreza, la inflación, las dificultades de subsistencia, etcétera.
Eso es lo visible; lo invisible, lo esencial, lo principal, es la causa.
Si la causa es el propio fenómeno económico, no hay solución posible.
Sin embargo el fenómeno económico no puede ser negativo por cuanto tiene un motor natural que impulsa todas las acciones hacia un mayor desarrollo, cual es la necesidad humana.
Afortunadamente, como lo demuestra la evolución favorable de muchos pueblos, las notables desigualdades, la pobreza, la desocupación, la inflación, etcétera, no son males inevitables en el sistema liberal.
¿Cuál es el problema?
Si el sistema no es nefasto por sí mismo, sino todo lo contrario por la fuerza de la necesidad, el problema indudablemente radica en su ejecución.
Si no se respeta y hace respetar el proceso económico, éste se interrumpe, se traba y provoca falencias del fenómeno que perjudica el bienestar social.
Esto sucede cuando las autoridades económicas no respetan la sociedad, es decir el todo, e intervienen el proceso, ya sea favoreciendo un sector o fijando precios distintos a la ley natural.
Resulta que el fenómeno natural precio es CEO del fenómeno económico, muy sensible y rencoroso cuando no se respeta; cuando se favorece una parte se perjudica el resto y toda la actividad económica, porque se interrumpe y traba el proceso, que no es de alguno/s sino de todos.
Ejemplos graves fueron las crisis mundiales de 1929/1933 y 2008; la primera según Friedman se debió al fracaso de la Administración Pública y la segunda por intervenir (los bancos centrales de EEUU y UE) la tasa de interés; primero disminuyendo para favorecer el acceso al crédito y después aumentando para evitar excesos, lo que provocó la crisis y recesión mundial.
Ejemplos cotidianos son las fijaciones de precios, ya sea como tal, impuestos, congelados, fijos, regulados, administrados o convenidos. El colapso económico no fue otra cosa que el resultado del dique impuesto a los precios verdaderos.
Por lo tanto, no es el sistema liberal la causa de los problemas económicos, tal como pobreza, inflación, recesión y crisis; la causa es la ausencia de su aplicación correcta; o mejor dicho la ausencia de su aplicación.
Si no se hubiera respetado la mecánica física no se hubiera llegado a la luna.
En conclusión, el movimiento social del siglo XXI tiene fundamento cierto y debe estar dirigido hacia establecer en las Constituciones la obligación de los gobernantes de actuar siempre para todos y no para alguno/s, de respetar y hacer respetar la ley natural; castigar los excesos y aprovechamientos; es decir, actuar respetando y haciendo respetar normas y principios naturales en vez de propiciar ventajas y privilegios.