Movida nocturna en la costa chilena

Bares y discotecas junto a las playas de Reñaca y Viña del Mar toman protagonismo cuando cae el sol.

Movida nocturna en la costa chilena

Mientras el sol se va escondiendo en el Pacífico y muchos disfrutan de la escena desde la playa, otros prefieren comenzar desde temprano el carrete o la gira, palabras con las que se describe a la salida nocturna en Reñaca.

La ciudad, que por estos días está repleta de jóvenes mendocinos, chilenos y de otras parte de Argentina, comienza lentamente a transformarse en un sitio ideal para tomar algo, conocer gente nueva y compartir con amigos al ritmo de la música.

La primera cita obligada lleva a los chicos frente al sector cinco de la costa, allí se encuentran tres locales que promocionan el "after beach", un momento de relax y baile "tranqui" que se extiende desde las cinco de la tarde hasta las doce de la noche.

Uno de ellos es conocido como Reñaca Beach Club, un pub de alta categoría que tiene dos pisos, sectores VIP y una vista privilegiada del mar. Apto para mayores de 18, las mujeres entran gratis siempre y cuando cuenten con una pulsera roja que reparten promotores en la playa.

Para los varones ingresar sale desde $2.500 chilenos o aproximadamente unos 60 argentinos (siempre tomando la cotización "blue" de 24,5). Allí maneja el ambiente del atardecer el DJ Jordan Ferrer.

"Es un bar exclusivo,quienes vienen aquí no son clientes son invitados y se pueden encontrar con todo lo mejor", aseguró Juan Eduardo Parker, manager del lugar, a la vez que comentó que por estos días el pub se llena de mendocinos.

"La verdad que está muy bueno, llegamos tipo 9 y nos quedaríamos más pero en un rato nos vamos a cenar", contó Alfonso (29) quien llegó hasta allí con su novia Victoria. Lo que más le agradó del lugar fue que si bien había gente, encontró un buen espacio para bailar. "Además podés apreciar la playa desde un mirador privilegiado", destacó.

Jorgelina (22) y María Emilia (19) eligieron apreciar la puesta del sol en el lugar. "Vinimos temprano para conocer y hasta nos regalaron algunos tragos", relataron fascinadas las jóvenes que llegaron por primera vez a vacacionar a la ciudad chilena.

"Nos habían contado que Reñaca se ponía bueno en el verano pero nunca pensamos que iba a ser tan genial, tenés un montón de cosas para hacer y está lleno de jóvenes", remarcaron.


Que siga la fiesta
Cuando las ganas de cenar comienzan a ganarle a las de bailar, los pubs se van despejando y los jóvenes se dispersan para comer. Pero el descanso no dura mucho ya que hay que prepararse para volver a salir. Pasadas las 12.30 las calles se llenan nuevamente de chicos cuya única preocupación es elegir a qué boliche concurrir.

"Tenés Ritoque que queda en Concón, Club O en el centro, Living que está saliendo de Reñaca y si no te tenés que ir para Viña donde hay muchos más", enumeró ante la consulta de este diario Cristian (20) que llegó el 1 de enero y ya es experto en la noche de la costa chilena.

Para trasladarse hasta los locales bailables pasan micros por la costa que rondan los 500 chilenos, poco más de $12 argentinos. Allí se encuentran cientos de jóvenes que comienzan a vivir la previa de lo que será la noche. Un asunto importante para ellos es conseguir un "free" y llegar antes de la una para no tener que pagar entrada.

Julieta, Romina y Daiana optaron por ir a Living la noche del sábado. "Se llena de mendocinos y pasan muy buena música", señalaron. Otro aspecto positivo que le encuentran es que no queda tan alejado, sino a unas diez cuadras desde el primer parador de la costa.

"Antes de venir nos juntamos en el departamento a previar con unos amigos, pero tuvimos que salir rápido para no pagar la entrada que hoy sale $7000 chilenos ($170 argentinos) con un trago", precisó la primera.

Los que prefieren quedarse cerca del centro y no pagar una entrada tan costosa encuentran una alternativa perfecta en Club O.

"Nosotros repartimos muchos free en la playa y los demás pagan $5.000 chilenos ($122 argentinos) con una piscola", explicó el administrador del boliche, Rolando Espinosa. Si bien desde la una de la mañana el lugar ya luce repleto, los mendocinos comienzan a llegar después de las dos y, a veces, la desesperación por ingresar genera empujones en la puerta.

Emilia, Micaela, Aylen, Nacho y Agustín arribaron a Reñaca el sábado cerca de las 20, enseguida se bañaron, cenaron y no quisieron perderse el boliche en su primera noche.

"Venimos por diez días y este es el primer boliche que conocemos", comentaron los jóvenes que se hospedan en el departamento de una amiga. "Vamos a ver qué pasa esta noche, pero esperamos divertirnos", deslizaron en conjunto.

Bailando divertidas en la pista de electrónica con dos tragos en la mano se encontraban Martina y Sol. "Está muy bueno este lugar, lo elegimos porque esta tarde nos dieron una invitación y porque nos queda cerca", señalaron.

Oscar y Ramiro fueron dos jóvenes que aprovecharon la oferta completa y disfrutaron cada paso de la salida nocturna."Primero fuimos al after beach donde nos hicimos amigos de unas chicas de Buenos Aires, cerca de las 10 nos fuimos a comer unas empanadas por ahí, tomamos algo y vinimos para acá a seguir tirando pasos", detallaron.

A ellos les encantó el lugar porque no sólo se encontraron con chicas mendocinas, sino también con chilenas y de otras partes. "El ambiente es más variado y eso suma", recalcó el primero.

Los tragos de verano

Aunque en Chile la bebida más elegida siempre es el pisco y la piscola sigue siendo el trago que más sale, en enero en Reñaca el fernet está cerca de desbancarlo.

Es que si bien los mendocinos se animan a nuevos sabores, no pueden pasar sus vacaciones sin su trago preferido. La mayoría opta por traerse de Mendoza varias cajas de fernet, ya que acá es más difícil de conseguir y es más caro.

En nuestra provincia una botella de primera marca ronda los 80 argentinos y menos si se consigue en un mayorista, cuando en Reñaca una segunda marca en el supermercado llega a los 100 argentinos.

En los boliches la mayoría de las entradas incluyen una consumición, pero quienes desean seguir tomando tienen que pagar desde $4.000 chilenos (unos 100 argentinos) para comprarse un trago.

Para los que buscan precios lo más económico es una botellita chica de cerveza que cuesta $2.500 (60 argentinos). Otras bebidas que aparece entre las más consumidas son el ron y el bitter acompañado de jugo de naranja.

Para dar una muestra de sus habilidades, Francisco, el barman de Reñaca Beach Club, preparó un "tequila sunrise", un trago con tequila, jugo de naranja y granadina. "Acá preparamos todo tipo de cocktails y lo que se pide mucho es el pisco sour", relató.

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