Se terminó el amor. Alberto Fernández sorprendió el miércoles con dardos a Mauricio Macri y a María Eugenia Vidal, a quienes les atribuyó "el enorme proceso de degradación del Estado" y que en la Provincia de Buenos Aires no se hubieran inaugurado dos hospitales pese a estar listos desde fines de 2015. Ayer Juntos por el Cambio (JPC) afirmó que el Presidente "consagra el pacto de impunidad" con Cristina Kirchner, al retirar a la Oficina Anticorrupción (OA) de las dos principales causas judiciales en que está involucrada. La guerra ya empezó.
El Presidente gozó del período de gracia de todo gobierno nuevo, que se estiró por una suerte de unidad nacional contra la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2.
El jefe del interbloque JPC de Diputados, el radical Mario Negri, llegó a decirle al jefe de Estado: "Usted es el comandante de esta batalla".
Pero las tensiones no tardaron en aparecer: el 30 de marzo se realizó un masivo cacerolazo para pedir "que los políticos se bajen los sueldos".
La organización de la protesta casera fue atribuida al sector más rabioso de JPC, cuya cabeza visible es la presidenta del PRO, Patricia Bullrich.
La exministra de Seguridad de Mauricio Macri fue rápidamente cuestionada por otra figura de la principal fuerza opositora, Elisa Carrió, que salió a apoyar a Horacio Rodríguez Larreta. Claro: las protestas también lo afectaban al jefe de Gobierno porteño, el presidenciable más evidente de la oposición.
Bullrich, de todas maneras, no mesuró su discurso y ante cada oportunidad salió a criticar con fiereza al gobierno de Fernández, al que en pocos días acusó de gobernar por decreto y avalar la liberación de presos, desfilando por los medios.
Los cambiemistas que hasta el momento habían mantenido la cautela para no dar pasos en falso ahora están decididos a empezar a atacar. Con la misma furia.
Discursos y reapariciones
JPC salió ayer con un severo comunicado por la decisión de Fernández de que la OA se desentienda de las causas Hotesur y Sauces que afectan directamente a Cristina Kirchner y sus hijos, Máximo y Florencia.
"Estamos frente a un plan sistemático para garantizar impunidad para aquellos que son investigados por corrupción", dijeron.
Técnicamente esta decisión no significa que las causas se vayan a caer, porque siguen siendo investigadas en los tribunales, pero sí caló hondo en el mundo opositor.
Tras las críticas de Fernández a Vidal, la exmandataria no salió a contestarle —porque Vidal por lo general no contesta— pero sí reapareció ayer en Lanús. Las fotos son avisos.
Carrió no reapareció, pero en una entrevista con este medio, el presidente de la Coalición Cívica-ARI no descartó que vaya a ser candidata el año que viene, tras haber renunciado a su banca de diputada el 1º de marzo para "jubilarse". "'Lilita' y el partido tomarán una decisión más adelante", afirmó.
Una vez Emilio Monzó dijo que los políticos se jubilan cuando mueren. A lo mejor Carrió confirma su proverbio.
En JPC los discursos se endurecen y reaparecen las figuras, poco a poco. Van enfilando los cañones. La unidad nacional contra la Covid-19 se diluye mientras aparecen sectores cada vez más descontentos por la crisis económica. A ellos, consideran, los deben representar.
Futuro problemático
Tras las primeras sesiones por internet del Congreso, que fueron consideradas victorias políticas de Cristina y de Sergio Massa, presidente de Diputados, ambas cámaras tienen vigentes sus protocolos y se preparan para continuar trabajando a distancia, tanto en comisiones, con firma digital, como en las reuniones de los plenos. Pero no todo será color de rosa.
El acuerdo en este primer mes es debatir temas no problemáticos, leyes que puedan salir con facilidad. Pero la noticia de que el Gobierno le mandará al Congreso la semana próxima su proyecto de reforma judicial les puso los pelos de punta a los cambiemistas. Sospechan de la letra chica y creen que la reforma será en verdad un avance sobre el Poder Judicial, al estilo del fallido paquete de "democratización de la Justicia" que impulsó Cristina, siendo Presidenta, en 2013.
En la madrugada de ayer, en el discurso de cierre de la sesión virtual, el jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, Máximo Kirchner, lanzó un anunció que no pasó inadvertido en JPC: "Hemos llegado a poder sesionar con proyectos como puntos de acuerdo de convergencia. Y obviamente habrá en el futuro proyectos quizás más divergentes".
Antes, Negri dijo que las sesiones mixtas —no las define como virtuales, porque no cree en ellas— son sólo para cuestiones preacordadas, y que los verdaderos debates serán "face to face", cara a cara.
"Se va a pudrir todo, no ahora, con estas sesiones por internet, pero en junio se pudre todo. Ellos querrán meter temas difíciles en sesiones virtuales. ¿Cómo se le pide a un diputado que no se siente en su banca? No se lo puede echar por la fuerza pública", plantearon en el bloque radical.
En JPC, además, cayó pésimo el DNU presidencial 457/20, que le otorga superpoderes a Cafiero, y que en la sesión virtual de Diputados también fue cuestionado por la oposición más moderada, encarnada por la bonaerense Graciela Camaño y el mendocino José Luis Ramón.
La pandemia continúa y aún no se produjo el pico de contagios, mientras la crisis económica se profundiza. Pero la política ya asoma.
Sagasti y el pliego de Rafecas
En el Senado, la presidenta de la comisión de Acuerdos, Anabel Fernández Sagasti, está trabajando en un protocolo de audiencias públicas para los postulantes a jueces pero sobre todo para el candidato del Presidente a jefe de los fiscales federales, Daniel Rafecas.
El pliego ya está en el Senado y ya empezó el trámite. El actual juez federal en lo Criminal y Correccional Federal Nº 3 de la Capital Federal debe presentarse a una audiencia pública en la comisión que lidera la senadora mendocina de La Cámpora.
Tras esa instancia, en el recinto deberá reunir los dos tercios de los votos de los presentes. El Frente de Todos tiene mayoría, 40 de los 72 senadores (sin contar al peronista tucumano José Alperovich, que pidió licencia para afrontar una causa en su contra acusado de violar a su sobrina). Pero no llega a los dos tercios sin quebrar voluntades en la oposición.
En Juntos por el Cambio cuestionan a Rafecas por al menos tres casos: que desestimó la denuncia de Alberto Nisman contra Cristina Kirchner por el supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA en 48 horas; que se mensajeó con el abogado de José María Núñez Carmona, socio de Amado Boudou, en los albores de la instrucción del caso Ciccone, y que en la causa coimas del Senado procesó a los acusados que terminaron todos absueltos, una causa que muchos radicales no olvidan y cuyo avance atribuyen al propio Alberto Fernández, que entonces era jefe de Gabinete de Néstor Kirchner.
"Estamos cerca", dicen en el Frente de Todos, aludiendo a la posibilidad de conseguir los dos tercios para que Rafecas se convierta en el nuevo procurador general de la Nación, cargo en que se desempeña de manera interina Eduardo Casal, tras la renuncia, en 2017, de Alejandra Gils Carbó.
De cualquier manera, el tema Rafecas no podrá ser debatido en lo inmediato en el pleno del Senado, porque las sesiones virtuales, por decisión de Cristina, se restringen a asuntos vinculados con la emergencia sanitaria y la crisis económica ocasionada por el aislamiento contra la pandemia.