Continúa siendo muy preocupante la tasa de mortalidad de conductores de motocicletas en nuestra provincia. Venimos registrando casi todas las semanas incidentes que tienen como protagonistas a quienes guían este tipo de rodados.
El hecho de no poseer una carrocería que proteja al conductor hace que en cualquier emergencia sea el cuerpo de éste el que recibe directamente el impacto o golpe.
En abril pasado ya habían muerto hasta ese momento del año 31 personas, y desde entonces se sumaron otros trágicos sucesos de tripulantes que se desplazaban en rodados de dos ruedas.
Al final de la segunda semana del mes en curso se lamentaron dos casos fatales, uno en Junín y otro en Tunuyán, y el jueves pasado se produjeron dos muertes más, en la Costanera en un caso y en la ruta nacional 7, en Luján de Cuyo, este último de noche. Pero, el sábado la crónica policial volvió a enlutarse con los decesos de un hombre de 34 años y un joven de 20, en Maipú y Las Heras, respectivamente.
Los accidentes fatales en moto lideran una triste estadística en la provincia, y existe el temor de que esa tendencia se mantenga debido a que es un vehículo cuyo uso se ha incrementado notablemente en los últimos años.
En 2016 se patentaron 16.000 unidades en la provincia, número que creció a 26.560 en 2017, mientras que en los tres primeros meses del año en curso ya se habían librado al uso 8.153 rodados.
Recordemos además que la mayoría de las pérdidas por siniestros en motos se llevan la vida de usuarios jóvenes, de unos 25 años en promedio.
Un informe del Ministerio de Salud provincial, que ya tiene varios años, sigue siendo dramáticamente actual. Dice lo siguiente: "Las características de la juventud han sido, siempre, la sensación de ser invulnerables. La fantasía del joven es pensar: 'a mí no me va a ocurrir', los accidentes le ocurren a los 'otros'. Ellos tienen la sensación de ser omnipotentes y autosuficientes, están convencidos de sus reflejos y de sus habilidades como conductores. Éstos son algunos de los aspectos que predisponen los accidentes de tránsito en estas edades", sostenía ese estudio.
Al otorgar la licencia de conducir en algunos países del primer mundo, los rodados de los principiantes jóvenes deben llevar pegados una leyenda durante los 2 años de obtenida la misma, que advierte que el que maneja es un aprendiz. Habría que imaginar algo para la camada de nuevos conductores de motos.
Dada la reiteración de incidentes con motociclistas es necesario insistir en el manejo preventivo y en reiterar las campañas educativas, similares a las dedicadas al cuidado de la salud en invierno, como aún se puede apreciar en algunas cartelerías en las calles de Gran Mendoza.
Otras recomendaciones que a veces no son tenidas en cuenta por los motociclistas es señalizar cualquier cambio de dirección que se vaya a efectuar; asegurarse de tener espacio libre para maniobrar; no zigzaguear entre el tránsito, y usar el foco encendido en todo momento. Asimismo, conducir el rodado por donde lo puedan ver con facilidad, además de mantener una distancia razonable con el vehículo de adelante, evitando ubicarse en "puntos ciegos".
En síntesis, como dijimos que son los jóvenes los que más protagonizan incidentes en la vía pública, ese segmento de usuarios deben comprometerse a adoptar actitudes preventivas y convencerse de que el accidente de tránsito es evitable y prevenible, salvo que alguien no quiera su propia vida y ni la del prójimo, y conduzca en los extremos de la imprudencia y la desidia.