Mientras el partido del expresidente Evo Morales, exiliado en México, se tomará al menos un mes para buscar a candidatos presidenciales de consenso entre los sectores sociales e indígenas con miras a la próxima contienda, en el lado de la oposición un binomio que lideró las fuertes protestas contra el exmandatario, decidió separarse.
El sábado, el Movimiento Al Socialismo (MAS) realizó un congreso extraordinario en el que se nombró a Morales como presidente de la campaña para los nuevos comicios, que aún no tienen fecha definida.
El plan era encontrar a potenciales nombres para la justa presidencial, pero el secretario de comunicación del MAS, Gualberto Arispe, explicó a periodistas que se decidió postergar hasta el próximo congreso, a celebrarse en un mes, la designación del binomio. En ese periodo las organizaciones deberán consensuar con sus bases, agregó.
Los opositores que encabezaron las protestas contra Morales, el líder cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y de Potosí, Marcos Pumari, no irán juntos. Camacho informó que está buscando un acompañante, mientras Pumari aún procura llegar a consensos.
En tanto, el expresidente Carlos Mesa, quien llegó a segunda vuelta con Morales en la anulada contienda presidencial pasada, anunció su nueva postulación presidencial, aunque todavía no dio a conocer el nombre de su acompañante de fórmula.
El diputado del MAS Juan Cala explicó ayer que dentro de su partido se busca dar prioridad a la unidad de las bases y que el candidato que sea elegido sea el representante consensuado de todos los sectores del partido.
“Hay diferentes corrientes, unos que quieren rápido nombrar el binomio, pero (otras) no. Hay que tomar el tiempo que corresponda, porque se tiene que tener candidatos que emerjan de las organizaciones sociales se indígenas’’, dijo.
Morales, quien viajó el viernes a La Habana a una revisión médica, ha pedido a sus correligionarios unidad y resistencia ante una fuerte división de su partido.
Entre otros precandidatos que suenan para los nuevos comicios figuran también el exministro de Economía, Luis Arce, el excanciller David Choquehuanca, el dirigente cocalero Andrónico Rodríguez y la senadora Adriana Salvatierra.
Pero Cala sostuvo que “se busca rescatar la esencia’’ con la que comenzó el MAS hace más de 15 años y sin personas que, según él, han hecho daño a su partido, en aparente referencia a Arce y Salvatierra.
Automarginada
La autoproclamada presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, por su parte, rechazó la posibilidad de presentarse como candidata en las elecciones presidenciales que se celebrarán en los próximos meses.
"De hecho no, no", aseguró Áñez en una entrevista publicada por el diario boliviano Página Siete al ser interrogada si está considerando la posibilidad de su candidatura. "Por ahora me estoy abocando al objetivo que nosotros nos propusimos sobre la base de lo que la población quería: salir de una opresión de muchos años, pacificar y unir a todos los bolivianos, porque estamos cansados de que nos incentiven al odio", dijo.
Así, Áñez descartó estar aprovechándose de una situación de privilegio. “Creo que sería deshonesto (...) Quiero irme con la frente en alto”, explicó la mandataria.
En particular criticó a "esa izquierda irracional" como "esa gente que nos visitaba de Argentina" que, según Áñez, "critican el pelo, que critican la forma", en referencia a la Delegación Argentina en Solidaridad con Bolivia, una misión de observadores que denunciaron delitos de lesa humanidad en la represión de las protestas contra la salida del poder de Morales.
Áñez reconoció que el momento en el que murieron 10 personas, ocho según las autoridades, durante la represión de una protesta en Senkata, cerca de El Alto, fue el "más difícil" de su mandato.