La agencia calificadora de riesgo Moody’s alertó este miércoles que la economía de la Argentina caerá 3,8% este año y 2,5% en 2020, y planteó su preocupación sobre el impacto de la crisis de deuda en el consumo, que remarcó es determinante para revertir la recesión.
“Tras la contracción de 1,7% en 2018, es probable que el PIB total disminuya un 3,8% en 2019 y 2,5% en 2020, marcando tres años consecutivos de recesión", calculó Gersan Zurita, Senior Vice President de Moody's.
Mediante un nuevo informe, la calificadora adelantó que el consumo se verá afectado en 2020, en línea con la recesión económica y el deterioro de la confianza del consumidor debido a la incertidumbre política y la crisis financiera.
Los desalentadores augurios de Moody’s están en línea con los nuevos vaticinios que realizó el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el futuro económico de la Argentina.
"En la primera mitad de 2019, los argentinos redujeron el gasto considerablemente, profundizando el malestar económico que comenzó con la crisis financiera de mediados de 2018", agregó Zurita.
Y luego completó señalando que "el debilitamiento del peso y una buena cosecha aumentaron las exportaciones del país, pero esto no fue suficiente para compensar la disminución del consumo”.
Además, Moody's anticipó que el desempleo probablemente seguirá aumentando en 2020, ya que la contracción económica alcanzará su tercer año consecutivo, lo que agrega un estrés significativo a los trabajadores del sector privado.
Sobre la marcha de la inflación, la calificadora de riesgo estimó que la misma continuará limitando el poder adquisitivo de los consumidores argentinos en 2020. “La disminución de las perspectivas de empleo y la alta inflación limitan la capacidad de los consumidores para sacar a la economía de la recesión”, agregaron.
“Las expectativas de inflación a la deriva, combinadas con la incertidumbre política, elevan el costo del crédito a niveles inalcanzables para la mayoría de los consumidores en Argentina, y las deficientes condiciones operativas debilitarán aún más la capacidad de los consumidores para pagar sus créditos”, señala el reporte.
Sin embargo, consideran que “el uso de deducciones directas a los salarios y estándares de suscripción más estrictos en los bancos limitará la caída sistémica asociada con préstamos vencidos”.