El quehacer y la calidad humana del ingeniero civil Guillermo Monserrat, fallecido la semana pasada en esta capital, serán muy recordados por las personas que lo conocieron y lo trataron.
Al momento de su muerte, a los 62 años, era el presidente de la delegación Mendoza del Automóvil Club Argentino (ACA), institución a la que se brindó con gran dedicación durante muchos años.
Era un gran impulsor de las actividades y servicios de la histórica entidad del automovilista.
También participaba de la comisión directiva del Hospital Español, siguiendo los pasos de su padre, el ingeniero Miguel Monserrat, de 92 años, quien ocupó mucho tiempo el cargo de presidente de la institución médica de Godoy Cruz.
Guillermo fue socio fundador de la Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza. Hombre afable y solidario, cosechó muchas amistades en diversos ámbitos. Además, se lo evocará como un entusiasta de la pesca deportiva, integrante de la Asociación Mendocina de Pesca con Mosca.
Su consejo, pese a la cruel enfermedad que lo aquejaba, era "disfrutar la vida, pelear solo por la familia y los amigos, porque en la mochila del alma no entra otra cosa", solía decir.