Montecaseros exprimió al máximo su potencial individual para romper un partido que estaba armado desde lo colectivo. Fue 1-0 porque Facundo Aguilera apareció en el área rival rompiendo el muro en que se había convertido Dante Barroso con sus intervenciones. El “1” visitante fue decisivo para que su equipo no se llevara al Sur una goleada inolvidable.
El encuentro se armó desde las bases colectivas de ambos. En el local, la intención de salir jugando desde el fondo se apoyaba en el primer pase que daba Mario Marchetti. La visita, metida en su campo y esperando su chance de salir rápidamente, desplegando por las bandas a sus volantes, variaba entre el pase corto hacia los costados y el pelotazo largo para sus delanteros. Era más profundo Montecaseros, sin dudas.
Andes FC era un cúmulo de voluntades con escaso peso ofensivo para inquietar a Ignacio Accordino, quien tuvo una tarde tranquila.
Medina en dos ocasiones, Correa y Heresperger pudieron abrir el marcador, pero siempre fallaron en la puntada final. Las manos de Barroso fueron un escollo difícil de romper en ese último remate y el grito de gol debió esperar hasta el complemento, cuando el partido se rompió definitivamente.
Las piernas comenzaron a pesar y las imprecisiones fueron más comunes. Desde la ordinariez del juego llegaron los pelotazos largos y el local tuvo algunos problemas para resolver ante la potencia de Pablo Sánchez. Sin embargo, el “9”, que casi no tuvo compañía, jugó demasiados lejos del área rival y no tuvo grandes ocasiones.
El gol de Aguilera vino a poner un m arco de justicia a los 90'. Pudieron ser más, pero Barroso se empecinó en ser figura.
Seis puntos en dos encuentros y la confianza de tener una identidad. Eso es Montecaseros. Andes FC debe corregir errores, y, sobre todo, arriesgar un poco más.
