Dirige desde Mendoza un emprendimiento agrícola radicado en San Juan. La iniciativa tuvo su génesis hace unos años, cuando Mónica Molina de Valenti frecuentaba Cuyo con su familia, por negocios vinculados con la actividad minera.
“El contacto con el campo se dio cuando ingresamos a un fideicomiso de olivos en San Juan”, explica, y tras un año de residencia en Europa, donde perfeccionaron sus estudios, decidieron volver al país.
La empresaria afincada en Mendoza habla en detalle del proyecto que muestra, en pleno desarrollo, una explotación de 175 hectáreas, de las cuales 100, están destinadas exclusivamente al cultivo de granadas.
-¿Cómo surgió la idea de incursionar en la producción de granadas?
-Teníamos un vínculo con la agricultura a través de un fideicomiso olivícola, en San Juan. A partir de allí, nos interesamos en las granadas porque tienen mucha demanda en países de Europa y nosotros estamos en contra estación con los países productores de Oriente Medio. Pero, en el fondo, creo que nos atrajo el desafío de un cultivo no tradicional en esta región, con proyección de futuro.
-¿Por qué eligieron San Juan para instalar el emprendimiento?
-Por las condiciones de clima y suelo. Es una especie que logra su mejor desarrollo en suelos áridos y climas calurosos y secos. Por eso también iniciamos una plantación de pistachos y de olivos, e inclusive destinamos una parte a melones y sandías. Pero destinamos la mayor superficie al cultivo de granados. Son 100 hectáreas, sobre un total de 175 cultivadas.
-¿Por qué dejaron un espacio para melones y sandías?
-La producción de melones y de sandías tuvo por finalidad generar recursos que contribuyeran a la manutención de la finca, porque habíamos hecho la inversión en la tierra, en el sistema de riego por goteo y en las plantas, y hay que esperar varios años para que el cultivo principal comience a generar algún beneficio económico.
-¿Cuánto deben esperar para tener la primera cosecha?
-El cultivo está instalado desde hace cuatro años y medio, y este año obtuvimos la primera cosecha. En febrero, de las variedades Shany, Acco y 116, y en marzo cosechamos la variedad Wonderfull. Estimamos que esta primera cosecha nos va a dejar, en total, 100 mil y 150 mil kilos. Pero cuando el cultivo entra en plena producción se pueden obtener unos 20.000 kilos por hectárea.
-¿Cómo han planteado la estructura del cultivo?
-Hemos dividido las 100 hectáreas en 7 cuarteles. Dos de ellos ocupan una superficie de entre 8 y 9 hectáreas, y el resto, entre 15 y 16. Son entre 500 y 600 plantas por hectárea, la mayor de la variedad Wonderfull, y en menor proporción las variedades Shany, Acco y 116. En todos los casos, el sistema de conducción es multitronco. Las plantaciones se hicieron entre los años 2010 y 2011.
-¿Hubo factores que condicionaron la evolución de este emprendimiento?
-Por un lado, factores climáticos, como la helada tardía del 2013. A partir de ese momento, los trabajos culturales, como la poda y el desbrote, fueron todo un aprendizaje, ya que la planta tiene una formación especial en brazos. Por otra parte, con los frutos de la primera cosecha han surgido inconvenientes para mantener la cadena de frío.
Cultivo incipiente en Argentina
Mónica Molina de Valenti explica que “la granada es originaria de Oriente Medio” y que “los principales países productores son India, China e Israel”.
Según destaca, “en Argentina hay unas 300 hectáreas implantadas en San Juan (contando nuestra finca), alrededor de 200 en Córdoba y otras 200 en la provincia de Salta”.
Señala que la producción mundial “supera los 2 millones de toneladas, que España es el país que lidera las exportaciones y que el mayor consumo se concentra en Europa”. Un detalle: Suiza y Suecia son los destinos que mejor pagan. Están provistos por España, excepto entre febrero y agosto, con lo cual ese período sería una ventana interesante para entrar con la producción argentina.
En los países europeos “no sólo consumen el fruto fresco, sino también en jugos y repostería, e inclusive emplean las semillas en la preparación de productos para la salud y en cosmética”.
Perfil
Mónica Molina de Valenti. (39) Es colombiana, de Medellín. Licenciada en diseño gráfico, con un posgrado en Marketing y Management de la Universidad de Belgrano.
Es propietaria, directora Comercial y de Imagen Corporativa de Finca Osiris SA, una explotación agrícola enclavada en el departamento sanjuanino de Sarmiento, que dirige desde Mendoza, donde reside con su familia desde hace 7 años.