Hace tiempo que Monica Bellucci dejó claro que era mucho más que un cuerpo y un rostro explosivos. Con una carrera dividida entre taquillazos y cine de autor, la ex modelo italiana ha sabido huir de los clichés y ganarse el respeto del sector. Hoy, el Festival de San Sebastián le rinde homenaje entregándole el tercer Premio Donostia de esta 65 edición.
"La belleza dura cinco minutos", dijo en un fluido inglés esta actriz políglota -también habla francés y algo de español además de su italiano natal- que acudió a la rueda de prensa enfundada en un elegante traje oscuro. "Cuando eres guapa llamas la atención de la gente, pero si no hay nada más, dejas de interesar.
Tengo casi 53 y sigo trabajando, así que espero que haya algo más", añadió.
De que lo hay dan fe sus 25 años de carrera, en los que Bellucci no sólo fue la "chica Bond" más madura de la historia del agente secreto en "Spectre" y participó en superproducciones como "Matrix Reloaded" o "La pasión de Cristo" -donde interpretó a María Magdalena-, sino que también trabajó a las órdenes de cineastas como Isabel Coixet ("A los que aman") o Emir Kusturica ("En la vía láctea").
"Conmovida y honrada" por el Premio Donostia, que en el pasado recibieron actrices como Meryl Streep o Lauren Bacall, Bellucci afirma que ve su trabajo como una "experiencia personal" y una forma de conocerse mejor con cada decisión que toma. En este sentido, celebra que las mujeres de su generación se tengan "mucho más respeto", pues eso se nota también en el cine, donde siguen existiendo papeles para ellas.
De "Malèna", la película que rodó a las órdenes de Giuseppe Tornatore y que hoy se proyecta a modo de homenaje, tiene un "recuerdo muy bonito", pues dio la vuelta al mundo y le brindó la oportunidad de trabajar en otros países. No obstante, recalcó, por muchas alfombras rojas que pise, "la única persona en el mundo que puede hacerte sentir una estrella es tu madre".
Antes de que Bellucci eclipsara al resto de protagonistas de la jornada, ésta había arrancado con sobresaltos de la mano del thriller psicológico "El secreto de Marrowbone", ópera prima del guionista de "El orfanato" Sergio G. Sánchez. Como hiciera con ésta Guillermo del Toro, esta vez es el director J.A. Bayona quien apadrina a su habitual colaborador como productor.
Como no podía ser de otra manera, el inminente referéndum convocado unilateralmente para este domingo en Cataluña se coló en la rueda de prensa. Bayona (Barcelona, 1975) confiesa que la situación le da "un poquito de miedo". "Me preocupa lo que está pasando porque se está produciendo una fractura", declaró. Incluso en su casa tienen que parar las discusiones "porque se altera mucho el ambiente".
Rodada en inglés, con una complicada estructura narrativa y una cuidada fotografía, "Marrowbone" pasa del terror gótico al drama familiar para narrar la historia de cuatro hermanos que luchan por construir un hogar. Tras huir a Estados Unidos escapando de un padre innombrable, intentan hacer frente a la prematura muerte de su madre. Pero en la decrépita granja que habitan parece haber algo más que un fantasma.
Además de "Marrowbone", que se presentaba fuera de concurso, la Sección Oficial contaba hoy con otra producción española: "Morir", del ganador de un Goya al mejor director nobel Fernando Franco. Tras "La herida", por la que Marian Álvarez se llevó la Concha de Plata en 2013, repite con la actriz en esta segunda película con la que, no obstante, no opta al palmarés.
En "Morir", Álvarez da vida a Marta, cuya relación con Luis (un Andrés Gertrudix que también aparecía en "La herida) se ve sobrevolada por la muerte cuando se entera de que la enfermedad de él es irreversible. Las mentiras, la culpa y el miedo ponen a prueba la estabilidad de la pareja en este contenido drama en el que los silencios dicen tanto como las palabras.
Para Franco, que antes de dirigir se forjó como montador, "la materia prima del cine es el tiempo". Por eso, la película está llena de elipsis, contando el transcurso de los días a través de los estragos en el cuerpo de él o las miradas de ella. Y es que como reconoce Álvarez, interpretar a un personaje así es complicado, pues no puedes dejar de pensar "que te podría suceder a ti".
Por último, la carrera por la Concha de Oro continuó hoy con "Soldiers. Story from Ferentary" (Ivana Mladenovic). La segunda película rumana de esta Sección Oficial aborda el peculiar romance que se establece en el degradado barrio Ferentari de Bucarest entre un antopólogo que investiga el "manele" (pop gitano) y el ex convicto que lo ayuda con su doctorado.
Si bien esta ópera prima con actores no profesionales no disgustó, tampoco logró emocionar a la crítica. Y lo mismo le sucedió a la estadounidense "Selles Point", del director de "I Used To Be Darker" Matt Hamilton. La protagoniza McCaul Lombardi en la piel de un joven en libertad condicional que recorre su Baltimore natal tratando de encontrar algo que dé sentido a su vida.