El peso argentino se mantiene estable en un mercado virtualmente cerrado por el cepo cambiario, en un contexto en el que las monedas de la región acumulan un retroceso de hasta casi 6% como resultado de la convulsión política que golpea a varios países del continente. Ni siquiera el dólar libre, el contado con liquidación, acompañó el movimiento alcista de los mercados vecinos.
Sin embargo, para analistas, el fenómeno está lejos de ponerle presión al peso argentino que ganó en competitividad tanto en sus versiones oficial como paralela por la disparada de los últimos dos años. El lunes el real brasileño alcanzó un máximo nominal histórico al superar las 4,20 unidades por dólar y ayer coqueteó con ese récord.
El movimiento de la moneda brasileña atrajo la atención de analistas y operadores, acostumbrados a seguir de cerca los movimientos del real para intentar adivinar su efecto en la Argentina.
Sin embargo, y aunque el avance de la divisa estadounidense en Brasil preocupa a su Gobierno y llevó al Banco Central de Brasil a advertir que actuaría en caso de temer un traslado a precios, el peso argentino permanece totalmente aislado de estos movimientos.
"Aunque Argentina no recibe hoy flujos de capitales dada la coyuntura, es real que un clima regional complicado no ayuda. No lo afecta directo, pero claramente no predispone bien a los inversores (salvo que sea un negoció fuerte y claro). De hecho, en este marco también son relevantes las señales de política externa que dé Fernández, quien necesita en poco tiempo negociar con un amplio universo de inversores externos", analizó Santiago Abdala, Director de PPI en un mail para sus clientes.
El Indice de Tipo de Cambio Real Multilateral que elabora el Banco Central y que mide la competitividad del peso en el mercado oficial -cuanto más alto es el índice más barata está la moneda Argentina en comparación con sus socios comerciales y cuando más bajo, más cara- está en 124 puntos, lo que compara con 90 puntos previos a la crisis de balanza de pagos que golpeó a la Argentina en abril de 2018, los 111 puntos que mostraba antes de las PASO y -a años luz de distancia- con los 74 puntos previos a la salida del cepo a fines de 2015. El colchón que ganó el tipo de cambio es enorme.
En lo que va de noviembre, el peso chileno se deprecia 5,89% frente al dólar, el real brasileño 4,31% y el peso colombiano 1,74%. El peso argentino, en el mercado oficial, mientras tanto pierde sólo 0,07%. Ni siquiera al tomar el contado con liquidación como un dólar de mercado: en esa plaza el peso se aprecia 5,12% en lo que va del mes.
"El comercio bilateral con Brasil depende mucho más del nivel de actividad industrial que del tipo de cambio real, sio este ajuste del tipo de cambio brasileño la industria acelera más que compensa cualquier otro efecto que pueda tener", dijo Gabriel Caamaño de Consultora Ledesma.