A tan sólo días de cumplirse un año de su primer show en el Auditorio Ángel Bustelo, Mon Laferte vuelve a nuestra provincia para presentarse en esa misma sala. La diferencia radica en que esta vez se encuentra cerrando la etapa de gira con su último álbum, "Norma", el cual recibió el Disco de Oro en México por más de treinta mil copias vendidas.
A sus 36 años, Norma Monserrat Bustamante Laferte se ha convertido en una de las voces más significativas y conmovedoras de la canción latinoamericana, inmersa en una nueva ola: una ola que atraviesa las fronteras: geográficas, conceptuales y sociales; que ha llegado para quedarse y transformar la forma en que escuchamos el sonido de nuestra tierra.
Con una gira que la tuvo ocupada en varias ciudades de Estados Unidos en agosto, y ahora en viaje a encontrarse con sus pares latinos, la cantante va despidiendo su último long play, que supo generar revuelo en muy poco tiempo y sus seguidores amaron casi de inmediato. Pero ahora, Mon apuesta por seguir explorando en sus más recientes sencillos, que vieron la luz este año: "Estas canciones nuevas son como un experimento porque no son de ningún álbum aún, son canciones sueltas, que un poco van de la mano a cómo se hace la música hoy en día. Ir publicando así es un sentimiento nuevo", expresa la artista latina.
Hasta el momento en que Mon Laferte habló con Los Andes, ya había lanzado dos de sus nuevas composiciones: "Canción de mierda" y "Chilango Blues", dos sencillos de sonidos distintos, con cargas distintas. Esta semana, se sumó "Paisaje Japonés" a la nueva prueba de lanzar cortos de difusión, cada vez más común en la industria de la música.
-Siempre navegás entre distintos géneros, ¿cómo te sienta el blues? ¿Qué carga tiene para vos esta canción?
-A mí me encanta el blues, de toda la vida. Viene de herencia de mi madre, que le gusta mucho. Creo que fue fácil por el guitarrista, Sebastián. Nos metimos al estudio a divertirnos un rato y a darnos un gusto de hacer un solo de guitarra: algo que hoy en día ya nadie hace. Me la pasé súper bien en ese proceso. Me encanta darme las libertades estéticas, venir de un álbum que es muy conceptual y muy caribeño, latino, bailable; a regresar ahora a este origen de lo alternativo y volver a enchufar la guitarra eléctrica. Me encanta darme estas posibilidades y jugar con la música.
-"Canción de mierda", tu otra canción, tiene algo de contundente en la letra: un claro canto feminista, ante la diferencia con los hombres: ¿cómo vivís hoy en día esta lucha?
-A mí me emociona mucho el presente del feminismo. Siento que es una súper revolución que estamos viviendo, que en el futuro la gente que viene nos va a agradecer, y no solo las mujeres. El machismo afecta a la sociedad completa. Siento que estamos viviendo una revolución, donde el tema está ahí y se habla, se crea más conciencia. Me da gusto, aunque esté un poco lento, pero así son las revoluciones. Así suceden.
Mi canción tampoco pretendo que sea un himno feminista. Sencillamente me peleé con mi chico y es lo que salió: un poco de la gran diferencia biológica que tenemos. Las mujeres damos a luz, esa es la gran diferencia. Las diferencias sociales ya son obsoletas, no puede ser que alguien gane más que una mujer por el hecho de no serlo, por ejemplo.
Durante el mes de abril, Mon Laferte participó del masivo festival Coachella 2019, en el cual también estuvieron otras dos artistas coterráneas a ella: Javiera Mena y Tomasa del Real. Dos meses antes, era nominada en los Billboard Latin Music Awards por primera vez, en la categoría “Mejor álbum de artista latina del año”. Ahora, y luego de presentarse en nuestra provincia, la cantante enfrenta su primer Luna Park en Buenos Aires.
-¿Sentís que todavía descubrís Latinoamérica?
-Claro, de hecho ahora estoy emocionadísima por ir de gira de nuevo a Sudamérica. Hay una cosa con el clima, que es con el que yo crecí: el frío del sur, ese que tanto me llena. También me emociona mucho que voy por primera vez a Bolivia y voy a tocar en La Paz.
Cada gira es un desafío: voy a hacer mi primer Luna Park y es algo impensado, es un sueño. Esta gira particular es muy emocionante.
-¿Cómo ves el desempeño de la canción latinoamericana, en todos estos cambios en la forma de hacer música?
-Yo cambio todo el tiempo y creo que todo el mundo está cambiando constantemente.
Pero sí creo que hay una cosa más antigua, que no podemos percibir en el ADN. Tan antiguo como inamovible. A mí me pasa, por más que esté en una búsqueda de la música y una búsqueda más sofisticada de lo que escucho, sea música electrónica, clásica o de vanguardia, que me quiero nutrir de eso. De pronto pongo el primer cassette que tuve de Mercedes Sosa, o escucho las canciones tradicionales chilenas, o escucho una cueca o un tambor, ahí hay algo en mí que se emociona hasta las lágrimas. Además y por otro lado, por eso pasa el enorme éxito del reggaetón en el mundo: es pura base, tambor y tierra y te dan ganas de bailar. Despierta cosas antiguas, como animal, que tenemos.
-¿Cómo te ves en un futuro cercano, entre composiciones y nuevas formas de crear?
-Estoy en una etapa en la que me siento muy creativa. Estoy componiendo mucho y tengo un montón de ideas y proyectos. Tengo tantas ideas a veces que no logro ordenarlas bien en mi cabeza. En medio de una gira, en donde se me ocurre algo y quiero grabar, pero tengo que subirme al bus, probar sonido y seguir viajando, como que me faltan las horas, con todas las ganas que tengo de hacer cosas.
La ficha
Las entradas para el concierto del sábado 14 de setiembre, a las 22, se encuentran a la venta en la sucursal de Oca de Ciudad (España 1026), o a través de Full Ticket, y tienen un valor de $1000 y $1500.
El show comenzará a las 22, en el Bustelo, Virgen del Carmen de Cuyo 610.