El Complejo Museográfico "Enrique Udaondo", ubicado a metros de la Basílica de Luján, fue el escenario elegido por el presidente Mauricio Macri para recibir al presidente electo Alberto Fernández antes de participar de la misa convocada por el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea.
En uno de los salones coloniales del Museo se organizó una recepción, en la que tanto los actuales funcionarios del gobierno nacional como los que lo serán a partir del próximo 10 de diciembre, pudieron tomar agua y esperar, a reguardo del intenso sol, que Macri y Fernández llegaran a Luján.
Austeridad y cortesía
"Austeridad jesuita", se escuchó decir en el salón a un dirigente que desató la risa del resto cuando observó que en las mesas solo había agua fresca. Minutos antes de las 11, hora en que comenzaría la misa, llegó Fernández acompañado por su pareja, Fabiola Yáñez, y se dirigió rumbo al salón, pero en el camino encontró a Lavagna, con quien intercambió unas palabras y un fuerte abrazo antes que personal de ceremonial le indicara que Macri lo esperaba en otro de los salones del Museo, con dos granaderos de custodia.
Tras intercambiar un saludo a puertas cerradas, Macri, Fernández y sus respectivas parejas caminaron por un pasillo vallado que los separaba de los peregrinos que participaron de la misa, y ocuparon el centro de la primera fila.
La celebración religiosa se desarrollo en la calle, con un escenario montado de espalda a la Basílica.
El sol agobiante del mediodía se hizo sentir y para paliarlo, cuando apenas había comenzado la ceremonia religiosa, le acercaron al presidente Macri un vaso descartable con agua fresca.
Tras dar algunos sorbos, el Presidente le pasó el vaso al electo Fernández, que tomó un trago gustoso cuidando de dejar un poco de agua para su pareja, que terminó la bebida sin disimular la gracia que le causó la situación.
El gesto fue retribuido. Rápidamente, un asistente del Frente de Todos le acercó a Fernández una copa de vidrio con agua saborizada de pomelo, la preferida del presidente electo, quien tras tomar un sorbo repitió la cortesía y se la pasó a Macri.