“No estar en los Juegos Olímpicos me podría haber bajoneado. Pero no fue así, yo prefiero mirar la otra parte de una situación indeseada. De todo se aprende”. Federico Molinari es un todoterreno y nada parece detenerlo. No poder competir en Río fue un golpe, pero él no se quedó llorando por los rincones. Fue a Brasil con otro rol (periodista) y en el resto del 2016 no dejó de desarrollar ideas y concretar objetivos dentro y fuera de su deporte.
”Termina siendo un año muy positivo. Este finde fui campeón sudamericano, también logré el oro en el panamericano, mi pupilo (NdeR: Julián Jato) consiguió resultados históricos, en mayo me di el gusto de inaugurar mi escuela de gimnasia, alcancé mucha exposición trabajando en programas de TV y le di otra dimensión a mi proyecto de ayuda social con mi sponsor Weber Saint Gobain”, resume Fede, horas después de haber ganado en paralelas durante el Sudamericano en Lima (Perú).
“La verdad es que al principio fue duro no poder ir a Río, sobre todo porque la lesión no me dejó chance de clasificación, pero luego lo pude asimilar... No es lo más lindo ni lo mejor, recuerdo que en los primeros días extrañé esa necesidad de estar preparándome para la competencia, pero supe aceptarlo y aproveché para vivirlo de otra forma, desde afuera. Aprendí a realizar a otra tarea, como fue la de periodista. Todo sirve, todo suma”, es el balance de Fede, que igual quedó conforme con los resultados logrados en el 2016.
“Tuve algunos buenos en copas del mundo y fui campeón panamericano y sudamericano”, explica el gimnasta.
A los 32 años, el rosarino sabe que comienza la etapa final de su trayectoria. Por eso, sin descuidar su nivel, ha ido mutando en los roles. Le gusta mucho ser coach y ya tiene un pupilo, otro motivo de orgullo. “El enano la rompe”, dice por Jato, de 16 años, quien descolló en este 2016.
“Hacía 20 años que se teníamos un campeón sudamericano juvenil y hace 14, uno panamericano, desde que yo lo logré en el 2002”, explica quien en mayo se dio el lujo de abrir su academia de gimnasia en el Hindú Club de Don Torcuato. “Sí, impresionante cómo nos está yendo. Es hoy mi principal fuente de ingreso, de lo que vivo… Pero, a la vez, es un polo gimnástico en zona norte, me gustaría ampliarlo a la zona sur con alguna sucursal. Es algo novedoso que ha tenido muy buena aceptación. Por suerte a los chicos no les falta nada y los padres están muy contentos”, cuenta.
Poder desarrollar los emprendimientos y hacer más popular la gimnasia son los objetivos de Molinari. Por eso no duda en maximizar su exposición y se lo ve muchos en los medios, sobre todo en programas de TV y el mismísimo ambiente artístico desde que empezó con Stravaganza y Flavio Mendoza hace 4 años.
“La chance de estar en Combate, el programa de Canal 9, me dio mucha popularidad, sobre todo entre los chicos. Todo eso me sirve para hacerme conocer, que se sepa lo que hago y cuáles son mis ideas. Combate, por caso, le dio a la gimnasia una exposición que no tenía. Lo mismo que ayudar a Laura Fernández y a Fede Bal en los entrenamientos del Aquadance, Son cosas que me ayudan a mí y a la exposición mediática de un deporte difícil de popularizar”, explica Federico.
Este camino le ha valido críticas aunque él responde con altura. “Hay personas, sobre todo dirigentes, a los que le molesta que esté en programas o en ese ambiente, y todavía no sé por qué lo ven mal… Uno es deportista, todo bien, pero también tiene que vivir y esto te da un mayor nivel de popularidad que ayuda a acercarse a otras opciones laborales y a los sponsors. En mi caso no es un objetivo hacer una carrera en los medios cuando me retire. Sólo lo hago porque me divierte, me gusta ser versátil en mi vida y además noto que me abre puertas, siempre sin descuidar lo mío”, contesta con altura.
Lo que tampoco descuida Fede es su costado social, siempre con Weber Saint Gobain. “Por suerte Weber es más que mi sponsor. Me da la chance de expandirme en otra faceta que me encanta, como es ayudar a gente que lo necesita. Ahora soy padrino de Manos en Acción, una ONG que le da de comer a muchos chicos en la zona de Pilar. Además, Weber está construyendo una casa en Manzanares (Pilar) y yo aporto mi granito de arena. Es una forma de dejar una huella que perdure en la sociedad. Es un proyecto muy interesante, que me da alegría y me siento muy comprometido”, complementa.
Tan comprometido como en cada cosa que hace. Fede, se nota, es un todoterreno.