Representa uno de los aspectos más sofisticados del lifestyle ecológico. Todavía es caro, en relación a la parafernalia de modelos y altísima rotación de ventas de las marcas que copan la industria textil. Pero los diseñadores slow recién están ingresando en este mercado que, poco a poco, les cede el espacio a fuerza de calidad y creatividad en sus modelos.
Cada vez más empresas, diseñadores y personas se preocupan por crear prendas que no contaminen el medio ambiente y respeten el trabajo de quien las confecciona. Es que, si aún no lo sabías, la producción textil tradicional genera un impacto ambiental importante, ya sea por los materiales que se utilizan para su fabricación (nylon, poliéster, rayón, etc.) como por los colorantes (fraguados con sustancias que suelen contener metales pesados y que contaminan el agua y afectan la salud).
Ante esta necesidad imperiosa de revertir los daños que la propia industria genera, jóvenes diseñadores del mundo, pero también argentinos y mendocinos, han optado por trabajar con los nobles materiales que la tierra les provee.
Si bien la denominada “moda slow” cuenta con gestos típicos respecto de las formas y colores de las prendas, en realidad lo que la define son dos cuestiones claramente ideológicas: la apuesta por la calidad pero también por la desintoxicación. Así, la moda slow no es otra cosa que una respuesta ‘natural’ a las producciones que provienen de las cadenas textiles de alta rotación y carácter internacional.
Supone, entonces, una mirada más minuciosa frente al diseño y la manufactura por parte del diseñador; de ahí que las prendas que adscriben a esta tendencia apuestan fuertemente por la perdurabilidad y la comodidad; además de la elegancia.
En esta nota, te damos pistas sobre las marcas nacionales y locales que, con altísima calidad e interesante diseño, se están imponiendo en el mercado.
Benigna Rueda
(Mendoza). Reciclando cámaras de neumáticos, y combinándolas con otros elementos, la marca manufactura accesorios e indumentaria intervenida.
En su experimentación en el diseño sustentable, ofrece piezas únicas, y hechas a mano, en las que se utilizan procesos productivos no contaminantes.
Propone diseños exclusivos, pensados para personas que no siguen los mandatos de la moda sino que tienen su propio estilo y buscan objetos que los identifiquen.
Respetando ciertas pautas de diseño y dentro de un mismo concepto, trabaja con diferentes estilos para que cada usuario pueda elegir el que más se adecue a su personalidad.
La caracteriza la experimentación de nuevas maneras de aprovechar el material y aplicarlo en sus piezas; como: carteras y bolsos, collares, indumentaria intervenida, muñequeras, pulseras, cinturones, vinchas, billeteras, etc.
Savia Indumentaria y Arte Textil
(Mendoza). La exquisita fragua de tejidos y diseño de esta marca es fruto de la creación de las hermanas Patricia y Fabiana Persia.
Ellas producen no sólo para Mendoza, sino también para Chile (donde reside Fabiana). Su producción de prendas y accesorios se basa en hilados con tejidos que provienen de animales como oveja y llama (principalmente).
Los tintes que utilizan para la coloración de las prendas son de procedencia exclusivamente vegetal y, por supuesto, cada diseño es confeccionado a mano y artesanalmente. “Partimos de la técnica de fieltro, también de tejidos al telar. Pero básicamente usamos materiales naturales, como la lana de oveja, de llama. Vamos recolectando lanas de distintas regiones de Argentina y Chile. Además utilizamos una tela norteña llamada ‘barracán’, para confeccionar pantalones y shorts”, dijo Patricia Persia a Estilo Moda, luego de que la entrevistáramos por su exitosa participación en el MICA (Mercado de Industrias Culturales Argentinas).
Las creaciones son bien variadas. Entre sus diseños se pueden encontrar ponchos, suéteres, cinturones, pañuelos, gorros, bolsos y calzado.
Cúbreme, de Alejandra Gotellim (Buenos Aires).
Esta marca procura invitar al uso de hilados orgánicos y naturales, diseñando prendas de estilo clásico-contemporáneo que trasciendan las tendencias de la moda.
Las fibras animales son obtenidas de la esquila de especies domésticas como los ovinos, camélidos y caprinos, de la región andino-patagónica y andino-cuyana.
Las fibras vegetales como el como el algodón agroecológico provienen de las provincias del noreste argentinos (Chaco y Corrientes). “Es una propuesta que está enmarcada en los principios agroecológicos y supone una opción política por un modelo de desarrollo inclusivo con autonomía y equidad. El desarrollo de las telas se hace en telares manuales, y la confección final está a cargo de talleres de sastrería donde las prendas adquieren una terminación de alta costura”, afirman desde la marca.
Pesqueira, de Valeria Pesqueira (Buenos Aires).
Esta joven diseñadora se inspira en los mercados como el de Japón y Estados Unidos. Tiene una línea de ropa para mujer en la que, cada temporada, se crean estampas originales en colaboración con un equipo de artistas e ilustradores. Paisajes naturales, animales, bosques y el universo náutico, entre otros, componen los diferentes dibujos de cada colección.
“Siempre pensé que mi marca no tenía por qué subirse a la velocidad con que convive la moda -dijo Valeria Pesqueira a la revista “Oh la la!”-. No soy esclava de las tendencias. Nunca trabajé con colores, temáticas o tipologías de moda. No produzco en grandes volúmenes, trabajo con proveedores locales y la mayoría de los ítems tienen terminaciones a mano”.
Vevú, de Sandra Delelis (Buenos Aires). Esta marca busca combinar la frescura actual con la sofisticación de un pasado estético, minucioso y detallista.
El carácter principal de las colecciones se basa en el uso de recursos sofisticados, la mezcla de texturas impensadas, terminaciones laboriosas, géneros de fibras nobles y acabados innovadores.
Estos elementos conforman la propuesta, cuya esencia toma fragmentos de diferentes orígenes que muestran nuestra cultura de múltiples etnias, llevándolo al presente con colecciones de coherencia cotidiana.
Luz Ballestero (Buenos Aires).
“Inhalar, exhalar y estirar... La tensión se disipa y el cuerpo se relaja. Los músculos se tensionan y estiran para luego volver, mas relajados, desanudados... El cuerpo y su movilidad, el exterior simplificado y el interior complejo de la musculatura humana.
‘Denouer’ significa ‘Desanudar’. El estiramiento del cuerpo, la relación en armonía con la respiración, la comodidad y la calma. Esta colección está basada en el streching o estiramiento.
Tomando como punto de partida la musculatura del cuerpo como engranaje interno, tejidos que se anudan, enredan y dan forma a nuestro cuerpo sosteniendo aquello que se ve por fuera más simple y depurado”, se puede leer en el sitio web de la marca.