Para hablar del nuevo coronavirus hay que tener siempre en cuenta justamente eso: que es nuevo y por ser así se va conociendo sobre la marcha y con pocas certezas.
Una de los temas que se instalaron fue si la temperatura lo afecta y en particular, si la llegada del frío puede favorecer su circulación. Sobre la relación entre el virus Sars-Cov-2 y la temperatura surgieron tantas teorías como recomendaciones, sustentadas en el “saber popular” y diseminadas por las redes sociales, pero con poca evidencia científica.
Se instaló la idea de que el calor lo mata y a partir de ello la sugerencia de tomar bebidas muy calientes o baños a alta temperatura. Las entidades científicas internacionales desmienten la eficacia de tales medidas.
En ese mismo marco es que hay quienes creen que las bajas temperaturas podrían matarlo o por el contrario favorecerlo. Especialistas consultados sostuvieron que no hay evidencias sólidas sobre cuanto pueda afectar la llegada del invierno aunque si hay condiciones de esta época que pueden favorecer la infección.
El frío y la nieve no pueden matar el nuevo coronavirus
La Organización Panamericana de la Salud ha comunicado que la temperatura normal del cuerpo humano se mantiene en torno a 36,5° y 37°, con independencia de la temperatura exterior o de las condiciones meteorológicas. Por lo tanto, no hay razón para creer que el frío pueda matar el nuevo coronavirus o acabar con otras enfermedades.
El virus vive más a bajas temperaturas
Una investigación de realizada por especialistas de la Universidad de Hong Kong concluyó que a baja temperatura el virus vive más.
De acuerdo a esto el SARS-CoV-2 es más estable a 4° que es la temperatura promedio de una heladera. El estudio también comprobó que el coronavirus es más sensible al calor y que, por encima de lo 70°, sobrevive solo 5 minutos. Es decir, frente a las altas temperaturas el virus es menos resistente y muere más rápido.
Estos datos son importantes para considerar en la manipulación y preparación de alimentos.
Las gotas duran más en el ambiente
Marcos Espinal, Director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la Organización Panamericana de la Salud explicó en una nota con BBC Mundo que las gotas de flugge (saliva) se transmiten de manera más eficiente en ciertas condiciones climáticas.
"En el invierno, cuando hay vientos fríos y menos humedad, estas gotitas tienden a durar más en el ambiente y por ello los virus se mantienen más activos", explicó. Dijo que con el calor, en cambio, se destruyen más rápido". Por esta razón, la transmisión resulta menos eficiente.
Conductas durante el invierno pueden favorecerlo
Lo que sí se sabe es que, como ante cualquier otra enfermedad respiratoria, ciertas conductas y condiciones pueden favorecer el contagio. Con la llegada de las bajas temperaturas se tiende a mantener cerrados los ambientes cuando en realidad lo que se indica para mantenerlos limpios es una buena ventilación, de al menos una hora diaria.
Por otra parte, la gente tiende a permanecer más en espacios cerrados y más en contexto de aislamiento por lo que no sólo el ambiente se vuelve más viciado sino que además hay más contacto cercano lo que se favorece la transmisión.
Ya es sabido que se recomienda mantener una distancia mínima de un metro y que el virus se transmite por las microgotas de saliva.