El tratamiento hoy en la Legislatura provincial de un proyecto para permitir la venta de misoprostol en farmacias locales vuelve a poner el foco sobre esta droga.
El tema se debatió en el recinto y, pasado el mediodía, la votación en Diputados terminó con 26 votos a favor de la derogación de la Ley 8.116 -aprobada en 2009- que prohíbe su venta. En contra hubo 21 votos de legisladores que apoyaban que se archivara el proyecto pero no les alcanzó el número para lograrlo.
Ahora el proyecto pasó al Senado provincial y de aprobarse, la venta del misoprostol en farmacias será legal en la provincia .
El medicamento se instaló como una alternativa accesible y sencilla para realizar abortos en un país en que esto se encuentra prohibido, con excepción del aborto no punible.
Por ello, quienes promueven ésta como una opción menos riesgosa para mujeres que se realizan un aborto en el marco de la clandestinidad, lo consideran una manera de evitar los mayores riesgos que conllevan otras prácticas y que suelen cobrarse la vida de muchas. Sin embargo, no está exento de producir hemorragias o infecciones debido a que no hay un control médico y por lo cual no son pocas las mujeres que terminan hospitalizadas.
Abortivo
Originalmente salió al mercado como un tratamiento para las úlceras pero luego se descubrió que además podía provocar contracciones uterinas. Produce maduración cervical, dilatación y reblandecimiento del cuello uterino.
La mismísima Organización Mundial de la Salud la recomienda como un medio efectivo.
"Por sí solo el misoprostol tiene una efectividad de entre el 75 y 85% para la inducción de un aborto en el primer trimestre del embarazo, siempre que se use según las recomendaciones", detalla la Coalición Internacional de Salud de la Mujer.
Producto de las contracciones uterinas puede provocar cólicos y un sangrado mayor al del período menstrual.
Justamente por ello es que en algunos casos puede ponerse en riesgo la vida de la mujer ya que pueden producirse hemorragias o infecciones. Esto dado que no hay un acompañamiento médico sino que se hace en soledad, ya que en el ámbito institucional sí se utiliza esta droga para realizar abortos no punibles sin mayores complicaciones.
“Los resfriados y la fiebre son efectos secundarios comunes, pero transitorios. Las fiebres altas son menos comunes, sin embargo pueden ocurrir y usualmente desaparecen en unas pocas horas, como también las náuseas, los vómitos y la diarrea”, detalla la coalición.
Como efecto secundario puede generarse un sangrado muy abundante o continuo durante varios días o reaparecer luego de algunas semanas, lo cual es una complicación médica que requiere atención.
También pueden producirse infecciones que se manifiestan con sangrados o fiebre que duran más de 24 horas.
En el hospital Lagomaggiore reconocen que llegan algunas mujeres con situaciones de riesgo producto de intervenciones “caseras”. Su director, Mario Bustos Guillén dijo a Los Andes en una entrevista que suele hacerse un legrado cuando el aborto ya ocurrió y que las mujeres ya no llegan en estado tan desesperante como hace algunos años. Puede inferirse que esto se deba al uso de esta droga.
Dijo que en realidad no siempre hay certezas de si el aborto es espontáneo o no. Mencionó que este año se han hecho unos 3 legrados por día, lo que implica eliminar los restos que puedan quedar en el útero luego de producido el aborto.
Contexto
Esta sustancia no puede venderse en farmacias de Mendoza ni de San Juan debido a su prohibición legal. Sin embargo, organizaciones de mujeres conforman redes para traer las pastillas de otras provincias donde sí puede comprarse.
Obviamente, en el marco del debate a favor y en contra del aborto que ha dividido a la sociedad, hay quienes se oponen tajantemente a que pueda adquirirse con tanta facilidad.
Recientemente la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica de Argentina (Anmat) emitió una resolución por la cual habilita la fabricación del fármaco en una presentación de uso vaginal. Esta tiene la dosis justa para realizar un aborto pero no podrá conseguirse en Mendoza por la ley 8.116 de 2009 que lo prohíbe.
El proyecto tratado en la Legislatura apunta a modificarla. Es de la diputada Ana María Andía y pretende habilitar la venta en farmacias bajo receta archivada.