Como era de esperarse, el estreno de “Guapas” este lunes colmó las expectativas de rating que se tenían para el debut. El nuevo programa de Pol-ka (lunes a jueves a las 23, aquí por Canal 7) alcanzó un pico de 16.3 puntos, según Real Time Rating, superando por varios puntos a su competidor directo, el ya instalado “Sres. Papis”, que quedó en segundo lugar en su franja horaria.
La apuesta era sólida desde el vamos: el programa tiene como protagonistas a varias de las mujeres fuertes de la tele (Mercedes Morán, Carla Peterson, Florencia Bertotti, Isabel Macedo y Araceli González). En ese sentido, la oportuna elección del nombre de la tira abría el juego de palabras y significados: no sólo se trataba de chicas bellas (eso estaba claro), también debían tener mucho de valientes y decididas para colmar los zapatos del adjetivo elegido para identificarlas.
Sin embargo, la primera impresión de “Guapas” es que se trata de más de lo mismo. La interesante excusa del punto de partida, el quiebre de una financiera donde habían puesto todos sus ahorros hace siete años (cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia), se diluye en el tiempo actual. Bien podrían estas “guapas” haberse conocido en un club o en el jardín de infantes adonde llevan a sus hijos, por poner un ejemplo.
El segundo tropezón tiene que ver con la temática elegida. La amistad y los vaivenes de las relaciones de pareja parecen ser las piedras basales de esta nueva tira, pero también claramente los pilares elegidos este año para hacer ficción: algo muy parecido puede verse en “Mis amigos de siempre” y “Sres. Papis”.
Al igual que aquellas, “Guapas” también está enmarcada en un costumbrismo que muchas veces bordea lo irreal. Sin ir muy lejos, Araceli parece estar participando de un desfile en cada escena que la convoca. Si la idea era presentar casos de mujeres reales, habría que hacer una encuesta para ver cuántas amas de casa al borde de la separación pueden reconocerse en ese modelo de mujer que retrata la ex de Adrián Suar, maquillada, peinada y vestida como para una pasarela.
Si hay algo rescatable en “Guapas” es el ritmo ágil con el que la historia surfea entre las protagonistas, los saltos de la comedia al drama sin llegar a extremos aparatosos, o el deseo de aggiornar visualmente con la incorporación de textos de mensajería telefónica en la pantalla (aunque también ya se había visto en varios programas). Tal vez el mejor momento de este primer capítulo fue hacia el final, en esa cuasi terapia grupal en la que se pudo palpar la honestidad de los personajes con diálogos más profundos.
Habrá que ver qué rasgos prevalecen con el desarrollo de la tira, pero también probar la tolerancia del espectador que tiene una tevé por aire colmada de amigos y enredos amorosos similares de donde elegir. ¿No se cansará?