Un argentino construyó una pieza clave de la misión Apolo 11, la cual permitió que el hombre llegara a la Luna por primera vez. César Sciammarella tiene 95 años y trabajó en el tanque de combustible del cohete, cuenta hoy diario Clarín.
A pesar de haber vivido decenas de años en Estados Unidos, César Sciammarella conserva, a los 95 años, su tonada porteña intacta. Es que este ingeniero nacido en 1924 en Barracas y que está instalado en Chicago, aún viaja una o dos veces por año con su esposa a Buenos Aires para visitar a su familia y revivir viejos tiempos.
Pero estos días la memoria de Sciammarella se empeña todo el tiempo en retroceder medio siglo, a julio de 1967, cuando el Apolo 11 llegaba a la Luna con un tesoro escondido en sus entrañas: el tanque especial de combustible del Saturno V que él mismo había diseñado para la propulsión del cohete que hizo historia.
"Fue un alivio y una satisfacción haber contribuido a un proyecto de un significado muy importante para la humanidad", dijo desde su casa en Chicago, y también contó detalles de la preparación y cómo era el "espectáculo dantesco" de ver al cohete de cerca mientras se lo sometía a todo tipo de pruebas antes del lanzamiento.
Ingeniero civil recibido en 1950 en la Universidad de Buenos Aires (UBA), Sciammarella trabajó luego en la Comisión Nacional de Energía Atómica, fue profesor en la UBA y en la Escuela de Ingeniería Militar. En 1960 fue invitado a Estados Unidos a cursar un doctorado en Mecánica Experimental en el Instituto Tecnológico de Illinois y, tras doctorarse, en 1961 ingresó al departamento de Ciencias Mecánicas de la Universidad de Florida.