Misiles rusos en Cuba: la pesadilla del ataque nuclear

El 22/10/62, Kennedy dijo que la URSS tenía 42 cohetes apuntando a EEUU. Al final, pactó la paz con Kruschev.

Misiles rusos en Cuba: la pesadilla del ataque nuclear
Misiles rusos en Cuba: la pesadilla del ataque nuclear

Hoy se cumplirán 55 años de que el mundo se paralizó cuando escuchó al entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, denunciar que la Unión Soviética había instalado 42 misiles con capacidad de cargar cabezas nucleares en la vecina isla de Cuba.

La llamada "Crisis de los misiles" no había comenzado el 22 de octubre de 1962, pero ése fue el día que un Kennedy visiblemente preocupado les comunicó a los estadounidenses y al mundo que un conflicto bélico con la otra superpotencia nuclear era posible.

Los misiles soviéticos, que habían sido detectados una semana antes por aviones de espionaje estadounidenses que solían hacer recorridos sobre la isla para sacar fotos, habían comenzado a llegar a Cuba en junio de ese año en el marco de la operación secreta Anadir.

La Casa Blanca tenía información de que los misiles no estaban completos y de que la URSS aún debía enviar más material militar para hacerlos operativos.

La transferencia de armas también coincidió con el cierre cada vez mayor del entonces joven embargo estadounidense sobre la isla de Cuba, una ofensiva entre Washington y el joven gobierno comunista de Fidel Castro.

Desde el momento que Kennedy hizo pública la presencia de misiles con capacidad nuclear en Cuba a sólo 200 km de la península de Florida, el mundo siguió minuto a minuto los cruces de amenazas, acusaciones, los rumores de reuniones y negociaciones secretas, que marcaron uno de los períodos de mayor vorágine política de la Guerra Fría.

Uno de los picos de tensión se vivió el 24 de octubre, cuando una flota de buques soviéticos que portaba material militar llegó a la zona delimitada por la Casa Blanca como límite en cuarentena.

Al día siguiente, los dos líderes que dirigieron los destinos del mundo durante la crisis, Kennedy y Kruschev, demostraron que no querían iniciar un conflicto nuclear, pese a que varios de sus asesores, civiles y militares, les recomendaron responder con la fuerza.

Finalmente, Kruschev le ofreció a Kennedy un acuerdo en una carta personal. "Aceptamos remover estas armas de Cuba que usted ve como armas ofensivas. Sus representantes anunciarán que Estados Unidos, por su parte, teniendo en cuenta la ansiedad y la preocupación del Estado soviético, evacuará sus armas análogas de Turquía", escribió el máximo líder de la URSS. La paz se alcanzó en el último momento y el mundo respiró.

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