En las últimas jornadas se reactualizó una discusión sobre un tema que suele tener una consideración permanente, aunque la diferencia radicó en que en esta oportunidad participaron el Gobernador de la provincia, por un lado y legisladores y dirigentes de izquierda, por el otro. Se trata de las diferencias que se plantean cuando los reclamos por diferentes circunstancias -en este caso específico por el paro del 5 de abril- y la decisión de algunos de realizar reclamos procediendo al corte de calles. La Justicia actuó y es allí donde surgió la discusión.
Mientras en Buenos Aires las protestas y cortes de calles son habituales, en Mendoza no estamos acostumbrados a esa situación y es de esperar que no lleguemos a ese modo de reclamar. En la Capital Federal existe inclusive un "cronograma" de cortes, el que es anunciado previamente por los diferentes canales de información, a modo de advertencia a los automovilistas para que busquen vías alternativas. Sin embargo, como esa advertencia suprime la posibilidad de caos vehicular, los manifestantes suelen modificar el recorrido, avanzando sobre lugares estratégicos, como los carriles del Metrobus. Así entonces, logran los objetivos buscados: minutos en los noticieros de televisión y presión sobre el Gobierno. A modo de ejemplo, podemos señalar que días pasados, un jueves para ser más puntuales, fueron 19 los cortes que se producían simultáneamente en distintos sectores de la Ciudad de Buenos Aires.
Por fortuna la situación no se presenta con la misma asiduidad en la provincia, aunque no deja de llamar la atención que en muchos de los casos algunos grupos de manifestantes, que suelen no superar la docena de personas, suelen "instalarse" sobre calle Patricias Mendocinas, frente a la Legislatura provincial para protestar sobre determinada situación. Lo hacen también a sabiendas de que el caos que generan (es una zona por la que circula una gran cantidad de líneas de colectivos) provoca la concurrencia de medios de comunicación. Son hechos aislados, pero que existen al fin.
Debemos detenernos en lo que sucedió durante el paro de actividades del 6 de abril, oportunidad en que un grupo de manifestantes, encabezados por tres legisladores del Frente de Izquierda de los trabajadores y cuatro dirigentes gremiales cortaron el tránsito en calle Colón, hecho que determinó una notificación por parte de la fiscal correccional. Al ser consultado sobre el tema, el gobernador de la provincia manifestó su satisfacción por la decisión de la fiscal, indicando que "la provincia empieza a ser seria. Las personas que cortan calles deben ser sancionadas". La respuesta no se hizo esperar por parte de los legisladores involucrados en la notificación, quienes llegaron a calificar de "barrabrava" al mandatario provincial, mientras el ex diputado nacional Nicolás del Caño expresaba que se trataba de "una persecución política, que pretende disciplinar al que enfrente a su ajuste".
Debemos aclarar que no estamos en contra de las protestas, en razón de que todo el mundo tiene derecho a hacerlo dentro de un Estado democrático. Pero también es necesario advertir que ese derecho no puede avanzar sobre el derecho de los demás, como es el de transitar libremente por el país. De manera tal entonces que quien corte una calle está cometiendo una falta y debe recibir la sanción correspondiente. Por otro lado, también llama la atención el planteo efectuado por los legisladores de izquierda, que en el recinto, durante las sesiones, critican al actual sistema (a pesar de haber participado en elecciones), indicando que debe instalarse una democracia "directa" a través de asambleas populares.
En Mendoza la gente ha ratificado la necesidad de vivir en democracia. Esa situación determina entonces la plena aplicación del Estado de Derecho, que permite las protestas, siempre y cuando se realicen sin afectar al resto de la ciudadanía.
