Mirtha Legrand en un dilema ante los sucesivos golpes

La muerte de sus hermanos y la pandemia tienen a la diva sumida en el dolor. Su nieta está reemplazándola en la pantalla. ¿Será su sucesora?

Mirtha Legrand en un dilema ante los sucesivos golpes

El dolor llegó a dejarla afónica. "Desde que murió él me afectó muchísimo", dijo en su mesa el 15 de septiembre, hablando sobre su garganta y su estado de salud, que preocupaba a los comensales de ese domingo. Casi un mes antes,  el 17 de agosto, había fallecido a los 93 años su hermano, José Martínez Suárez, gran cineasta, quien sucumbió ante un cuadro de neumonía infecciosa que contrajo tras una operación por fractura de cadera.

Pocos meses después, la situación es otra. Y es peor: Mirtha Legrand, aseguran sus allegados, está realmente devastada. Pero atenúan, remarcando la fortaleza de esa mujer que ya es leyenda: "Está devastada, pero entera".

Es, lejos, el momento más complejo de su vida. Las muertes de su esposo Daniel Tinayre (agosto de 1994) y de su hijo Daniel (abril de 1999) transcurrieron casi con cinco años de diferencia, un tiempo prudente para recuperarse de esos difíciles golpes, entre los que tuvo –siempre- el consuelo del trabajo y el abrazo de su público.

Hoy, ella vive una suma de fatalidades: a la muerte de su hermano, siguió la de su propia hermana gemela Silvia, conocida popularmente como Goldie, el pasado 1 de mayo. Y, para colmo de males, el coronavirus la ha dejado sin poder liderar sus mesazas y casi en la soledad de su hogar, puesto que pertenece al grupo de riesgo.

Así, Mirtha, esa mujer vital, optimista y sociable, vive un dramático cambio en su vida. Y tiene preocupado a todo el mundo del espectáculo. Aún así, una fuente cercana, le dijo a Diario Perfil que ella "está informada como siempre, por más que esté golpeada por el combo de situaciones".

“Y vos te quedás con vos”

El pasado 1 de mayo, Marcela Tinayre (69) se enteró de la muerte de su tía e, instantáneamente, corrió a la casa de su mamá junto a sus hijos, Rocco Gastaldi (18) y Nacho Viale (39). Quería ser ella quien le diera la noticia a su madre y llenarla de fortaleza.
"Mi reacción fue 'tengo que llegar más rápido que Internet a casa de mamá porque inmediatamente va a salir en los medios'", explicó Marcela días después en "Los ángeles de la mañana".  

"Llegué y mamá se acababa de levantar de una siesta... cuando entré estaba despierta con el teléfono en la mano, me arrodillé al lado de la cama y ahí le dije 'tía Goldie se descompuso' y ella me dijo '¿se murió, no?' y no pude mentirle", recordó.

Lo que siguió fue una seguidilla de pesadillas. Primero primó la desesperación, después la incredulidad y finalmente un nudo en la garganta imposible de deshacer. Fue la propia Mirtha la que tuvo que consolar con un abrazo a Marcela, ese día.

Per después, cayeron en que estaban en el medio de una pandemia global y que, por las restricciones sanitarias impuestas por el gobierno, no iban a poder ver ni despedir a Goldie. El entierro en el cementerio de Pilar, de hecho, se hizo sin presentes y sin velorio. Solo la acompañaron su yerno, Miguel Solari y uno de sus nietos, Santiago Solari, quienes a través de una videollamada se comunicaron con el resto de la familia, incluida su propia hermana.

"Cuando veíamos las imágenes que aparecieron del cementerio me dijo 'esa no puede ser que sea Goldie' ¡Claro! Nadie la vio, nadie la vio", repetía Mirtha, según su hija.
"La pandemia  nos ha separado hasta de poder despedir a la gente que amamos", reflexionó Marcela en su programa, sobre una situación que viven muchas familias ante la soledad de los adultos mayores (Hugo Arana protagonizó una minificción en YouTube sobre el tema, para el que quiera verla). Y dijo sobre Mirtha: "Es como los chicos: si uno no lo ve, no lo cree y despedir a alguien que ha sido tan carne de tu carne, sin verlo, es difícil".

Después nos enteramos que Goldie (María Aurelia Paula Martínez Suárez) había tenido una muerte plácida mientras dormía una siesta en su casa de Olivos. A través de ella, carne de su carne, Mirtha Legrand vio la muerte muy cerca y quizás como nunca antes. Y las consecuencias psicológicas que esto pudo haber dejado en la gran diva de 93 años ningún periodista podrá saberlas nunca.

"¡Mi Goldy adorada! Mi querida, mi todo, nuestra infancia juntas siempre. ¡Las mellicitas Legrand! Qué será de mi vida sin mi Goldita. Ya estás en el cielo junto a José. Adiós, hermana adorada. Chiquita", fue el mensaje que difundió Mirtha en sus redes y en las necrológicas de los diarios porteños al día siguiente.

Esa fue la despedida oficial a alguien con quien había pasado su infancia en Villa Cañás y debutado en el cine en 1940, en "Hay que educar a Niní": difícil no recordar esa escena en la que Niní Marshall, mareada por el parecido de sus dos compañeras de colegio, les dice: "Y vos te quedás con vos", señalando a cada una, porque la una era la otra y a la vez era la misma.

Unidas siempre: "Ella me hace comentarios sobre mi programa, me da consejos. Me cuida, no me hiere, aunque me dice las cosas que no le gustan", solía decir. Incluso ella fue la creadora de algunas frases emblemáticas como "Como te ven te tratan; si te ven mal te maltratan" y del término "mesaza".

Los días de la diva

"Mamá, poquito a poquito, en plenísima cuarentena y con profunda tristeza, va asumiendo el dolor por la pérdida de dos hermanos en siete meses. No son días gratos para ella ni para nosotros. Son días tristes", confesó Marcela en diálogo con Paparazzi, sobre los días posteriores a la partida de Goldie.

La nota aludida de Paparazzi sugiere que este año la diva ya no regresará a la televisión, aunque su entorno más cercano es muy consciente que ese podría ser su peor golpe: después de 50 años al aire, dejarla sin ese latido vital podría ser nefasto. Y la elaboración del duelo en soledad podría ser peor.

Las fuentes de diario Perfil comentan que ella está bien, que de a ratos llora y que absorbe su fuerza del cariño de los que pueden acompañarla, como Marcela, quien se queda a dormir la mayoría de las noches en el famoso departamento de la Avenida Libertador.

Y durante el día, es su empleada quien la ayuda a pasar los días. "Elvira sabe y hace todo lo de la casa. Va y viene, hace las compras. Sabe qué decir cuando Mirtha está mal, qué darle de comer o cuándo es bueno o no recordarle algo", dijeron las fuentes.

Por lo demás, pasa sus horas enterándose, como siempre, de todo cuanto sucede. Se levanta temprano, lee los diarios, sintoniza la radio. Se mantiene muy informada de la pandemia, charla con sus amigos por teléfono y por WhatsApp, una herramienta a la que ya le agarró la mano y, aseguran, le parece práctica y cómoda.

¿Una sucesora en la tormenta?

Una bocanada de salud es para ella ver cómo, cada fin de semana, sus nietos comandan con éxito el barco que ella dejó a la deriva el pasado marzo, cuando –ante los pronósticos del avance del Covid-19- decidió hacerse un lado para resguardar su salud.

Los resultados desde entonces han sido, en todo sentido, bastante buenos frente al público y frente a las mediciones del rating. Al contrario de los reemplazos de Marcela Tinayre (el año pasado, cuando la diva fue intervenida quirúrgicamente de urgencia), el desempeño de Juana Viale (38) fue muy elogiado.

Empezando por su propia madre, quien –con un programa propio en Net TV, "Las rubias"- no se mostró muy interesada en sentarse en el sillón de la matriarca: "Lo hará excepcionalmente, ella ya lo hizo, le gusta la experiencia y son la misma sangre", decía Marcela cuando se supo del cambio en la conducción.

Y la verdad es que Juana viene reemplazando desde hace años: la primera vez, en 2014, cuando su abuela se fracturó un tobillo. Entonces era blandita, inexperta e insegura, pero los años han pasado. Y en el medio, se han ido sedimentando los consejos de Mirtha, quien –con cariño didáctico y familiar- la mira atentamente cada emisión y le manda sus sanas críticas.

Desde entonces, viene ganando oficio y, si bien sus actuaciones nunca fueron muy elogiadas (su debut en Netflix con "Edha", de hecho, fue descuartizado por la crítica especializada), todo nos lleva a pensar que la mesaza familiar podría tener mucho futuro todavía gracias a ella. Y hay pronósticos buenos.

Es que El Trece viene liderando las tardes de la tevé abierta los últimos domingos, a contramano de la tendencia de cuando Mirtha conducía. El pasado, por ejemplo,  "Almorzando con Mirtha Legrand" (hoy a las 13 por Eltrece, como cada domingo) midió más de 6 puntos, con picos de 7, mientras que "La peña en casa", la competencia en Telefe, apenas superó los 4 puntos.

"Ante la situación que estamos viviendo, y cuidar a mi abuela, decidí, en conjunto con la producción y el canal, conducir el programa de Mirtha", comunicó al aire el primer día de reemplazo.

En ese entonces, el problema era solo el coronavirus; hoy, se suma el estado emocional de su abuela, lo que nos lleva a suponer que Juanita seguirá al frente por tiempo indefinido (si se confirman los rumores, el resto del año). Ella es joven, fresca y, cuando quiere, sagaz y ácida. Es graciosa. Y además tiene linaje.

Es el futuro del clan por estos días, cuando, con el trasfondo de las situaciones comentadas, ya podríamos empezar a hablar de un final o de un nuevo comienzo para el programa de tevé más longevo del continente. Aunque quién sabe: Chiquita es un ejemplo de fortaleza, reinvención y permanencia. 

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