Continuó ayer el megajuicio que desde mediados de febrero tiene unos 30 acusados, entre ellos, cuatro ex magistrados de la propia Justicia Federal.
Y como ocurrió hace una semana, la audiencia de ayer tuvo al ex camarista Luis Miret como protagonista excluyente, toda vez que ocupó más de 5 horas para responder las preguntas de la querella, a cargo de Diego Lavado y Carlos Varela Álvarez, además de algunas intervenciones del ministerio Público por parte de Dante Vega y Patricia Santoni.
Y como ocurrió hace una semana el ex magistrado, haciendo uso de su derecho a declarar, no solo respondió cada una de las preguntas sino que se explayó en acontecimientos de la época sin olvidar reiterar por enésima vez la difícil situación del año 1975 cuando el país estaba "prácticamente en llamas" y no como ahora que "vivimos en paz, aunque encerrados entre rejas".
Y aunque aclaró que "no voy hacer historia", sus respuestas se refirieron a entrevistas con militares, cuando se refirió a que "los allanamientos sin orden judicial son ilegales", a lo que un general le respondió que "eran órdenes, por el momento, secretas".
Reconoció que nunca planteó "la inconstitucionalidad" porque, en ese momento, no lo veía posible y además porque no se había hecho en ninguna otra jurisdicción".
Hábeas corpus
Miret, quien durante la década del '70 se desempeñó primero como defensor y después como juez subrogante, recordó que que "actuaba con sensibilidad de defensor", asegurando que como juez y por su formación liberal era "accesible".
En su monólogo habló de la cordialidad con algunos profesionales, poniendo como ejemplo a Ángel Bustelo "con el que compartí una cerveza en plena avenida San Martín? ", lo que motivó que un murmullo ganara la sala de debates de los Tribunales Federales y porque nada se dijo sobre el dirigente comunista secuestrado en setiembre del ?76.
Tras ser preguntado por el caso del pedagogo Ezequiel Ander Egg, Miret recordó que "fue uno de los casos que más me dolió", y que la mujer junto a sus hijos "fueron a mi casa reclamando por el docente universitario. Y esa misma noche llamé al Comando".
Después al hombre "lo liberaron o se escapó", por lo que se originó un nuevo hábeas corpus, en este caso "preventivo" (ante las amenazas y la posibilidad de que fuera nuevamente detenido) que fue rechazado por el fiscal (en ese momento era Otilio Romano) y Miret directamente lo desestimó. Pero la resolución fue apelada por el abogado de la familia y la propia Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, en el año 1975, que ordenó "investigar" lo ocurrido, pero en ese momento, Miret ya no era juez.
Otro caso sobre el que también se le preguntó fue el del dirigente gastronómico Néstor López y que, en diciembre del '75, un hermano denunció su detención por parte de personal "vestido de verde". Miret desestimó sin más trámite. Sin embargo, el cuerpo de López apareció asesinado 10 días después.
Autodefensa
En el inicio de la audiencia se leyó una presentación hecha por el ex juez Guillermo Max Petra Recabarren, solicitando que se le permita la autodefensa, acompañado por el abogado Carlos Alberto Carreño, pedido que encontró el rechazo unánime de las partes acusadoras y que el Tribunal resolvió responder la próxima semana.