“Una muestra de género” lleva por subtítulo la exposición que Modesta Reboredo dejará inaugurada hoy a las 20.30 en la sala 3 de la Nave Cultural y en la que, a través de fragmentos de telas, recortes y hasta prendas completas intervenidas, la artista expone su visión del mundo femenino y juega con las distintas texturas vitales, afectivas y emocionales que ese universo ha ido bordando en ella desde otros tiempos.
Modesta cuenta que la muestra se fue gestando hace años, a partir de vivencias y recuerdos personales a veces gratos (sus dos abuelas, con una convivió y de la otra, aunque no la conoció, heredó su nombre) y a veces trágicos (la muerte de su pareja, el brillante músico mendocino Sergio Embrioni, en 2011, y a quien dedicó una muestra entera “nacida del dolor”).
Estas vivencias dejaron sus marcas en el espíritu sensible y apasionado de una artista a quien también le preocupan otros temas, hoy más actuales e igualmente dolorosos: el femicidio, la trata de personas, las distintas formas de marginación femenina oculta en los resabios de un mundo machista que se niega a desaparecer.
Todo esto expone “Deshilados” a través de un elemento material tradicionalmente asociado a lo femenino: las telas bordadas y cosidas a mano (manteles, prendas íntimas de encaje, antiguos ajuares de novia, sábanas, camisones, pañuelos, atuendos femeninos en general) que Modesta interviene con una poderosa imaginación y a las que suma, con cada hilvanado, una nueva significación al legado de las mujeres en este mundo.
La curadora de la muestra, Marcela Furlani, se refiere de este modo a “Deshilados”: “Son un conjunto de obras realizadas con elementos de uso de algún modo cotidiano, proveniente de distintos orígenes heredados, también buscados y encontrados (...). Es una reflexión poética que nos acerca a ciertos mandatos sociales, a distintos niveles de sometimiento y también a la belleza y a la esperanza”.
Por su parte, el Suplemento Cultura que Diario Los Andes publica todos los sábados, trae en su tapa de mañana una completa entrevista a esta artista singular que es Modesta Reboredo, cuyo mundo interior también fue forjado por la danza, la actuación teatral, la escenografía, y que después de “Deshilados” piensa volver a encontrarse con la pintura y la escultura, quizá para exorcizar viejos fantasmas.