A pesar de un cierto temor que se refleja en todos los telediarios ante la repetición en la capital española de actos vandálicos como los que se vivieron en Buenos Aires, la prensa local califica a Madrid como "la capital del fútbol mundial" por el hecho de recibir en su estadio mayor la gran final de la Copa Libertadores de América.
Diversos comentaristas deportivos realizan un exhaustivo análisis de la realidad de nuestro país y su actual denominador común, el fútbol, y la pasión que despierta en los argentinos, las formas, muchas veces irracionales, de sostener una pasión, la que justifican unos y denostan otros, como resultados de lo que ese modo de vivir el deporte nacional desenfrena.
Desde el momento que se anunció que el importante encuentro, River y Boca, tendría lugar en el Santiago Bernabeu, no encontramos tampoco a la calle indiferente. Todos, lo tienen en la boca. Y tú, ¿por quién vas? , me pregunta el ferretero del barrio. Yo, por Boca, contesto.
Es una tradición familiar, aunque hubo tiempos de desacato, sostengo, por parte de otros miembros de la familia. Se ríen, y contestan algo como “esos hace un siglo que se tienen ganas” o, los más reservados, esgrimen sus reservas: “Esperemos que no haya nada que lamentar” y que empañarían la celebración.
“Se nos está llenando de boludos…” dice un transeúnte madrileño en plena Plaza Mayor, mientras observa con simpatía las delegaciones que ostentan el blanco y rojo y el azul y amarillo.
Lo cierto es que, como modo de previsión, se han aferrado las butacas del estadio Bernabeu, lugar que ha sido cuidadosamente preparado para una puesta en escena que consideran única en su estilo.
Los aficionados llegan no sólo de Argentina, sino de toda España y del extranjero (donde también viven muchos argentinos) y una vez puesto un pie en Barajas son consultados sobre el motivo de su visita ya que hay un riguroso sistema de seguridad que previene ante la presencia de "ultras" que pudieran ingresar al país y empañar una esperada fiesta deportiva.
Dos que se quedarían en Madrid
Los dirigentes de River están a la espera del resultado, que determinará si vuelan a Emiratos Árabes para el Mundial de Clubes, pero además aprovechan este viaje a España para atender otros asuntos. Por un lado, estaría avanzada la transferencia de Exequiel Palacios al Real Madrid.
La joya de la cantera está valuada en 20 millones de euros y la Casa Blanca levantaría el pulgar. Y al mismo tiempo, la comitiva encabezada por D’Onofrio tendría un acercamiento con los directivos del Atlético Madrid, por la transacción de otro futbolista. Se trata de Rafael Santos Borré.
El colombiano de 23 años surgido en Deportivo Cali fue comprado en 2015 por el Colchonero, que luego lo cedió al Villarreal. A mediados de 2017, el Millo adquirió el 50 por ciento de su ficha en 3.500.000 de euros. Pero en su contrato se especificó una cláusula de compra por un valor de 7 millones de euros. Y el Aleti intentaría cerrar su incorporación.