Habíamos adelantado que la supermodelo Gisele Bündchen dejaría las pasarelas y eso sucedió. La brasileña se despidió de los desfiles de moda ayer en el Sao Pablo Fashion Week, el mismo evento en el que debutó dos décadas atrás. Lágrimas, los abrazos y un público que derrochó fervor.
A los 34 años, la modelo mejor pagada del mundo abrió y cerró la presentación de la marca Colcci en la tercera jornada de la Semana de la Moda brasileña, la mayor pasarela de América Latina.
El lugar estaba repleto y entre la multitud se encontraban sus papás, hermanas y Tom Brady, su marido y padre de sus dos hijos, Vivian y Benjamin.
Luego de caminar con la colección de verano 2016 de Colcci, llegó la despedida real de Gisele: un grupo de modelos apareció vistiendo jeans y una camiseta blanca con una imagen de la rubia estampada en el pecho.
Luego caminó ella, sonriente y con su larga cabellera al viento. Saludó, posó para los fotógrafos, abrazó a sus compañeras. Aguantó la emoción hasta que dio media vuelta y lloró. El público, de pie, la ovacionó.
"Agradezco haber tenido la oportunidad, a los 14 años, de iniciar esto. Hoy, 20 años después, es un privilegio hacer mi último desfile por decisión propia y aún continuar trabajando en otras facetas de la industria", declaró la modelo más temprano en su cuenta de Facebook.