La Casa Blanca publicó ayer las declaraciones financieras de decenas de sus altos cargos confirmando que el presidente, Donald Trump, se rodeó de funcionarios pudientes, entre ellos su yerno, Jared Kushner.
Kushner, quien comparte la mayoría de sus posesiones con su esposa, Ivanka Trump, tiene un imperio inmobiliario y financiero valorado en 741 millones de dólares, de acuerdo con el diario The New York Times, que analizó las 54 páginas de su declaración.
Ivanka Trump, que hace algunos días anunció que sería una asesora honoraria del presidente estadounidense, conservará su parte, estimada en entre 5 y 25 millones de dólares, en el Trump International Hotel, situado a pocas manzanas de la Casa Blanca. Entre enero de 2016 y marzo de 2017, esa parte le supuso un beneficio de entre uno y cinco millones de dólares.
Otro de los más ricos asesores de Trump es Gary Cohn, director del consejo económico nacional y ex número dos del banco de inversión Godman Sachs, con activos valorados en, al menos, 230 millones de dólares, aunque podrían ser más ya que sólo el año pasado obtuvo ingresos por entre 48 y 77 millones de dólares.
También está en la lista Steve Bannon, el jefe de estrategia del presidente Trump.
Los haberes más importantes de Bannon son su firma privada de consultorías, valorada en entre U$S 5 y 25 millones. Declaró haber recibido U$S 191.000 como consultor del sitio de informaciones pro-Trump Breitbart News que dirigía antes, y más de U$S 125.000 por haber trabajado en la firma de datos Cambridge Analytica, que trabajó para la campaña de Trump.
Una de las principales asesoras de Trump, Kellyanne Conway, que en 2016 trabajó primero para la campaña de Ted Cruz y luego para la del ahora presidente, ganó 800.000 dólares.
Los formularios publicados ayer cubren a unos 180 funcionarios de la Casa Blanca: aquellos que cobran más de U$S 161.700 al año y que en su mayoría asesores de Trump, según adelantaron fuentes oficiales.
Las declaraciones financieras de los asesores de Trump destacan, en comparación con las del equipo del ex presidente Barack Obama, por la “complejidad y sofisticación de sus activos y sus estructuras financieras”, subrayó una fuente de la Casa Blanca, que pidió el anonimato, en una conferencia de prensa sobre el tema.
A Trump le gusta rodearse de empresarios de éxito, y eligió, entre otros, a Cohn, un ex “número dos” del banco de inversión Goldman Sachs.
La publicación de la Casa Blanca no cubre a algunos de los multimillonarios más destacados del Gabinete de Trump, como el secretario de Comercio, Wilbur Ross; o el de Estado, Rex Tillerson; dado que éstos ya hicieron públicos sus activos hace semanas como parte del proceso para ser confirmados por el Senado.
Las reglas tampoco se aplican al propio Trump, quien no está obligado a informar sobre sus activos financieros hasta el próximo año, y quien se resistió durante la campaña a hacer públicas sus declaraciones de impuestos.
Su hija Ivanka tampoco hizo públicas ayer sus inversiones, dado que apenas lleva “dos días” como empleada formal de la Casa Blanca y tiene un plazo de 30 días para entregar esa información a la oficina de ética gubernamental, según la citada fuente oficial.
Kushner renunció “a 266 posiciones” o intereses financieros, según la Casa Blanca, y liquidó “la mayoría, si no todas”, las inversiones que puedan presentar un conflicto de interés con su nuevo cargo.
La administración Trump está considerada una de las más ricas de la historia de EEUU. La agencia Bloomberg calcula que las fortunas acumuladas por sus ministros y altos funcionarios ascienden a unos U$S 12.000 millones.
Revierten leyes de privacidad y ambientales
Los cazadores podrán pronto matar osos grizzly desde el aire en las tierras federales de Alaska. Los proveedores de internet podrían verse tentados a vender la información sobre los hábitos de navegación de sus clientes.
Varios estados podrán negar fondos federales para planificación familiar a la organización Planned Parenthood y otros centros que practican abortos.
Los republicanos, que ahora controlan ambas cámaras del Congreso, están revirtiendo decenas de reglas de la era del presidente demócrata Barack Obama que tienen que ver con el medio ambiente, la educación y el sector energético.
Alegando los derechos de los estados, la necesidad de crear empleos y el derecho a portar armas, el Partido Republicano está utilizando una herramienta legislativa que permite que las mayorías simples puedan revertir regulaciones que a menudo tomaron años para crearse.
De hecho, luego de que fracasó su intento por derogar el seguro de salud creado por Obama, los republicanos presumen como máximo logro legislativo la derogación de varias regulaciones gubernamentales después de unos 70 días en sus cargos.