En una extensa interpelación en la Legislatura porteña, que duró 7 horas y 45 minutos, el ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, aseguró que no renunciará. Reconoció: “Tenemos que hacer una clara autocrítica sobre cómo se llevó adelante el procedimiento” y que “la violencia la tendríamos que haber manejado de otra manera entre todos”.
La oposición a pleno pidió que dejara su cargo y criticó con dureza el operativo para resguardar el comienzo de las obras del futuro centro cívico en predios del Hospital Borda y que terminó violentamente, con 36 heridos y 8 detenidos.
La sesión especial arrancó a las 11.15 y estuvo plagada de chicanas políticas, tanto desde los bloques opositores como del oficialismo. Tanto es así que frente a las repetidas interrupciones de los legisladores, el presidente de Legislatura, Cristian Ritondo (Pro), amagó varias veces con levantarla.
Una y otra vez Montenegro remarcó que la fuerza actuó en el marco de la legalidad. “Sólo se usó la fuerza cuando estuvo amenazada la integridad de los oficiales y de los bienes públicos. Desde el principio ATE (uno de los cinco gremios que agrupan a los trabajadores del hospital) se opuso al proyecto y, lamentablemente, hay sectores que se oponen a todo lo que hacemos.
Sucedió con el Metrobús, la extensión de la Línea H, los pasos bajo nivel de trenes, las playas públicas”, enumeró. Y remarcó más de una vez que se usó un protocolo de actuación general para este tipo de situaciones, aunque nunca detalló cuál es ese protocolo.
En este sentido, Juan Cabandié (Frente para la Victoria) le reclamó que, como Córdoba y Santa Fe, la Ciudad “no firmó los protocolos de actuación de las fuerzas policiales que rigen en todo el país”. Consideró que “una policía que se maneja con autonomía es un peligro”. Y aportó, como prueba de la situación extrema que se vivió el viernes en el Borda, una foto de un oficial con un arma de fuego en su cintura. Tito Nenna (FpV), por su parte, consideró que “quedó demostrado que Montenegro no tuvo control sobre la fuerza”.
Pero el argumento del protocolo se le volvió un bumerán a la oposición. Fue cuando Helio Rebot (Pro) preguntó: “¿Podrían decir que protocolo usó Nación para que la Policía Federal libere la zona para que termine muerto el militante Mariano Ferreyra?” En el mismo sentido, el oficialista Martín Ocampo le recordó a la oposición que “no pidieron la renuncia de Julio De Vido (ministro de Planificación Federal de la Nación) después de la tragedia de Once”, en donde murieron 51 personas.
Como muchos otros legisladores, Julio Raffo (Proyecto Sur) le enrostró al ministro que no haya estado en el lugar del conflicto; ni él ni ningún otro funcionario de rango. “Sin investigación, sin sumarios, Montenegro absolvió a la Metropolitana en una conferencia de prensa y Macri luego absolvió a Montenegro”, dijo Raffo.
Para ese momento las tribunas de la Legislatura estaban repletas de gente, mayoría del Pro pero también muchos trabajadores del Hospital Borda. Y aunque la gente aplaudió y también abucheó, los momentos mas tensos los generaron los propios legisladores al no respetar los tiempos para hablar o al interrumpir a sus colegas a los gritos.
En un momento de la interpelación, el ministro explicó que para comenzar la obra del centro cívico era prioritario derribar el edificio donde funcionaba un taller de actividades para los internos, debido a que había sido construido con asbesto, un material cancerígeno. Tanto Jorge Selser (Proyecto Sur) como Aníbal Ibarra (Frente Progresista Popular) le recordaron: “Esta Legislatura y más de diez hospitales tienen asbesto en sus estructuras”.
Rebot fue el vocero más encendido que tuvo el oficialismo, ovacionado por los militantes. Casi a los gritos, le dijo a Montenegro: “La policía no puede cometer delitos, hay que meter el cuchillo hasta el hueso y sancionar a los que hicieron mal su trabajo”.