Las adolescentes han salido a ponerle la voz y el cuerpo, sin tapujos, a la defensa de los derechos de las mujeres. Ellas ganan las calles y se alzan en pos de mayor equidad, saben de qué se trata este asunto, están informadas, tienen una posición tomada y están dispuestas a gritar fuerte y cambiar entornos.
Las jóvenes menores de 20 años son parte importante y fundamental en las marchas por el día de la Mujer y del movimiento Ni una Menos; estos y otros espacios las muestran involucradas con la causa. Saben lo que quieren y salen a ganar espacios para hacerlo visible.
Martina -de 13 años- participó por primera vez el pasado 8 de mayo de una marcha por el Día de la Mujer, aunque ya lo había hecho en otras por otros reclamos. Contó que sus padres no estaban convencidos antes de su participación por considerarla muy pequeña pero que este año contó con el apoyo de su madrina y su primo que la acompañaron.
“Antes había ido a marchas por desaparecidos de la dictadura o reclamos LGBT (…) en esta por cuestiones de género fui por iniciativa mía, por defender mis derechos y los de mis hermanas, de la mujer en general, por la lucha contra el patriarcado que nos tiene opresas a todas y también a los varones”, explicó.
Ese día muchos pies adolescentes caminaron las calles y congregaron voluntades, algo que sobresalió a tal punto que el diario Clarín, de Buenos Aires, incluso lo destacó en un título. Para el medio "las adolescentes fueron el motor que impulsó la marcha" y resaltó la presencia de chicas de entre 15 y 19 años que acudieron en grupo.
Martina aceptó que en su casa, con su familia se habla de todo, se escuchan todas las voces y que pese a que entre ellos hay diferentes puntos de vista estos se debaten sin llegar a discusiones. “Desde los 12 voy a marchas, todas pidiendo justicia, siempre hay alguna y me gusta mucho pelearla y militar; aunque cuando era más chica no podía ir con gente de mi edad porque a veces no saben qué están debatiendo”, agregó.
Graciela Garípoli, referente de la Agrupación Feminista Aquelarre sostuvo que se aprecia muchísimo aumento en su participación. "Vienen a las marchas y comienzan a ser parte de los procesos organizativos, las hemos visto ser parte de asambleas de mujeres para preparar el paro (del 8M)", comentó.
Información en red
Los temas vinculados a cuestiones de género han ganado espacios y las redes sociales, productos ampliamente consumidos por este segmento etario, han propiciado especialmente la información y la participación. Además, es cada vez más común que se organicen para asistir en grupos de amigas y compañeras.
Denise (17) contó que comenzó a leer sobre temas de género y eso la llevó a cuestionarse. "Voy a una escuela religiosa y ahí esas cosas no se tocan o si se hace lo hacen desde una perspectiva negativa", comentó y agregó que eventualmente surgen charlas con algunos docentes pero no es una iniciativa institucional.
“El año pasado había mucha desinformación y había peleas por los diferentes puntos de vista, pero este año han comenzado a informarse más, sobre todo por las redes sociales porque se comparte información”, reconoció.
Temas convocantes
Las jóvenes reconocen un interés creciente en temas vinculados a la mujer y sus derechos, no sólo por parte suya sino también por de otras pares, que se van sumando para participar juntas.
Los hechos de violencia de género con femicidios que se transformaron en icónicos de una lucha que fue transformándose en masiva, generó el movimiento Ni una Menos que convocó a quienes antes no habían sentido esa pulsión. Claro, ellas mismas reconocen que ven situaciones de violencia muy de cerca: amigas, compañeras y conocidas son víctimas y ahora pueden visibilizarlo.
Pero además otros temas relacionados con las luchas del género han provocado su interés y las ha involucrado.
"Yo ya había marchado junto al movimiento Ni una Menos y me informé bastante cuando el año pasado se puso en debate el acoso callejero", dijo Denise.
El proyecto que debate la despenalización del aborto ha sumado voces y ellas no se han sentido ajenas a un hecho que sienten las involucra. Por eso, tanto las jóvenes como las organizaciones advierten que la lucha a favor de la sanción de este proyecto que se debate en el Congreso ha generado adhesiones adolescentes. Otro tanto ocurre con quienes se han movilizado para cuestionarlo.
La escuela
Las escuelas funcionan como disparadores de la defensa de lo que consideran son sus derechos y en Mendoza, varios referentes han señalado a los colegios de la UNCuyo como aquellos donde la cultura democrática y participativa está más afianzada. Justamente allí han ocurrido ciertos hechos que han puesto de manifiesto estas actitudes.
En noviembre del año pasado alumnas del colegio Magisterio de esta institución expresaron en una sentada su repudio a la actitud de una preceptora, lo hicieron durante toda una jornada pese a que se les contabilizó un ausente. La mujer, había llamado la atención a una pareja de lesbianas que se besaba mientras que no había hecho lo mismo con una pareja heterosexual que estaba cerca.
“Se pedía que la preceptora pidiera disculpas pero no lo hizo, la directora salió a hablar poniéndose del lado de la preceptora”, recordó Victoria (18) quien participó.
"Cuando era chica me tocó mucho el caso de Candela", reconoce. Actualmente milita en una organización feminista. "Desde el colegio ya nos habían formado con una perspectiva de género y me interesé por las agrupaciones", contó y recordó que se contactó con una porque participó con una amiga de una jornada de formación que realizaron en noviembre en la que expusieron "discriminaciones y micro-machismos cotidianos, muchos de los que vivimos todos los días como el tipo de juguetes, los roles en las familias o la violencia en el noviazgo".
Con motivo del debate por el aborto, otro colegio de la UNCuyo, el Martín Zapata, fue escenario hace unas semanas de la militancia femenina adolescente. Un grupo de alumnas acudió a clases con el pañuelo verde, símbolo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Aunque en un primer momento se les llamó la atención por incumplimiento del uniforme, después de que las chicas explicaran las motivaciones se les permitió.
Luego, la universidad afianza posturas o en tal caso genera inquietudes en quienes no las tenían. Así lo reconoce Guadalupe Pregal, de la Agrupación de Diversidad Universitaria y miembro también de Las Audiovisualas. "La universidad te acerca mucho a la militancia y además hay mucha participación de las chicas de colegios de la UNCuyo que ya tienen esa lógica de elecciones y participación", resaltó.