El gigante del streaming desde hace un buen rato viene marcando presencia de calidad con sus documentales. De hecho, en este territorio es donde se encuentran sus mejores armas y, especialmente, en las biopics de los músicos; aunque también tiene otras maravillas como "Wild wild country", que es una de las pocas películas en este registro que no tiene casi competidor.
La lista de biopics musicales de altísima calidad en esa plataforma es larga. Desde "What's happened Miss Simone", deslumbrante filme sobre Nina Simone; o "Amy", el gran y desgarrador registro de Asif Kapadia que se ganó el Oscar en el género; pasando por otro magnético metraje sobre Lady Gaga que se estrenó en 2017 ("Five foot two"), y uno más que devela a una desconocida Taylor Swift y su proceso de maduración y cambios ("Miss americana", hace un par de meses). Sí: digamos que Netflix tiene con qué alardear en asuntos de buenos contenidos que atraigan a los fans de la música.
Y ahora se metió con un titán, como antes lo hizo con esa larguísima, profunda y hermosa postal de época que es "Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan Story" de Martin Scorsese. Este enorme músico que ahora nos convoca es uno de los trompetistas más influyentes e importantes de jazz del siglo XX: Miles Davis.
La película se llama "Birth of the cool", nombre del disco que el músico editó en 1957 con Capitol. Y está dirigida por Stanley Nelson. Viene precedida por el Grammy al mejor video musical en formato largo pero, en verdad, eso poco importa porque el filme no necesita ningún premio para defenderse: basta con su metraje.
El documental nos embriaga con la excelente selección de “instantes musicales”, que se eligieron en esta edición con fragmentos de grabaciones que abarcan, entre otras, la que da nombre al disco; también hay breves momentos señeros de sus shows.
Pero la riqueza del filme descansa, más bien, en el guión y en cómo está montado.
El libro que sostiene esta trama es una autobiografía que el propio Miles, junto a Quincy Troupe, escribió en 1989. Y el director ha entendido a la perfección que seguir escrupulosamente el derrotero narrativo que propone Davis es el camino correcto para ahondar en una personalidad escurridiza, difícil, compleja y profunda.
Atraviesan la pantalla el Miles de la niñez adinerada en su Saint Louis natal; el Miles concentrado en la música como en nada más en el mundo; el Miles amante y esposo repleto de contradicciones, bajezas, frivolidades y deficiencias afectivas; el Miles filoso y filósofo, y el que se hundió en las adicciones a la heroína y el alcohol.
A todos ellos, a todos sus monstruos y pájaros, los envuelve la genialidad de su creación. La minuciosa y reconcentrada mirada del artista que todo lo envuelve y se eleva por sobre las miserias humanas.
Así de arrobador y magnético es este filme en el que por casi dos horas viajaremos haica la mente, los deseos y los sentimientos de un artista que inventó todo en materia de jazz moderno.
La película empieza con Davis boxeando y diciendo: "La música siempre ha sido como una maldición conmigo. Es lo primero en mi vida, me duermo pensando en ella y me despierto pensando en ella". De ahí en más sabemos que lo que viene, es oro.
El trabajo de Stanley Nelson (gran experto en el género) no es menor porque, como en el documental de Maria Callas, los archivos lo son casi todo.
Es verdad que hay testimonios de sus amigos de la infancia, de los músicos que trabajaron con él (Wayne Shorter, Herbie Hancock, Marcus Miller, Ron Carter, Jimmy Cobb, Quincy Jones, entre más), de la mujer a la que amó fuerte y largamente en su vida (la bailarina Frances Davis, con quien estuvo casado diez años hasta que la molió a golpes).
Pero aquí, para ahondar en las diversas vertientes de este hombre inasible y genial, y para que el espectador emprenda ese “viaje al centro de la tierra-Davis”, era preciso volverse experto en recortar, superponer, jerarquizar y descartar archivo.
Nelson lo es, y así lo hizo. Después de todo, el multipremiado realizador que recibió la medalla de honor de manos del mismísimo Barack Obama es un especialista en narrarnos las vidas y las luchas de los afroamericanos (imperdible es también su documental "The Black Panthers: Vanguard of the revolution", también en Netflix).
Esta vez no se trata, como lo hizo Scorsese, de llevarnos de paseo por los aires de una época que cambiaría al siglo como en “Rolling Thunder...” sino de meternos de cabeza en un relato de vida que se vuelve fascinante, triste, romántica, trágico y maravillosamente honesto.
Si querías conocer a Miles, para comprender cómo es que hizo la música que hizo, este documental te ofrece todas las piezas de ese puzzle que fue el “blackbird más cool del jazz”.
La Ficha
Birth of the cool (EE.UU./ Reino Unido, 2019, 112').
Género: Documental.
Dirección: Stanley Nelson.
Plataforma: Netflix.
Calificación: Muy bueno.