Mike Amigorena: "Reinventarse en la tele y el teatro es muy difícil"

El actor en pleno aislamiento habla sobre la paternidad, sus proyectos lejos de la actuación y un presente cargado de cambios.

Mike Amigorena: "Reinventarse en la tele y el teatro es muy difícil"
Mike Amigorena: "Reinventarse en la tele y el teatro es muy difícil"

Alejado de los escenarios, su pequeña hija, su pareja, la gastronomía, la música y el humor son su refugio en estos días de aislamiento. Desde su casa en Capital, el actor y músico mendocino Mike Amigorena cultiva la paciencia y la aceptación de los cambios.

A casi tres meses de la llegada de Miel, su pequeña hija junto a la música Sofía Vítola, transita la paternidad como un paso que se dio naturalmente en su vida, tras vivir en plena libertad y sin ataduras.

Mike es camaleónico en la vida como en el escenario. Y a falta de telones que se corren y el aplauso del público, comenzó a compartir en las redes sus habilidades culinarias.


Mike junto a su hijita Miel
Mike junto a su hijita Miel

"Toda la vida me gustó la gastronomía, lo que más me gusta en el mundo es comer. Todo empezó con una amiga cocinera que me empezó a instruir el año pasado. Y este año lo íbamos a explotar, pero dadas las circunstancias lo comenzamos a hacer online. La idea es cocinar puertas adentro. Vamos a un lugar y cocinamos para veinte personas. Vas con tu familia, amigos y cobramos el cubierto. Y en algunos casos les enseñamos a cocinar el plato que van a comer".

-Una modalidad ideal para los tiempos que se vienen.
-Este año creo que me voy a dedicar a eso, porque el espectáculo va a sufrir el cese como muy pocos rubros. Y le estoy dando bolilla primero porque me gusta; aprendí de mi madre y mi abuela. Cuando era chico todo se hacía en mi casa. Y yo muy subliminalmente absorbí todos los conocimientos, además de los programas de cocina que me encantan. O probar los platos típicos de cada región. Y mirá lo que es la vida que termino cocinando en una situación tan insólita como esta.

-Pero vos sos un performático, te adaptás a los tiempos y te reinventás.
-Exactamente. El destino me da la posibilidad de que me dedique a cocinar en estos momentos, que en realidad no sabría que hacer. Porque reinventarse en la tele o en el teatro es muy difícil. Pero la cocina es un nicho totalmente ajeno, que requiere de creatividad y lo podés hacer.

-Quizás en un futuro te llamen para que conduzcas un programa de cocina por el mundo.
-Ese sería uno de mis sueños, viajar y comer. Es el sueño del pibe, uno de los pocos sueños que me queda es ese. Por suerte soy un privilegiado y he podido hacer todo lo que quiero.

-¿Cuál es tu plato preferido?
-Si me correteás, lo que más me gusta es un bife con fideos con manteca. Es lo que más me gusta, un bife de cuadril y la guarnición de unos moñitos con manteca (ríe). Después si nos ponemos sofisticados me gusta la cocina italiana, la española, la comida que tiene fuerza. No me gusta lo gourmet, si la terminación. Pero si me decís qué elijo, me gusta un guiso, un puchero, las milanesas son mi debilidad.

-Podrías hacer una versión propia de la milanesa.
-No está mal. Y hay muchas maneras de hacerla. La cocina es una alquimia y podés lograr una milanesa única. Pero como Sofía es vegetariana en casa no comemos carne. Casi todos los platos que cocino son vegetarianos, salvo algún pescado. Pero por lo general hago mucho risotto, panaché de verduras, pastas, sopas. La única contradicción que tengo con la cocina es el respeto por los animales, pero me gusta comer carne. No como muy a menudo, lo dejo para cuando se dé. Imaginate cuánto hace que no me como un asado. Las ganas que tengo de comerme un asado con leña, junto a mis amigos. Pero eso quedará para el regreso.

-¿Qué te despertó la paternidad que no pensaste vivir?
-Nunca fue una prioridad la paternidad salvo que viniera divinamente, de la manera que vino. Fue un alma buscada, con una persona que me inspira familia, compañerismo. Solamente con esos ingredientes fantaseaba tener una familia. Me dediqué a mi carrera, siempre fui libre hasta que me preparara para la paternidad. Entonces estás sólido, estás presente y me llena de orgullo porque es un aprendizaje constante. Estoy veinticuatro siete con Miel. Y vamos a acompañar todo lo que Miel sea y nos venga a enseñar. Porque los hijos vienen a enseñarte. Queremos que crezca con libertad, felicidad y salud.

Mike Amigorena el año pasado lanzó su segundo disco "DAÄ", una versión tecno pop después de "Amanto" su álbum debut. Y entre las tareas de padre, se pone al día con el estudio de inglés y escribe nuevas canciones. 

-De tus nuevas canciones, ¿hay algo especial que te inspire?
-Por lo general las letras me dejo llevar, pero ronda el encierro, los valores y también el humor. En las letras siempre hay un costado de humor, con el deseo que sean canciones bailables. Yo trabajo con productores que me mandan pistas, me mandás bocetos de canciones y yo a eso, le pongo melodía y música. Y prefiero que sean canciones alegres, para que la gente baile, no me encargo de que digan mucho.

-Seguramente tus amigos adultos extrañan la música de Jubilandia.
-Jubilandia en este momento está detenida, pero las ganas están más enormes que nunca. Tenemos ganas de ir a los geriátricos, a los centros de jubilados, sociedades de fomento, para llevarles la alegría que siempre les llevó a los abuelos. Los que nos provoca hacer eso es un bálsamo para la vida, no tiene contraindicaciones. Te sentís más liviano, te pone en tu punto más álgido de generosidad.

-Ahora estás conectado con la nueva vida.
-Con la otra punta de la vida.

-¿Cómo llevás la rutina con un bebé, podés dormir?
-Es bravo, pero por suerte Miel es medida en todo. Porque duerme, toma teta. Pero la cabeza ya está acostumbrada, dormimos bien aunque no existen más las épocas mozas de dormir ocho horas seguidas. ¡Se acabó! Pero para eso estoy. Todos me decían aprovecha para dormir, pero como dormí tanto en mi vida que me lo tomo con cariño, y con lo que tengo que transitar.

Lo que más sentimos es que no tenemos a nadie que nos ayude. Antes teníamos a una persona que nos ayudaba en la casa, que ahora no puede venir, entonces tenés que hacer todo. Y estás activo todo el tiempo, se te pasa rápido el tiempo.

-Además del contacto con el otro.
-Y eso es triste, porque los abuelos lo sienten mucho. Se sufre la distancia, no es lo mismo verla por camarita. Y ahora lo único que ve Miel es a papá y mamá.

-¿Te cuestionás el momento crucial que vivimos como humanidad?
-Siempre me cuestioné el comportamiento en general del hombre. Yo intuía que de la manera que obramos, no vamos a un buen puerto, como civilización. Y esto me parece que es un freno de la naturaleza, de lo divino, para que tomemos conciencia que es lo importante, con que realmente debemos quedarnos. La importancia de los vínculos, de los encuentros, creo que eso nos sostienen. Vos no necesitas comprarte una campera o cambiar el celular, no necesitás tener proyecciones temerosas como comprarte una casa para que te dé una renta. Porque realmente cuando te quitan la libertad de salir, del encuentro, te das cuenta de que sin eso te morís. Estamos desesperados, pero al mismo tiempo estamos nutridos por el encuentro. Es una situación que nos viene a enseñar.

Ojalá no sea lo mismo, porque si no tiramos todo a la basura con las mismas locuras. 
A mí por ejemplo no me disgusta tanto la situación, no me muero por salir a comer afuera. Eso está conectado con lo espiritual, es medio difícil. Es un comportamiento de una tribu que sigue algo, porque no es algo ordinario lo que está pasando.

- Lo único certero es que la naturaleza respira y descansa del ser humano.
-La naturaleza respira, por ahí veo pájaros extraños que se posan en los techos, en las calles. El mundo se contrajo para que se ensanche la naturaleza. Y en esa expansión el agua es más clara, los pájaros están menos temerosos. Nosotros invadimos su territorio y esto es un tope, donde hay una consecuencia de tu accionar. Que vivamos con menos necesidad de tener. Te sentís más liviano y las cosas se manifiestan de otra manera, la cabeza comienza a ser más creativa, la que tiene sentido común. Es el para qué; para qué quiero un vestidor lleno de ropa si estoy todo el tiempo con un jogging y así extendelo a otro plano. Con pequeñeces estás hecho.

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