Desde que ganó las elecciones municipales, el concejal radical Miguel Ronco (62) demora varios minutos atravesar cada mañana la explanada que va del Concejo a la comuna y es que aunque aún quedan cinco meses para que asuma, al futuro intendente de Rivadavia sus vecinos ya lo consultan con sugerencias y pedidos.
“La gente me saluda y quiere conversar, pero también ya me hace reclamos, que arreglemos una vereda, que erradiquemos una planta, algún productor con una propuesta, son muchas cosas”, explica Ronco en el salón de acuerdos del municipio, un espacio de reunión junto al despacho del intendente Ricardo Mansur (UCR), donde a diario se planifica la actividad de la comuna y en el que últimamente se aceita la transición en curso.
“Todas las mañanas nos juntamos con el intendente y con los directores, una charla permanente para ver en detalle el manejo de cada área con la idea de que el cambio de gobierno no resulte traumático”.
Ronco está casado, tiene tres hijos y también nietos; es productor vitivinícola y dueño de una bodega, un vecino de Rivadavia de toda la vida; milita en el radicalismo desde el ‘82 pero recién en 2007 ocupó su primer cargo, una banca en el Concejo que renovó cuatro años después: “Me considero un hombre prudente y cauto, no me gustan los conflictos y dentro de lo posible evito las discusiones”, dice el nuevo intendente, que ganó con el 56% de los votos y el apoyo explícito de Mansur.
En Rivadavia, el radicalismo gobierna desde hace 16 años: “En todo este tiempo ha existido una gestión prolija, ordenada y de cuentas claras; no tenemos multas y guardamos reservas al punto en que hay hasta tres jornales municipales como ahorro”, enumera Ronco y sigue: “En este contexto el cambio de gobierno se vuelve sencillo y viene una transición sin sobresaltos, por lo que mi plan es seguir con una comuna confiable y ordenada”.
El resto de los intendentes de la región fue por su reelección y la obtuvo, por lo que Ronco es la cara nueva al frente de los municipios de la zona. Durante la charla, recuerda la elecciones de junio y asegura que lo que prometía su rival, el concejal del FpV Fabián Montes, “era irrealizable: una doble vía a El Carrizal, cuando la prioridad debe ser un camino similar pero hasta la ruta 7 para agilizar así la salida del departamento; prometió 700 puestos de trabajo para los rivadavienses en petroleras que trabajan acá, algo imposible de ejecutar desde una intendencia, porque no tiene competencia. La gente entendió que las promesas del peronismo no tenían sustento y ahí también se justifica la diferencia de 20 puntos que sacamos en las urnas”.
A la hora de hablar sobre su futura gestión dice que apuntalará el trabajo que se está haciendo en los grandes proyectos encarados: construir una doble vía hasta la ruta 7, a través de Junín y San Martín, y también la obra de cloacas para unas mil viviendas en el este de la ciudad: “Es una necesidad grande para más de cinco barrios y que requiere una inversión de 30 millones de pesos”.
Sostiene que hay que buscar financiamiento para cambiar el puente sobre el río Tunuyán, un cruce que frente al crecimiento del tráfico ha quedado angosto e inseguro; también piensa seguir adelante con el reclamo por la mejora de los caminos, que en Rivadavia están destruidos y en emergencia vial: “Mejores rutas significa menos accidentes, más producción y más turismo”, simplifica y hacia el final habla de Mansur y de la inevitable comparación que la gente hará algún día entre ambos gobiernos: “Tenerlo como intendente es una gran ventaja porque lleva un municipio ordenado, pero sé que voy a tener la presión de la gente para mejorar lo mucho que se ha hecho y para ese desafío es que voy a trabajar y me estoy preparando”.z
