Hay intendentes que priorizan el ahorro y otros que prefieren el vértigo de vivir casi al día, invirtiendo hasta el último peso de lo que les entra en la comuna. Son estilos distintos, modos de gobernar que tienen que ver menos con la política que con la manera en que cada uno ve la vida.
Miguel Ronco (63) está entre los que prefieren el ahorro. Dice que Rivadavia llegará a diciembre con un superávit de $ 20 millones y subraya que su administración tiene el dinero de tres nóminas completas de sueldos, una plata que, llegado el caso, ayudaría al municipio a paliar una emergencia.
Lo ve como un mérito; otros intendentes creen que una comuna no debe ahorrar demasiado y que el dinero que entra hay que invertirlo en la gente: lo dicho antes, estilos distintos.
“Recibí una comuna ordenada y tengo la obligación de que siga así: con obras, con proyectos, adquiriendo maquinaria, con los sueldos al día”, argumenta.
-Usted no tuvo una pesada herencia que remontar.
-Mire, formo parte de un proyecto que gobierna Rivadavia desde 1999 y acá siempre hubo superávit, exceptuando los dos primeros años, en los que (Ricardo) Mansur tuvo que administrar el gran déficit que había dejado en aquel momento el peronismo.
Desde lo administrativo, Rivadavia es una excepción en el Este, donde lo usual ha sido que un mismo intendente gobierne largos períodos: Jorge Giménez en San Martín y Mario Abed en Junín van por el cuarto mandato consecutivo; el ex intendente Sergio Salgado había comenzado su tercer gobierno en Santa Rosa cuando fue detenido y los hermanos Sergio y Gustavo Pinto se han repartido el poder en La Paz desde 1995.
Aunque es verdad que en Rivadavia gobierna el radicalismo desde 1999, no es menos cierto que dentro de ese proyecto, que acompaña el socialismo, ya hubo tres intendentes incluido Ronco, que acaba de comenzar su primer mandato y no comparte la idea de reelecciones indefinidas.
De hecho, el Concejo Deliberante aprobó hace días una ordenanza, similar a la de Guaymallén, que limita a un máximo de ocho años consecutivos la gestión del intendente y concejales.
-Primero Guaymallén, ahora Rivadavia. ¿Cree que a través de los Concejos pueda extenderse esta idea de limitar las reelecciones?
-Para un intendente, cuatro años pueden ser pocos, especialmente si el que llega recibe una comuna mal administrada y necesita uno o dos años para acomodar, balancear y ordenar el municipio. Por eso creo en una reelección, ocho años, pero no más de eso.
De todos modos, el tema tendría que salir por la Legislatura. Yo no voy a decir al resto de los intendentes qué tiene que hacer. Fíjese que tengo en mi despacho esa ordenanza y la comparto, pero aún no estoy seguro si tengo la facultad para limitar el tiempo de gobierno.
- ¿Coincide con la ordenanza pero podría vetarla?
-Estoy de acuerdo con los límites a las reelecciones pero tengo que asesorarme para saber si legalmente la comuna puede hacer esto.
-¿Cómo ve a Alfredo Cornejo?
- Muy firme, estratega, con mucha capacidad. Está obsesionado con destinar más dinero a obras porque (Francisco) Pérez redujo esa pauta a sólo un 3% del Presupuesto, el resto se va en sueldos y gastos corrientes. Cornejo lo llevó al 6% y lo quiere elevar al 10%, pero eso requiere reducción de gastos. Mire: ha sido un año de restricciones totales y a Cornejo le va a costar más de un año poner en marcha la provincia.
-¿La gente lo entiende?
-La gente es ansiosa, cambia un gobierno y vienen las expectativas, pero acá no hay varita mágica. Todo lleva un proceso. Ese proceso lleva un tiempo y ya se fue casi un año. Sin dudas que vamos por el camino correcto. Cornejo va a ordenar la provincia y vamos a salir de esta situación.
-¿Cómo?
-Ya le dije, destinando más dinero a obras. En Rivadavia entre el 22% y el 27% del Presupuesto se va en obras. Son casi $ 60 millones que generan trabajo. Cornejo anunció 2.500 viviendas por año. Eso precisa mucha mano de obra y la construcción, se sabe, es uno de los principales motores de la economía.
-Por ahora es un anuncio.
-Que está tomando forma. En los ocho años de gobierno de (Celso) Jaque y de Pérez, la Provincia, en Rivadavia, construyó menos de 120 viviendas, y sólo en este año ya tenemos en marcha tres barrios.
-A Rivadavia se le alinearon los planetas ¿no? Comuna, provincia y nación dentro del mismo proyecto político.
-Pero Cornejo no hace diferencias y anuncia obras en departamentos de todos los colores. Fíjese, por ejemplo, la cantidad de viviendas que van para San Martín. ¿Qué pasa si (Jorge) Giménez no las recibiera? Se arma un problema social. Es lo mismo que si yo me salteo las cloacas de un barrio peronista, no sería justo. Ésa es mi idea, es lo que pienso y creo que es lo que está haciendo la provincia.
Ronco es tercera generación de viñateros, tiene finca en Montecaseros y una bodega; dos de sus hijos son enólogos por lo que la tradición tiene descendencia asegurada. Subraya que no vive de la política, que antes sólo fue concejal y que el cargo es pasajero: “Para brindar un servicio y dejar algo en el pueblo; es un honor ser intendente del lugar donde uno nació y se crió”.
-¿Qué opina de Mauricio Macri luego de un año de gobierno?
- Todavía no arranca, tiene la mejor intención pero también mucha presión del kirchnerismo, que no se imaginaba tener que dejar el gobierno. Ahora hablan de pobreza y de inseguridad cuando nunca quisieron medirlas.
-Pero no todo puede ser culpa de la herencia, ¿o sí?
-Hay mucho palo en la rueda de un sector del peronismo que nunca ha dejado gobernar a la oposición.
-¿Sigue siendo optimista?
-No he perdido la fe. Comparto mucho de lo que se hace, aunque también necesitamos de una Justicia más ágil, que acompañe el momento histórico, que llegue a fondo y que el que cometió un ilícito, por más que haya estado en el gobierno, lo pague.
Macri es un hombre que apuesta por la obra pública. Lo demostró en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y ahora busca llevar ese esquema a la nación. Los motores principales del empleo son las obras, la construcción: el que cobra invierte, gasta, llena su heladera, equipa su casa.
El país va a crecer y a generar mano de obra. En eso trabajan Macri y Cornejo, aunque acá, en los últimos años, han querido hacernos creer lo contrario. El pueblo no está acostumbrado a vivir sin hacer nada o a que le regalen las cosas, especialmente provincias como ésta, donde la gente se dignifica con trabajo.
El desgaste, la conexión con la ruta y la alicaída producción
La comuna avanza en un proyecto de cloacas que beneficiará a más de mil viviendas de la zona Este de la ciudad. Ésa ha sido una de las apuestas de Miguel Ronco para este año, además de la remodelación de parte del microcentro y del distrito La Central.
- Ser el intendente ¿es como imaginaba?
- La gestión de intendente es muy pesada, de mucho desgaste, de abocarse a los temas, de ver por qué no se hizo esto o lo otro y demanda muchas horas. La gente quiere hablar con el intendente por salud, por seguridad, por caminos.
Ni en tu casa estás tranquilo porque también te llaman. Es más desgastante que lo que imaginaba; eso, claro, cuando uno se preocupa y se lo toma en serio. Por eso un máximo de ocho años son suficientes y después volver a lo de uno, a la actividad privada.
-La doble vía hasta la ruta 7 ¿es su gran proyecto de gestión?
-Hoy somos una ciudad terminal y el gran anhelo de Rivadavia es contar con un camino que nos conecte en forma recta, rápida y segura con la ruta. Por eso insistimos tanto en su construcción, porque será una vía de desarrollo fundamental para el departamento. Ya está terminado el proyecto, marcadas las expropiaciones y hemos conseguido que Vialidad nacional incluya la obra en esta gestión de cuatro años.
-Hablando de caminos, ¿Rivadavia sigue en emergencia vial?
-Sí, producto de la desinversión de Vialidad en estos años tenemos los caminos turísticos y productivos destruidos: el carril Florida es el de mayor producción y está destrozado; la ruta 62 que lleva a El Carrizal está en muy malas condiciones. Todos los caminos en muy mal estado y eso será parte de esta gestión: recuperar los caminos, construir viviendas, las cloacas.
-¿Y la producción?
-El departamento está mal. Resultado de las malas políticas se ha abandonado más de un 30% de las fincas en los últimos siete años. Antes, con cuatro hectáreas el productor tenía una rentabilidad muy buena. Hoy la unidad productiva para una familia son 40 hectáreas.
Acá hay que hacer un censo de viñas, para saber qué hay y en qué condiciones, y también limitar la implantación de nuevos viñedos, de gente que viene con euros, planta y dice que es para exportar pero luego terminan inundando el mercado local.
Perfil
Miguel Ronco (63) está casado, tiene tres hijos y también un nieto. Gusta decir que prácticamente nació dentro de una bodega. Tiene finca en Montecaseros y también una bodega, que ha dejado al mando de su familia mientras es intendente.
Se considera un hombre de campo (hace pocos días atrapó con sus propias manos a una víbora que sorpresivamente apareció a media cuadra de su casa) y su gabinete está integrado por una mayoría de gente joven, a los que suele consultar habitualmente..
En 2007 fue candidato a intendente por el “radicalismo puro”, que en ese momento llevaba a Roberto Iglesias como candidato a gobernador; luego fue concejal durante un período hasta 2015, cuando asumió al frente de la intendencia de Rivadavia.