En este fútbol del revés, que mira de costado a la violencia y no se compromete con fuerza para eliminarla, La 12 está de fiesta. A pesar de que la policía cordobesa pidió al Comité de Seguridad Deportiva de la Nación el listado con los 66 hinchas de Boca que no pueden entrar a los estadios, Belgrano resolvió no aplicar el derecho de admisión.
Así hoy podrá ingresar sin problemas al Mario Alberto Kempes la cúpula oficial de La 12, que es liderada por Maxi Mazzaro hasta que se recupere Mauro Martín, el jefe baleado en el tiroteo con el grupo disidente de los “ex Di Zeo” , ocurrido en la ruta, a pocos kilómetros de Rosario.
“Nosotros no podemos aplicar el derecho de admisión porque Boca no lo pidió”, dijo el presidente de Belgrano, Armando Pérez. Una explicación casi sin argumentos porque en Córdoba es el club local el que debe solicitar su aplicación. Inexplicable y más si se tiene en cuenta que cientos de otros hinchas hicieron largas colas para conseguir localidades y muchos no pudieron lograrlo.
Igualmente desde la policía cordobesa aseguran que les impedirán el ingreso a aquellos hinchas de Boca que integran la nómina de 66 y que cuentan con causas penales. Puro humo, según parece, porque el derecho de admisión viene formando parte de un tironeo político entre organismos de seguridad que responden al gobierno kirchnerista y este Boca conducido por una dirigencia nítidamente macrista. Ahora, más allá de lo que ocurra adentro del estadio, también preocupa lo que pase en el trayecto de Buenos Aires a Córdoba. Este será el primer partido de Boca en el Interior, tras el tiroteo cerca de Rosario. También será el primer juego de Boca de visitante después del hecho ocurrido a tres cuadras de la cancha de Lanús, que concluyó con un barra de La 12 baleado.
Además se supo que un grupo de la policía bonaerense acompañará hasta la Docta a los 8 micros de la barra y a los 16 de las filiales, y que en Santa Fe, contará con la colaboración de la policía de esa provincia. En tierras cordobesas, lo mismo. ¿Habrá paz?