El ataque de Estados Unidos que acabó con la vida del alto militar iraní Qasem Soleimani desató una protesta de miles de personas en las calles de Teherán, mientras que Bagdad se despegó de los crímenes del gobierno de Donald Trump.
El ex primer ministro de Irak Adel Abdelmahdi denunció que el operativo se trató de "una violación flagrante de la soberanía iraquí" que provocará una "escalada peligrosa".
En un comunicado, el premier que renunció a su cargo en medio de la crisis provocada por masivas protestas antigubernamentales, aseguró que "llevar a cabo operaciones de ajuste de cuentas contra figuras de liderazgo iraquíes y de un país hermano en suelo iraquí constituye una violación flagrante de la soberanía iraquí y un ataque a la dignidad del país".
De esa manera, Abdelmahdi se refirió al ataque norteamericano ejecutado anoche en el aeropuerto internacional de Bagdad que terminó con la vida del comandante de la Fuerza Quds, un grupo de elite de los Guardianes de la Revolución de Irán, y de un líder de la milicia chiita iraquí Multitud Popular.
El dirigente iraquí advirtió que el ataque representa "una escalada peligrosa que enciende una guerra destructiva en Irak, en la región y en el mundo".
La Multitud Popular informó que el vehículo en el que viajaban los dos cabecillas fue blanco de un bombardeo estadounidense en la carretera del aeropuerto internacional y el Pentágono confirmó poco después el ataque, que buscaba "disuadir" futuros planes de Irán contra intereses norteamericanos en Medio Oriente, publicó la agencia de noticias EFE.
Abdelmahdi también denunció que el ataque contraviene las condiciones y el papel de las fuerzas de Estados Unidos desplegadas en Irak, recordando que su cometido es entrenar a las tropas iraquíes y luchar contra el Estado Islámico (EI), "bajo la supervisión y con la aprobación del gobierno iraquí".
El primer ministro, que presentó su dimisión a finales de noviembre en el marco de la crisis que sacude Irak, ofreció además sus condolencias por la muerte de Al Mohandes y Soleimani, a los que calificó de "grandes símbolos de la victoria frente al EI".
Las milicias progubernamentales Multitud Popular desempañaron un papel destacado en la lucha contra el EI en Irak, donde fue derrotado territorialmente a finales de 2017, aunque todavía sus combatientes tienen presencia en algunas zonas del país y llevan a cabo atentados de forma esporádica.
Esa agrupación armada integrada principalmente por batallones chiíes ha actuado bajo el mando de las fuerzas regulares de Irak, que a su vez se coordinan con las estadounidenses para hacer frente a los extremistas en el marco de la coalición internacional capitaneada por Washington.
Sin embargo, Estados Unidos responsabiliza al grupo Kata'ib Hizbulá, que opera bajo el paraguas de la Multitud Popular, del frecuente lanzamiento de proyectiles y cohetes contra intereses estadounidenses en suelo iraquí en los pasados meses, lo que ha llevado a una escalada de la tensión que ha culminado en el ataque de este viernes.
Por otro lado, decenas de miles de personas salieron a las calles de Teherán para protestar contra los "crímenes" de Estados Unidos, informó un corresponsal de la AFP, después que los ataques estadounidenses mataran al alto comandante iraní.
Con eslóganes como "Muerte a EEUU" y carteles con la foto del comandante asesinado, Qasem Soleimani, los manifestantes llenaron las calles a lo largo de varias cuadras en el centro de Teherán después de las oraciones del viernes.