Michael Phelps: el hombre récord

Si fuera un país estaría en el puesto 39 del medallero y además igualó una marca de hace más de 2000 años.

Michael Phelps: el hombre récord

Con los dos oros conseguidos en 200 mariposa y en el relevo del 4x200 libre, Michael Phelps logró su vigésimo quinta medalla en unos Juegos Olímpicos, y la vigésimo primera presea de oro en las Olimpíadas.

El deportista más laureado en la historia de los Juegos ya suma más oros que algunos estados en toda su historia y si Phelps fuese un país, el nadador de Baltimore se situaría en el 39º lugar del medallero histórico de los Juegos Olímpicos, por delante de potencias como Etiopía, Jamaica, Argentina o México, entre otros países.

Cuando uno piensa en récords olímpicos la lógica le lleva a pensar en losJuegos Modernos, los que impulsó Pierre de Coubertain allá por el siglo XIX. En 1896, Atenas organizó la primera olimpíada moderna y recuperó los antiguos juegos griegos, celebrados en Olimpia entre los años 776 a.C. y el 393 d.C.

120 años después, en Río 2016, el mundo observa como Michael Phelps se ha convertido en el mejor deportista olímpico de la historia. Sus 21 medallas de oro le hacen inalcanzable. Parecía que no había más récords por romper. Pero si tenemos en cuenta que los Juegos Olímpicos modernos podrían ser una extensión de los antiguos juegos griegos, Phelps habrían igualado un récord de hace más de 2000 años con su victoria en los 200 mariposa.

Con las de Río, el Tiburón de Baltimore conquistó su medalla de oro número 12 en pruebas individuales, algo que en la historia moderna nadie ha podido hacer -sólo el estadounidense Ray Ewry le sigue con ocho-, pero que en la antigua Grecia logró Leónidas de Rodas, el mejor atleta conocido en la época.

Según la Enciclopedia del Movimiento Olímpico Moderno, Leónidas de Rodas fue el Michael Phelps de los primeros Juegos Olímpicos. Tal vez deberíamos decir que Michael Phelps es el Leónidas de nuestro tiempo.

En 164 a.C., Leónidas ganó tres títulos en carreras cortas y de media distancia de atletismo: el Stade (un poco menos de 200 metros), las diaulos (aproximadamente 400 m.), y los hoplitódromos (un dialous con una armadura de cuerpo completo).

Leónidas defendió los tres títulos en 160 antes de Cristo, también en 156 a.C. y finalmente en 152 a.C., a la edad de 36. En total, doce triunfos en pruebas individuales.

Pero mientras De Rodas ya no tiene la oportunidad de añadir más triunfos a su palmarés, Phelps puede romper el empate con una victoria en los 200 estilos o los 100 mariposa que tiene que disputar todavía y ser, de esta forma, el más grande de todas la épocas. Esas dos finales se disputarán esta noche.

“He puesto a mi cuerpo a cosas como estas en los últimos años y tengo esperanza de que pueda hacerlo una vez más”, dijo Phelps. Y lo demostró unas 14 horas después, con reserva aún de gas, para hacerse con el tercer mejor tiempo (1:58.41) en las eliminatorias, 1,03 segundos atrás de Ryan Lochte, plata hace cuatro años y actual campeón mundial.

Phelps es el amo y señor de esta prueba desde Atenas 2004. Lochte, que se quita presión asegurando que no es favorito, siempre lo acompañó en los escalones inferiores del podio.

Esta es la única prueba individual que Lochte disputa en Rio -fue oro en los relevos 4x200m libres-, al igual que Thiago Pereira, cuyo destino quiso que naciera en la misma generación de estos grandes. El brasileño se ha quedado desde 2004 con las ganas de colgarse una medalla en esta prueba, que es su favorita y la única que disputa en Rio.

“A veces la gente me pregunta: '¿crees que fue mala suerte haber nacido en la generación Phelps, de esos tres?' Mucho de lo que evolucioné fue por ellos, esto ayuda, uno no quiere perder y acaba esforzándose más”, expresó el brasileño recientemente en una entrevista con la TV Globo.

En pocas líneas claves

Phelps sufre el síndrome de Marfán, cuadro que impacta en el crecimiento de distintas partes del cuerpo. Él tiene brazos más largos de lo normal, lo que lo favorece en su actividad.

En su biografía, Michael Phelps contó que le tenía miedo al agua pero que eligió desde pequeño el arte de la natación para no escuchar las peleas entre sus padres.

Bob Bowman fue el profesor de Phelps, desde los 11 años, y quien lo guió como nadador. Fue, además, el padre “elegido” por el Tiburón debido a la mala relación con su progenitor.

Al terminar la secundaria, Phelps decidió dedicarse a la natación. Fue el único integrante del equipoque pasó de amateur a profesional sin haber competido en torneos universitarios.

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