Era la primera vez que la periodista chilena Mónica González salía de vacaciones con su nieta de 12 años. El destino, San Cristóbal de las Casas en Chiapas, el "pueblo mágico" que el gobierno mexicano tanto invita a visitar en internet y que está promocionado como uno de los pocos lugares "seguros" que quedan en tierra azteca para pasear. Pero el viaje se convirtió en una pesadilla desde el primer día en que llegaron.
González, directora del Centro de Investigación e Información Periodística (Ciper) y Premio Nacional de Periodismo chileno 2015, fue engañada y obligada a permanecer encerrada por un grupo que se identificó como el Cartel de Los Zetas.
Durante tres días Mónica y su nieta debieron quedarse dentro de una habitación de hotel a merced de unos captores que se comunicaban a través de un teléfono celular, y que practicaron hacia ella las más brutales amenazas.
Los narcos pidieron un rescate que fue pagado pero nunca llegó nadie a liberarlas al hotel. Con lo cual, al tercer día González tomó a su nieta y abandonó el hotel a pie. Nadie las esperaba. Nadie las rescató. Nadie las ayudó. Nadie las consoló. Simplemente las dejaron irse.
González -quien ya se encuentra en Santiago- hizo pública su historia el domingo a la noche a través de las cámaras de la CNN Chile.
Odisea y engaño
Todo empezó con la llegada de abuela y nieta a un hotel 5 estrellas en San Cristóbal. Arribaron a las 14 y, para primera sospecha de González, el recepcionista le dijo que le iba a dar “otra habitación mucho más linda”, pero que resultó mucho más aislada.
A Mónica la despertó el teléfono esa misma noche. Cerca de las 22.30 le pasaron un llamado desde recepción. Era un hombre que se presentó como policía y que le avisó que estaba en marcha un operativo de seguridad, para lo cual necesitaba corroborar sus datos. La acosó con preguntas y González perdió la paciencia. Fue ahí cuando su interlocutor, entre insultos, le avisó que ella estaba “en manos de los Zetas”.
Los Zetas es un cártel mexicano formado por desertores del ejército en 1999, que surgió en el Estado de Chiapas como brazo armado del cártel del Golfo, pero se separaron en 2010. Desde entonces, ambos grupos han protagonizado algunos de los episodios más cruentos de México.
“Ese hombre me ordenó entregar dinero a otro hombre”, enfatizó la periodista. Este último le entregó un celular con el que a partir de entonces se comunicaría con sus secuestradores.
A la mañana siguiente le ordenaron que dejara todo y se trasladara a un hotel cercano. “Un hotel de mala muerte donde no había nadie”, contó la periodista. En los tres días que las dos estuvieron allí como rehenes, no se escuchaba nada. Sólo un hombre les llevó algo de tomar y beber.
El teléfono celular personal de González fue hackeado por los captores, que usaron la maniobra para comunicarse con la familia y exigir un “rescate millonario”. Por otra parte, la embajada de Francia, donde reside la familia de González, y el embajador chileno en México, Ricardo Núñez, gestionaban la liberación.
Los secuestradores le avisaron que tras el pago del rescate sería liberada pero nadie la liberó. Ella se decidió y se volvió caminando hasta el hotel donde habían quedado sus cosas. Nadie la asistió. No sabía qué hacer.
Finalmente, llegó la policía mexicana. Fue escoltada hasta el aeropuerto, en un recorrido tenso de hora y media por una ruta solitaria y entre uniformados armados. Un avión privado la llevó hasta el Distrito Federal y, de ahí, a Francia.
González, ex corresponsal del diario argentino Clarín en Chile, fue víctima de una industria en pleno ascenso en México: el secuestro de turistas en hoteles. La decisión de denunciar su propia pesadilla tiene que ver con la necesidad de contar lo que está sucediendo en México con los viajeros que llegan encantados con la magia del lugar.
Los delincuentes consiguen engañar a sus víctimas, los cambian de hotel y los amenazan con matarlos si no realizan un pago en efectivo en tal o cual lugar.
Tras el hecho, la reconocida periodista de investigación mexicana, Marcela Turati, publicó en Facebook: “Mónica es una leyenda en el periodismo de investigación desde que documentó la corrupción y las violaciones de Derechos Humanos durante la dictadura de Pinochet, y la pagó muy caro. En el Chile de la dictadura fue secuestrada... y ahora también en México. ¿Qué espera el gobierno mexicano para lanzar alertas de las carreteras por las que no puedes viajar y de los pueblos mágicos que no puedes recorrer porque te desaparecen para siempre”.