Al menos 60 personas murieron y más de 200 resultaron heridas en un potente terremoto que sacudió ayer el sur de México, el mayor registrado en los últimos cien años en el país.
Las autoridades han advertido que podrían producirse fuertes réplicas tras el sismo de magnitud 8,2 y dijeron que el balance de muertos puede aumentar en las próximas horas.
Muchos habitantes de la pequeña ciudad de Juchitán, en el sureste del Estado de Oaxaca (sur), estaban aún en pánico. Las réplicas se habían sentido hasta ayer a la tarde "como unas cuatro veces", dijo Rubisel Fuentes, un empleado de 24 años, mientras observaba estupefacto los restos de un edificio en la calle.
Escombros, edificios semidestruidos y grietas en las calles: Oaxaca es hasta ahora el Estado más afectado, con 47 fallecidos, informó en Twitter el titular de Protección Civil del gobierno federal, Luis Felipe Puente. De ellos, 18 murieron en Juchitán, precisaron las autoridades.
Puente reportó también 10 muertos en el vecino Estado de Chiapas, en cuya costa fue el epicentro del temblor. Ambos Estados tienen constantemente una gran afluencia de turistas.
Tres personas murieron además en el Estado de Tabasco (también en el sur).
El mayor del siglo
“Más de 200 resultaron heridas en el #Sismo”, escribió el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, en su cuenta de Twitter. Hasta el momento se han registrado más de 260 réplicas, la más intensa de 6,1 grados”, indicó.
México está amenazado además por el huracán Katia, de categoría 2, que avanzaba anoche por el Golfo de México hacia el Estado de Veracruz, en una terrible semana en la que otros dos ciclones, Irma y José, dejaron una estela de muertos y graves daños materiales al cruzar por el mar Caribe.
El terremoto es el "mayor registrado en el país en los últimos 100 años", dijo Peña Nieto en un mensaje televisivo difundido poco después del movimiento telúrico.
“Es previsible que, dentro de las siguientes 24 horas, se pueda registrar una réplica de un grado menor a lo que ocurrió el sismo, es decir, de 7,2 grados”, añadió ayer al mediodía.
El sismo ocurrió a las 23.49 hora local del jueves (1.49 del viernes en Argentina) cerca de la localidad de Tonalá (Chiapas), a unos 100 km de la costa y a una profundidad de 19 kilómetros.
El pánico se apoderó, de norte a sur, de gran parte de los 120 millones de habitantes del país.
De momento, en los Estados del centro del país y en Ciudad de México, una megalópolis con 20 millones de habitantes, no se registraron mayores daños materiales ni se reportaron víctimas.
El Papa Francisco elevó desde Colombia una plegaria por las víctimas del terremoto y del devastador huracán Irma en el Caribe.
“Deseo manifestar mi cercanía espiritual a todos los que sufren las consecuencias del terremoto que ha azotado a México la noche pasada provocando muertes y cuantiosos daños materiales”, dijo el Papa al término de una misa en Villavicencio, en el centro del país.
El temblor hizo revivir a muchos la pesadilla del sismo de 8,1 grados del 19 de setiembre de 1985 que devastó la ciudad y dejó unos 10.000 muertos.
“Otro más no, Dios, por favor no”, rezaba de rodillas una mujer de unos 60 años.
En las calles del centro de la ciudad se escucharon gritos al ver cómo algunos vidrios se reventaban.
México se ubica entre cinco placas tectónicas, cuyos movimientos convierten al país en uno de los que registra mayor actividad sísmica en el mundo.
Tras el sismo de 1985, se endurecieron las reglamentaciones en materia de construcción y los planes de protección civil.
Los más potentes desde 1987
- Asia en 2004 (9,1): 220.000 muertos. El 26 de diciembre, un sismo de una magnitud de 9,1 frente a las costas de Sumatra (Indonesia) provocó un gigantesco tsunami que causó más de 220.000 muertos en una decena de países del sureste asiático.
Con una velocidad de 700 km/h, a los tsunamis les bastan unas horas para alcanzar la costa, como un muro de agua que, en ocasiones, se eleva 10 metros.
La primera región afectada fue la provincia indonesia de Aceh. Luego le llegó el turno a las islas indias de Andamán y de Nicobar, al suroeste de Tailandia -con sus complejos turísticos repletos de visitantes extranjeros-, al continente indio, Malasia, Birmania, Sri Lanka y las Maldivas
La costa oriental de África también fue golpeada seis horas después de que se produjera el sismo.
- Japón en 2011 (9,1): 18.500 muertos. El 11 de marzo, el país se vio sacudido por un terrible sismo de magnitud 9,1 en el océano Pacífico, a unas decenas de kilómetros de la costa noreste de la gran isla de Honshu. Menos de una hora después, una ola gigantesca de más de 20 metros de altura en algunos puntos asoló el litoral de la región de Tohoku (noreste), llevándose todo lo que encontraba por delante, destruyendo puertos, casas, escuelas y fábricas y provocando un importante accidente nuclear en Fukushima. La catástrofe dejó cerca de 18.500 muertos, a los que se añadirían unas 3.000 personas que fallecieron más tarde, a causa de la tragedia.
- 27 de febrero de 2010, Chile. Magnitud de 8,8, 524 muertos, 31 desaparecidos y más de 220.000 familias sin hogar. El sismo y un tsunami devastaron la región centro-sur de Chile y, principalmente, la ciudad de Concepción.
- 28 de marzo de 2005, Indonesia. Magnitud de 8,6, unos 900 muertos y alrededor de 6.000 heridos. Provocó importantes destrucciones en la isla de Nias, frente a las costas de Sumatra.
- 12 de setiembre de 2007, Indonesia. Magnitud 8,4, al menos 23 muertos y 88 heridos. Dañó o destruyó más de 15.000 edificios en el oeste de Sumatra.
- 23 de junio de 2001, Perú. Magnitud de 8,4, al menos 115 muertos y 73.000 siniestrados en tres países (Perú, Bolivia y Chile).
- 12 de enero de 2010, Haití. Magnitud 7, más de 200.000 muertos, más de 300.000 heridos. 1,5 millón de personas perdieron su vivienda.
El terremoto destruyó gran parte de la capital, Puerto Príncipe, pero también acabó con la mitad de la economía del país más pobre del continente americano.
- 12 de mayo de 2008, China. Magnitud de 7,9, más de 87.000 muertos y 4,45 millones de heridos, arrasó amplias zonas de la provincia de Sichuán (suroeste). El más mortífero ocurrido en China desde el de Tangshan, en 1976.
- 8 de octubre de 2005, Paquistán e India. Magnitud de 7,6, en Cachemira y en el norte de Paquistán, al menos 75.000 muertos y 3,5 millones de personas desplazadas.
La tecnología alertó a 20 millones de personas
El terremoto en la costa del Pacífico mexicano disparó rápidamente un alarma sonora en toda la ciudad de México. Alertados por los 8.200 megáfonos desplegados en la capital federal, sus 20 millones de habitantes descendieron en masa -y precipitadamente- a las calles, muchos en ropa interior, porque a esa hora dormían.
Desde hace dos décadas, la asociación Cires provee a la ciudad un sistema de sensores colocados a lo largo de la costa pacífica, donde el riesgo de sismos es mayor.
Las ondas sísmicas pueden recorrer los centenares de kilómetros que separan la costa de la capital en un minuto, causando considerables daños, dado que la enorme ciudad está construida sobre un antiguo lago.
Una vez detectado el sismo, el sistema lanza una onda que dispara las alarmas en escuelas, ministerios y otras oficinas, interrumpiendo automáticamente las emisiones de la radio.
Los mexicanos tienen entonces como máximo un minuto para reaccionar y salir de los edificios. Esta tecnología no estaba disponible durante el terremoto del 19 de setiembre de 1985, de una magnitud de 8,1 en la escala de Richter, que devastó la capital, muriendo más de 1.000 personas. Las computadoras detectan cada vibración del suelo disparando automáticamente las alarmas. Desde el lanzamiento del sistema en 1993, Cires ha dado más de 60 alertas por sismos de una intensidad de al menos 6 en la escala de Richter.
No se registraban víctimas argentinas
El cónsul general argentino en México, Gabriel Servetto, aseguró ayer a la mañana que hasta ese momento “no se registraron víctimas argentinas por el terremoto” aunque continúan trabajando para ayudar a las familias que aún no pudieron contactarse con parientes que estaban de viaje en la zona afectada.
“Ha sido un sismo histórico por su magnitud, pero de momento no tenemos registros de ningún ciudadano argentino afectado, aunque algunas familias nos están llamando porque no están pudiendo contactar a sus hijos que están de viaje”, dijo Servetto. Por eso, explicó, si bien son muy pocos casos, desde la sede diplomática se concentrarán en identificar los lugares donde estaban alojados para intentar ponerlos en contacto con sus familias.
Sin embargo, el cónsul llamó a “ser prudentes” porque los relevamientos de las autoridades “aún no están concluidos y son horas para estar atentos”. “Recién ha salido el sol, el impacto puede ser mayor en áreas rurales y los relevamientos oculares con vehículos del gobierno está ocurriendo en este momento”.