Oaxaca de Juárez, México. El gobierno mexicano desplegó un operativo militar y policial para proteger las elecciones locales y legislativas de hoy, amenazadas en algunos puntos del sur del país por el intento de boicot lanzado por un movimiento de maestros.
El gobierno “ha puesto en marcha un operativo a nivel nacional con el objetivo de garantizar a los ciudadanos las condiciones que les permitan ejercer su voto”, reportó el ministerio de Gobernación (Interior) en un comunicado emitido la noche del viernes.
En los comicios se renovarán los cargos de 500 diputados (Cámara baja del congreso federal), los gobernadores de 9 estados y unas 900 alcaldías.
Los comicios son un test para el presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), cuyo partido, el PRI, se perfila para mantener la mayoría simple en Diputados.
La jornada también será una prueba de fuego para el compromiso de Peña Nieto de lograr un “México en paz”, bandera con la que devolvió el poder al Partido Revolucionario Institucional (PRI) tras 12 años en la oposición. Cuatro candidatos o precandidatos a cargos electivos han sido asesinados desde marzo sin que se hayan aclarado los motivos de las agresiones.
Oaxaca bajo la mira
El ministerio de Gobernación no precisó cuántos efectivos del Ejército y la Policía Federal fueron desplegados para proteger los comicios, pero señaló que el operativo se enfocará sobre todo en el estado de Oaxaca (sur). En esa región los maestros llevan cinco días consecutivos de fuertes protestas.
Entre otras acciones, los docentes tomaron todas las oficinas electorales del Estado, quemaron miles de papeletas, bloquearon un centro de distribución de la petrolera estatal Pemex desatando una escasez de gasolina en la zona y el viernes incluso sitiaron los accesos a una central hidroeléctrica de la estatal Comisión Federal de Electricidad.
La Coordinadora de Trabajadores de la Educación (CNTE), una facción disidente del sindicato nacional a la que pertenecen estos maestros, exige para frenar el boicot la derogación de la reforma educativa del gobierno de Peña Nieto, a la que acusan de arrebatarles derechos laborales.
Ayer, unos 1.500 elementos de las fuerzas federales arribaron a Oaxaca, sumándose a los 3.000 policías locales que fueron desplegados expresamente para garantizar la seguridad durante las elecciones. Esta estrategia provocó que los maestros desalojaran la mayoría de las sedes electorales y las instalaciones de Pemex, y empezaron a aglutinarse en la plaza principal de la ciudad de Oaxaca, la capital estatal.
“De manera provisional hicimos un repliegue táctico, mientras concluye nuestra asamblea estatal”, dijo a la prensa Otaki Toledo, un vocero de los docentes, quien aseguró que aún “se valora la posibilidad de continuar con el boicot a las elecciones”.
En tanto, las fuerzas federales custodiaban camiones cisternas cargados con gasolina para iniciar el abasto a las estaciones de servicio, mientras cientos de automovilistas hacían fila desde la noche del viernes esperando poder comprar el combustible.
Los disturbios están extendidos a otros estados del sur del país, como Chiapas y Guerrero que, con Oaxaca, son los más pobres y conflictivos de México.
En la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas, los maestros asaltaron el viernes las sedes estatales y municipales de los principales partidos políticos. Los profesores realizaron pintadas en los edificios, de donde sacaron material de papelería, muebles, propaganda política y objetos diversos a los que prendieron fuego.