A 30 metros de distancia, tres policías no pudieron detener a un asesino

Hace unos días apresaron a un hombre por el homicidio de Carla Gordillo (23). La actualización del tema deja ver el accionar policial.

A 30 metros de distancia, tres policías no pudieron detener a un asesino

Días atrás la policía detuvo a Marcelo Méndez (38) quien está imputado por la muerte de Carla Gordillo. La mujer estaba junto a su marido en una camioneta y apareció un hombre en una moto que, sin sacarse el casco, les disparó 10 veces con una pistola 9 milímetros.

Tres policías que habían llegado al lugar luego de que se reportara una pelea, quedaron a 30 metros del agresor. No lograron evitar que el asesino dejara de disparar. Cuando el hombre se subió a una moto -una Maverick de 110 centímetros cúbicos- comenzaron a perseguirlo pero se les escapó.

El 5 de octubre pasado, según declara una de las víctimas, Raúl Basáez,  testigo presencial que declaró en la causa, iba en una camioneta Ford Gris por Sarmiento hacia Gomensoro y al llegar a un semáforo se detuvo junto a otra camioneta Ford F-100 conducida por un "boliviano".

Ambos conductores comenzaron a discutir porque uno de los dos no quiso cederle el paso y optaron por bajarse.

Se pelearon y Basáez terminó golpeando duramente a su contrincante. En ese momento, la mujer del sujeto denominado "boliviano", fue hasta un negocio cercano, donde su hermano vende choripanes, y volvió al lugar de la pelea, armada con un hacha.

La mujer de Basáez comenzó a pelear con la mujer del hacha. La gente que estaba en el carrito de choripanes comenzó a gritar, incluso algunos lograron detener a peleadores y peleadoras e incluso terminaron participando en la pelea.

Basáez y el hombre de Bolivia terminaron subiéndose a sus respectivas camionetas y se marcharon del lugar, previo a que "boliviano" le chocara dos veces a la camioneta a Basáez.

Éste se dirigió a la casa de su suegra (la mujer también iba en la camioneta pero no se bajó).

Cuando se estaba bajando "se me apareció el mismo boliviano y me empezó a disparar. Le pegué una patada a la puerta y cuando se abrió, lo golpeo a él y me bajo. Ahí me volvió a tirar y yo me cubrí con la mano, donde me pegó un tiro. Después me pegó otro tiro en la pierna derecha.  Yo lo correteé y se fue corriendo", explicaría el herido.

Cuando volvió, se dio cuenta de que una de los balas le había dado a su mujer, Carla Gordillo, dejándola gravemente herida. Días después moriría en una sala del hospital Central. Tenía un hijo de 1 año y otro de 7.

Basáez explicó que conocía al agresor: "Fue Daniel Méndez. Le dicen "Bazoka". "Fue él o el cuñado", le dijo al fiscal de Guaymallén Jorge Calle.

A sólo 30 metros

Según el acta policial, a las 21, por la frecuencia se escuchó que habría disparos cerca de la feria de Guaymallén. Un móvil policial conducido por el auxiliar Romani, acompañado de los auxiliares Ortiz y Fasanelli se desplazan hacia el lugar y "escuchan detonaciones de armas de fuego y observan a dos sujetos en una motocicleta marca Maverick, de color negra, por lo que alcanzan a visualizar, a lo que solicitan refuerzos a las movilidades cercanas, induciendo una persecución, no pudiendo dar con los sujetos"(sic).

La vaguedad del acta de procedimiento es aclarada por Romani, uno de los policías en acción: "Escucho unas detonaciones y logro ver a un hombre con remera clara disparando a otra persona. Ortiz y Fasanelli se bajan y yo intento dar la vuelta”.

Cuando el fiscal le pregunta a qué distancia estaban del fuego, el uniformado le dice: "Cuando empezó estaba a 50 metros y después freno el auto a 30 metros".

Qué hicieron los policías: "Salimos en búsqueda del sujeto en base a las características que estaban aportando desde el lugar".

Los policías lograron identificar la marca del vehículo pero no al agresor que se movilizaban en la moto de 110 centímetros cúbicos. Y, o bien se quedaron a entrevistar a los testigos o bien lo persiguieron al homicida que estaba a sólo 30 metros y no lo pudieron detener",explicó un abogado que conoce la causa.

La declaración de Julia Riveros, madre de la mujer muerta y testigo presencial, aclara la situación: dice que después de la  pelea Basáez -que estaba ebrio- volvió a pasar frente al negocio de los choripanes para insultar no sólo al dueño del lugar sino también a los policías que ya habían llegado y hablaban con el comerciante.

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