Pese a las altas tasas de interés, tres de cada diez empresas de la industria metalmecánica de Mendoza pidieron créditos durante el primer trimestre de 2019. Apenas el 13% de esos préstamos fue destinado a inversiones y prácticamente la mitad se utilizaron para pagar sueldos o impuestos.
Los datos se desprenden de un informe del Monitoreo Continuo de Variables del Sector Metalmecánico, elaborado en forma conjunta por la UNCuyo y Asinmet (Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza). Para la elaboración del estudio se consultó a empresas representativas del sector, que son testigos de los subsectores de la industria en general: agroindustria, gas, petróleo y energía, servicios y construcción.
José Vargas, economista y director de Evaluecon, explicó que el hecho de que la mitad de los préstamos se utilicen para pagar salarios e impuestos demuestra que se han cortado las cadenas de pagos. "Las empresas no pueden cubrir sus gastos corrientes y no tienen otra opción que recurrir a créditos para cumplir con sus compromisos. Luego, cuando perciben los cobros atrasados, cubren esos préstamos. Por supuesto que deben asumir un costo extra importante por las altas tasas de interés que tienen los créditos", comentó.
“A comienzo de año varias empresas de la industria metalmecánica manifestaron ese problema. Con la profundización de la crisis, sobre todo después de las elecciones, ese problema se agravó”, indicó.
Ritmo de trabajo estable
La actividad en el sector metalmecánico casi no mostró variaciones entre el primer trimestre de 2018 y el mismo período de 2019. De hecho, se mantuvo el porcentaje de capacidad instalada ociosa en el orden de 34%. Este sostenimiento está vinculado a un repunte del sector de gas, petróleo y energía, que compensó la caída del relacionado con la agroindustria.
Así lo explicó Julio Totero, vicepresidente de Asinmet. "El movimiento del petróleo, por la inversión de YPF y de Vaca Muerta, ha compensado al agroindustrial, que está en franco retroceso", comentó.
Expectativas a futuro
En cuanto a las expectativas sobre el nivel de actividad para el segundo trimestre de este año, el 36% de las empresas encuestadas consideraron que no iba a haber cambios, 36% que iba a disminuir la actividad y 25% que iba a aumentar (3% no respondió). Si se compara con la visión de los industriales al cerrar 2018, se observa una mejoría: entonces, 42% avizoraba una caída.
Aun no hay datos disponibles sobre la actividad industrial de Mendoza en el segundo trimestre del año, pero los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) muestran resultados relativamente positivos. En la comparación interanual, abril, mayo y junio fueron negativos, pero en la serie desestacionalizada (comprueba la evolución mes a mes), se observó un mayor nivel de actividad que en el primer trimestre (crecimiento del 0,5%).
Claro que el panorama cambió completamente a partir de las PASO de agosto. Totero detalló que a la industria le afecta la incertidumbre de no saber qué va a pasar con la inflación y las tarifas en los próximos meses, a tal punto que algunos proyectos de inversión se están frenando hasta que exista un panorama más claro.
También hay dudas sobre lo que puede ocurrir con la moneda, razón por la cual quienes tienen contratos firmados antes de las elecciones primarias presidenciales se preparan para una posible renegociación. En relación a los exportadores, desde Asinmet reconocieron que pueden tener una ventaja por la suba del dólar, pero indicaron que el aumento de la competitividad depende de que el incremento no se traslade a precios.
"La problemática más grave es la incertidumbre debido a la falta de definición de políticas de los dos candidatos", planteó el titular de la Unión Industrial de Mendoza (UIM), Mauricio Badaloni. El empresario identificó como principales inconvenientes a la presión tributaria, las elevadas tasas de interés y la falta de certeza del valor del dólar, aunque lanzó que el problema más grave es que "la política no está a la altura de las circunstancias".
Badaloni planteó que la suba del tipo de cambio genera mayor competitividad, pero por otro lado se empieza a trabar la cadena de pago entre proveedores y clientes, ya que no hay listas de precios y se complica calcular una tarifa, lo que a su vez dificulta el desarrollo de la actividad.
Por otro lado, el presidente de UIM advirtió que ya se comenzaron a perder puestos de trabajo, aunque por ahora han sido pocos, debido a que los costos de despedir a un empleado son altos y, además, los empresarios no quieren perder las habilidades obtenidas.
Sobre las necesidades del sector, indicó que requieren de una presión impositiva similar a la de otros países que son competidores en el mercado externo, pero también de estabilidad.
Por su parte, el presidente de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM), Daniel Ariosto, manifestó que ha sido un año muy difícil y algunos sectores de la industria están más afectados, como el automotriz. Además, mencionó que, luego del último salto del dólar, hay insumos que no se reciben o que los proveedores pretenden enviar "sin precio".