Cada uno a su manera encarna hoy el rol adjudicado históricamente al otro, como si tal variación fuera una decantación natural de un proceso de vida en el cual se entremezclaron las respectivas personalidades. Lionel Messi, por ejemplo, va dando pasos agigantados hacia un cambio en la manera de ver y ser visto por los demás: de su imagen afable, casi de alumno obediente y aplicado, saltó ahora a la de un líder nato, con rebeldía y determinación en la toma de decisiones dentro y fuera de la cancha. Carlos Tevez, en tanto, va por el camino inverso: de visceral e inconformista se está transformando en medido, reflexivo y acotado en su exposición pública. Los dos, a su estilo, se están sintiendo dueños absolutos del Barça y de la Juve, respectivamente. Se nota y se les nota.
Tres años atrás, Leo salió de una virtual “Messilandia” para estacionarse en un mundo fuera de la fantasía y que lo enfrentaba a problemas reales, tales como una investigación originada en un presunto fraude al Estado español. Encima, tales cuestiones involucraron a su propio padre, sospechado de defraudación al Fisco. La imputación era por tres delitos contra el fisco producto de las declaraciones del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas en el período 2007, 2008 y 2009. En conjunto la presunta defraudación a Hacienda era de 4.100.000 euros. Su voluntad de presentarse a la Justicia y su disposición a solucionar el diferendo permitieron que el mejor jugador del mundo pudiera ir reduciendo el conflicto mediante el pago de las multas correspondientes.
Más allá del hecho fáctico, lo cierto es que "La Pulga" supuso que la actual dirigencia blaugrana iba a sostenerlo con un apoyo decidido, pero la realidad mostró que el involucramiento con tan delicado asunto fue más protocolar que decidido. En el medio, el fabuloso contrato con la Qatar Foundation, por 100 millones de euros en tres temporadas, había tenido al diez como una de las claves de la negociación, máxime a partir de la amistad con Josep Colomer – su primer entrenador en La Masía -, quien actualmente está a cargo de la Academy Aspire, la gran proyección respecto de la formación de jugadores que el emirato arábigo le presenta al mundo. Tampoco esto obró como reconocimiento de la CD a la disposición del cuatro veces Balón de Oro para influir en la concreción del acuerdo.
Messi, quizá frente a tamaño golpe de timón en lo que hasta ese momento parecía una trayectoria futbolística que operaba desde un piloto automático, empezó a también a recibir una andanada de conjeturas en relación a que él había sido la punta de lanza grupal para la exclusión de Tevez en el seleccionado argentino, más durante el año que transcurrió entre el Mundial de Sudáfrica 2010 y la Copa América 2011 en nuestro país. Hasta elípticamente, la ola de versiones lo dejó en el centro de la escena. El refuerzo de la duda, encima, llegó cuando Alejandro Sabella nunca lo convocó en su gestión al comando de la Selección. Ni siquiera cuando se acercaba el Mundial de Brasil 2014 y el "Apache" tenía en la Juventus un pico de rendimiento que lo mostraba por encima de Rodrigo Palacio y Ezequiel Lavezzi, sí convocados en la lista de delanteros que se concentraron en "Cidade do Galo".
Tevez había salido en agosto 2010 a apoyar la continuidad de Diego Maradona al frente del equipo nacional, argumentando que eso había sido la promesa de Julio Humberto Grondona en Ciudad del Cabo, luego del 0-4 contra Alemania que dejó al albiceleste fuera de la Copa del Mundo en cuartos de final. La AFA había concertado un amistoso en Dublín, finalmente ganado 1-0 a Irlanda, y el por entonces jugador de Manchester City había realizado declaraciones públicas sosteniendo al anterior cuerpo técnico, las cuales ratificó personalmente en una charla a solas con JHG. Nada fue igual para él desde entonces. Su poder e influencia dentro del grupo mermaron y hasta el nuevo entrenador, Sergio Batista, le asignó un espacio de menor jerarquía dentro de la consideración general. Una performance en escala descendente durante el torneo continental organizado en nuestro país derivó en una noche fatídica: la eliminación a manos de Uruguay en una definición por penales, en la que además falló al ejecutar su lanzamiento.
Entre Messi y Tevez asomaron signos confusos en cuanto a la relación entre colegas, reforzadas por las suspicacias. En 2012, por ejemplo, la consolidación del astro de Barcelona en la Selección coincidió con el peor momento del Apache en los citizens, en medio de un conflicto con el DT Roberto Mancini. Un año más tarde, el egreso del ex Boca Juniors rumbo a la Juventus representó un momento clave en su trayectoria. De a poco, como si hubiera aprendido de los efectos perniciosos que llegaron a catalogarlo como un futbolista conflictivo, mutó de a poco hasta dejar de lado las frases picantes y explosivas para decantar en una baja de perfil mediático que lo terminó favoreciendo. Hoy día, en el techo de la consideración de los tifosi, está en un grado reconocimiento tal que se lo considera el jugador más valioso de la "Vecchia Signora", inclusive por arriba de ídolos históricos y consagrados como Gianluigi Buffon y Andrea Pirlo.
Las recientes series eliminatorias en octavos de final de la Champions League arrojaron la certeza de que tanto Messi como Tevez fueron determinantes en las respectivas clasificaciones ante Manchester City y Borussia Dortmund, respectivamente. Parafraseando la impactante frase que Pep Guardiola le dedicara a José Mourinho, "tú eres el puto amo", cuando el español dirigía al Barcelona y el portugués al Real Madrid, se puede adaptar la contundencia del mensaje quitándole el rictus irónico para transformarlo en realidad: Leo y Carlitos también lo son hoy día, tanto en el blaugrana como en el bianconeri. Metafóricamente hablando, se asemejan a los nuevos protagonistas de una andanada de relatos salvajes.
A mediados de abril, los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa los encontrará como estandartes en los duelos Barça vs PSG y Juve vs Mónaco, pero previamente convivirán en la mini gira que la Selección realizará a fines de marzo por Estados Unidos, donde se enfrentará con El Salvador (Washington) y Ecuador (New Jersey). Nada mejor que verlos juntos, con la esperanza de que la próxima Copa América vuelva a ver un seleccionado argentino de mayores campeón – lo cual no se logra desde 1993 – y si es posible, con Leo levantando el trofeo y, por qué no, pasándoselo a Carlitos.