Thiago y Benjamín aún no son del todo conscientes de que sus padres están marcando una época en el mundo del fútbol: los hijos de Leo Messi y de Luis Suárez solo se llevan un año de diferencia (Thiago nació en noviembre de 2012 y Benjamín, en septiembre de 2013) y por ahora disfrutan más de los juegos propios de su edad que del fútbol que despliegan sus padres, que ayer aprovecharon la jornada libre para pasar un día en familia.
No es ningún secreto que a Messi y Suárez les une una gran relación personal. Más allá de lo futbolístico, el argentino y el uruguayo mantienen una conexión excelente, que se ha trasladado a sus familias. Ayer volvió a quedar demostrado, cuando ambos jugadores acompañaron a sus parejas a recoger a los niños a la salida del colegio británico de Gavà.
Messi y Suárez no dudaron en colgarse al hombro las pequeñas mochilas de sus hijos mientras sus parejas, Antonella Rocuzzo y Sofía Balbi, se encargaban también de Delfina, la hija mayor de Suárez, y de los carritos de los niños. Ambos viven a pocos metros de distancia, en Castelldefels, y es habitual que pasen juntos, en compañía de sus familias, los días libres que concede Luis Enrique. Sus parejas, Antonella y Sofía, también son excelentes amigas.
La tercera parte del tridente, Neymar, también está a punto de trasladarse a Castelldefels, muy cerca de sus dos compañeros de equipo: el brasileño está a punto de comprar la casa que en su día ocupó su compatriota Ronaldinho.