Messi, River y Huracán dejaron bien alta la bandera argentina en todo el mundo

La Pulga cerró un gran año en el Barça, el Millo ganó la Libertadores y fue segundo en Japón, y el Globo hizo historia en la Sudamericana.

Messi, River y Huracán dejaron bien alta la bandera argentina en todo el mundo

El fútbol argentino, más allá de sus inconvenientes, la faz institucional, deportiva y económica, se posicionó una vez más en el primer plano internacional de la mano de los goles del crack Lionel Messi, el River copero de Gallardo y la proeza de Huracán.

La imagen del astro rosarino es ineludible desde hace varios años, una década ganada para ser exactos, como motivo para que el fútbol argentino traspase fronteras y se instale en los estadios, las gradas, las portadas de diarios, las pantallas de televisión y los respectivos hogares de aquellos que aman el deporte que animan 22 futbolistas en un campo de juego.

Los números que acomparon a Messi este año son increíbles, casi irreales para un futbolista, acostumbrado a quebrar récords y a enumerar éxitos. Sin ir más lejos, tras la conquista del Mundial de Clubes en Japón ante River Plate, 'La Pulga' festejó el título 26 en el conjunto culé que incluyen la liga española (7), Copa del Rey (3), Liga de Campeones de Europa (4), Supercopa de España (6), Supercopa de Europa (3) y Mundial de Clubes (3).

Fue el mismo Messi quien encaminó a Barcelona, tras algún cortocircuito con el entrenador Luis Enrique, a la celebración en la Liga de Campeones de Europa con la victoria 3-1 ante Juventus de Italia, con Carlos Tevez en cancha, en Berlín, Alemania.

Messi suele reinventarse y esta vez lo hizo apoyado en dos notables delanteros como el brasileño Neymar y el uruguayo Luis Suárez, el tridente ofensivo más poderoso en la historia del fútbol que ya pasó la barrera de los 130 goles en el año.

Más allá del traspié con el seleccionado argentino en la final de la Copa América, con la derrota por penales ante el organizador Chile, y de la lesión que sufrió en septiembre con la rotura del ligamento colateral interno de la rodilla izquierda, el crack rosarino tuvo otro año donde demostró por qué es el mejor jugador del mundo y porqué es el máximo favorito a ganar por sexta vez el premio Balón de Oro FIFA para dejar otra vez la bandera argentina en lo más alto.

Uno de los tantos goles que marcó Messi fue justamente a River Plate en la final del Mundial de Clubes Japón 2015 que significó para el conjunto de Núñez un reconocimiento a otro momento exitoso de la mano de Marcelo Gallardo como entrenador.

River inició el año con la obtención de la Recopa Sudamericana ante San Lorenzo, prosiguió con la conquista de la Copa Libertadores, tras 17 años, en su objetivo más importante del año que incluyó la eliminación de Boca Juniors en la noche del gas pimienta del hincha reconocido como 'El Panadero' y que dirimió la continuidad del equipo de Gallardo mediante un fallo de Conmebol.

El paso del 'Millonario' en el mano a mano, similar al de San Lorenzo en 2014, fue implacable tras haber obtenido la clasificación a octavos de final con mucha angustia, casi 'por la ventana', gracias al triunfo de Tigres de México ante Juan Aurich de Perú, que lo dejó como el peor segundo. Desde entones impuso jerarquía y temple ante Boca, Cruzeiro de Brasil (primera victoria en Belo Horizonte) y Guaraní de Paraguay.

La final, vaya paradoja, fue ante Tigres con el empate sin goles en México y la goleada 3-0 en el Monumental bajo un diluvio que no claudicó la intención del hincha para festejar un título tan deseado como esquivo.

El River de Gallardo pudo haber festejado de manera consecutiva la Copa Sudamericana, aquella que ganó en 2014 con otra eliminación a Boca, pero esta vez sin incidentes, pero Huracán se cruzó en el camino y lo dejó sin chances en semifinales.

Huracán, el eterno equipo de barrio y que pasó algún que otro sobresalto para mantenerse en la máxima categoría, escaló alto en la última edición de la Copa Sudamericana con los buenos planteos de Eduardo Domínguez, los goles de Ramón Ábila, la solidez defensiva y la buena tarea del arquero Marcos Díaz. Independiente Santa Fe de Colombia interrumpió su sueño en su primera final internacional, pero el mundo futbolero, en especial el argentino, aplaudió su performance.

Messi, River y Huracán defendieron sus respectivas camisetas, pero también dejaron a los colores celeste y blanco en la cúspide del plano internacional mediante goles, gambetas, logros y hazañas que ratificaron el poderío del fútbol criollo, más allá de boletas pegadas, una elección bochornosa y fallida e internas entre dirigentes.

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