Lionel Messi arribó a la ciudad de Barcelona cerca de las 14:30 de allí (9:30 de la Argentina) en un vuelo chárter que el club homónimo le alquiló para evitar el horario comercial y así, llegar antes para ponerse a disposición de los servicios médicos que están en alerta por el dolor en la zona inguinal que el futbolista padece desde hace varios días, con el quejugó ante Uruguay y el que lo obligó a bajarse del partido que la Selección jugará el martes ante Venezuela para completar la doble fecha de Eliminatorias Sudamericanas.
El jugador, mochila y valija a cuestas, llegó a su lugar de destino previa escala en París y estuvo acompañado por un empleado del Barcelona que trasladó el resto de sus pertenencias.
Con gesto adusto pero dispuesto, aceptó la solicitud de una persona que le pidió sacarle una foto.
La Pulga arrastra un problema en el pubis al que hizo referencia tras el encuentro con la Celeste ("me duele mucho", reconoció entonces), y tras la evaluación del cuerpo médico de la Selección, tal como había sido acordado con el FC Barcelona, acordaron desafectarlo para que regresara cuanto antes a España.
En principio, el servicio de salud del club Barcelona estima que Messi estará disponible para jugar el próximo fin de semana ante Alavés, por la tercera fecha de la Liga, aunque para evitar forzar su recuperación, dedicarán esta semana a cuidarlo para que llegue en condiciones y evitar así un problema mayor.