A Lionel Messi le cambió el gesto y la voz al escuchar la pregunta: “¿Te encuentras mejor física y mentalmente que durante la temporada?”.
“No, me encuentro igual”, respondió seco y desviando de inmediato la vista de su interlocutor para seguir hablando con otros periodistas.
Sucedió en la noche del miércoles en Porto Alegre, y lo que parece una conversación banal es en realidad importante para entender lo que pasa por la cabeza del “10” de la selección argentina a las puertas de los partidos decisivos en el Mundial de Brasil 2014.
La molestia de Messi era esperable, porque lo que el periodista le estaba sugiriendo se relacionaba directamente con una teoría que circuló en España y Argentina varios meses antes del Mundial: la máxima estrella del fútbol se estaba preservando para el Mundial, cuidaba el físico y las energías en pos del gran objetivo de su vida.
La hipótesis no era precisamente beneficiosa para el delantero porque, a medida que el Barcelona se deslizaba en la pendiente del fin de una era, cada vez más comentaristas y aficionados comenzaron a criticar al argentino por ingrato, por no honrar al club que le paga y en el que jugó toda su vida como profesional.
Incluso surgieron voces que recomendaban venderlo para aprovechar su alto valor antes de que llegara la decadencia.
¿Decadencia? Messi suma cuatro goles en Brasil 2014, los mismos que Neymar, su compañero en el Barcelona, y Thomas Müller, terror de la selección argentina hace cuatro años en el Mundial de Sudáfrica. El argentino está en ascenso y acelerando en su rendimiento en Brasil.
El delantero vivió ocho años con el estigma de haber convertido apenas un gol en el Mundial, uno de los datos que muchos de sus compatriotas utilizaban para acusarlo de “pecho frío” y de no honrar la camiseta del país.
En sólo 11 días entre el 15 y el 25 de junio, Messi solucionó esa deuda y es ya el quinto máximo goleador de Argentina en Mundiales. Gabriel Batistuta suma 10 tantos, Diego Maradona, ocho, y Mario Kempes, cinco, los mismos que Messi.
La actuación de Messi en lo que va del Mundial es llamativa, porque el delantero viene ofreciendo su talento con aguijonazos mortales. Empezó jugando poco y acertando mucho. Ya está equilibrando ambos conceptos.
La primera fase le sirvió para quitarse la enorme presión que sentía, para gritar gol en cada partido y para afinarse de cara a los duelos eliminatorios.
Duelos que aumentarán en cuanto a exigencia. Suiza en San Pablo es el rival argentino el martes en octavos, el ganador del Estados Unidos-Bélgica, el de cuartos, y para semifinales la gran candidata es Holanda.
Si Argentina juega cada uno de esos partidos, significará que el mejor Messi se está mostrando en Brasil. De otra manera sería imposible.
“Veo que todavía está soltándose un poco. Yo creo que vamos a ver un Messi mejor todavía conforme avance el torneo”, pronosticó el ex futbolista Ronaldo, que está “convencido” de que la final en el Maracaná será entre Brasil y Argentina.
“Argentina no ha jugado muy bien todavía, pero suele hacer como Brasil, va creciendo y mejorando su rendimiento a medida que avanza”, añadió el ex jugador del Real Madrid y Barcelona, que conoce por experiencia propia las presiones que sufre Messi.
No hay nada que se compare con ser padre, pero fuera de eso, Messi está asumiendo a los 27 años la mayor responsabilidad de su vida: liderar hacia un tercer título mundial a una Argentina, que, sin él, sencillamente no podría soñar.
Benaglio: "Es inútil mirar videos de Lionel Messi"
El arquero del seleccionado suizo, Diego Benaglio, consideró “inútil” ponerse a mirar videos de cómo juega Lionel Messi porque, consideró, es capaz “de resolver un partido en una acción”, aunque insistió en que Suiza puede dar “una sorpresa”.
“Messi es capaz de resolver el partido en una acción, así que es inútil mirar un video para ver lo que puede hacer. No serviría de nada”, afirmó Benaglio.
No obstante, insistió con que “puede haber una sorpresa, como ya hubo, y varias en este Mundial.”
“En el fútbol todo puede pasar”, alertó el arquero del Wolfsburgo.
Benaglio metió una cuña en la rivalidad entre brasileños y argentinos, al esperar que “el público brasileño esté de nuestro lado” y apoye a Suiza en el partido del martes ante Argentina.
